Analicen por un momento cuánto tiempo, recursos y tecnologías utilizamos para comunicarnos. Los teléfonos móviles o «smartphone», hoy día omnipresentes en nuestra vida, – probablemente esté leyendo este artículo en uno de ellos – son una prueba fehaciente de la importancia de la comunicación en nuestro día a día. Y esta necesidad de comunicación no ha nacido en la actual sociedad, es una necesidad que podríamos calificar como intrínseca al ser humano.
Desde el «cursus publicus» del imperio romano, hasta los actuales intrincados sistemas de mensajería instantánea, nuestra sociedad ha transitado entre diferentes sistemas e infraestructuras de comunicación. En este artículo vamos a hablar de un sistema ubicado temporalmente en una época muy concreta. La telegrafía óptica, que tuvo su apogeo en la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX.
Este sistema de comunicación nace tras un acontecimiento trascendental de la historia universal, la Revolución francesa. El primer telégrafo óptico desarrollado por Claude Chappe que, gracias a sus vinculaciones familiares en la Asamblea Legislativa durante la Revolución francesa, fue instaurado en Francia para defender la joven república frente a invasiones en pos de restaurar la monarquía absolutista. Años después el mismo sistema será utilizado por el emperador Napoleón como ventaja estratégica y tecnológica para controlar su creciente imperio y distribuir mensajes militares en un tiempo muy reducido (cuestión de horas, un récord para la época). Una revolución en el incipiente y joven mundo de las telecomunicaciones, puesto que se transitó de un tiempo de transmisión de días (la tecnología empleada: los mensajeros a caballos) a un tiempo de transmisión de horas.
Sin embargo, la llegada de la telegrafía eléctrica y el poco interés comercial que generó (como curiosidad, fuera del ámbito militar únicamente se empleó para anunciar los resultados de la lotería nacional) este sistema de comunicación acabó en el abandono.
Cambiando de tercio, el caso que nos atañe no se desarrolla en Francia, sino que se reproduce en España. Los primeros esbozos de una red telegráfica óptica en el territorio español datan del año 1799 cuando se presentan ante Carlos IV varias propuestas de modelo de telégrafo. Agustín de Betancourt y Molina, será el encargado de estudiar y valorar las propuestas. Tiempo después el propio Betancourt diseñaría un sistema que superaba al modelo Chappe en diferentes aspectos. Se plantea entonces la línea que uniría Madrid y Cádiz, con un amplio presupuesto. Pero se quedó en los planos, puesto que debido a la situación económica del país nunca llegó a completarse.
Tras varios intentos y actuaciones posteriores para intentar desplegar una red más extensa, la telegrafía óptica española da sus primeros pasos en firme gracias a la Real Orden del 1 de marzo de 1844, cincuenta años después de su nacimiento en Francia. Su nacimiento se produce gracias a la necesidad de disponer de una herramienta para la construcción del joven Estado liberal y la necesidad de mantener el Orden Público. Debemos analizar el contexto histórico en el que nos vemos, pues la situación de las infraestructuras de comunicación (caminos, casas de postas…) era muy deficiente, incrementando así el tiempo que tardaba un mensaje en transmitirse.
Se establece la hoja de ruta para el nuevo trazado a cargo de la Dirección General de Caminos, donde tenía un puesto de máxima responsabilidad José María Mathé Aragua, diseñador del modelo de telégrafo que se implementará en la nueva red telegráfica.
El telégrafo óptico de Mathé consistía esencialmente en una pieza móvil llamada indicador que podía moverse verticalmente en el centro de una estructura. El indicador podía tomar doce posiciones distintas en relación con tres franjas fijas situadas a su izquierda y derecha. De las doce posiciones, diez se hacían corresponder con cifras del 0 al 9, y a las dos restantes se les asigna la letra “m” (error) y la letra “x” (repetición). Cuando el indicador desaparecía de la vista, significaba separación de frases o de signos. Los despachos telegráficos estaban redactados en un lenguaje cifrado, que era codificado y descodificado exclusivamente por el personal facultativo empleando un Diccionario (un equivalente al libro de códigos empleado para la operación de la máquina «Enigma» durante la Segunda Guerra Mundial) que permitía el proceso de cifrado y descifrado.
De la red planteada originalmente por Mathé, solo tendrán una traducción del papel a la realidad tres líneas: la línea de Castilla (Madrid-Irún), la línea de Andalucía (Madrid-Cádiz) y la línea de Cataluña (Madrid-La Junquera).
Esta última línea es la que atraviesa la provincia relevante en este artículo, Cuenca. Resulta contradictorio el trazado, puesto que la menor distancia desde Madrid hasta La Junquera es a través de Zaragoza, y no a través del trazado de la línea, siendo este paralelo en su mayor parte a la A-3 (Madrid – Valencia) y a la AP-7 (Valencia – La Junquera). La razón es de carácter real, pues en Tarancón pasaban largas estancias la reina consorte, María Cristina, con su segundo esposo, Fernando Muñoz, duque de Riánsares, gracias al cual se denominó a Tarancón como la «corte manchega». Además, desde Tarancón, parte un ramal en dirección a Cuenca con una longitud de 73,48 km y un total de 8 torres. La construcción de este ramal comienza en 1850, estando operativo ese mismo año. La realización de este ramal solo se puede entender como una forma de tener bajo control las actividades carlistas de la zona. Como curiosidad, cada vez que llegaba un despacho a la torre de la Mendoza, la más cercana a Cuenca capital, el ordenanza de turno debía recorrer un 4,3 km hasta la puerta Valencia para entregar el mensaje, y por cuestiones del destino, esta es la misma distancia que tendría que recorrer hoy día el ordenanza para llegar a la estación de AVE.
No obstante, esta tecnología tuvo un corto periodo de vida y funcionamiento puesto que la telegrafía eléctrica ya se encontraba en un estado de madurez y de extensa implementación cuando se empezó a construir este sistema de comunicación en España.
En nuestra provincia «podemos» encontrar 12 torres pertenecientes a la línea Madrid-La Junquera y 8 pertenecientes al ramal Cuenca-Tarancón, sumando un total de 20 torres. Actualmente solo siguen permaneciendo «en pie» 16 torres en diferentes estados de conservación, habiendo desaparecido 4 de las torres, aunque se conoce aproximadamente su ubicación original.
El 4 de agosto de 2020 se publicaba en los medios de comunicación provinciales, la declaración de este conjunto de torres como «Bien de Interés Cultural», pero nada ha cambiado respecto al estado de este curioso legado histórico-tecnológico. En el estudio elaborado por el Ministerio de Cultura y Deporte en el año 2012 «Estudio de la red de telegrafía óptica en España» podemos encontrar un listado de todas las torres con un detalle extenso sobre estado de conservación, orientación, visibilidad etc. En este listado podemos apreciar el estado de todas las torres de la provincia, y en el estudio se realiza la siguiente recomendación a una lista de 9 torres: «sería muy recomendable una rápida intervención para prevenir el colapso del edificio» (página 36). Tres de esas torres están en la provincia de Cuenca, y una de ellas, la de la Mendoza, muy cercana a la capital provincial. De nada sirve declarar como «Bien de Interés Cultural» estas infraestructuras si desde el año 2012 se informa que 3 de ellas corren un grave peligro de colapso y no se toma ninguna medida para su conservación. Aunque acorde a los últimos acontecimientos en la capital, si colapsa será por accidente y no por una dejadez política.
El historiador conquense, Jesús López Requena, ha realizado un enorme y maravilloso trabajo para documentar todo lo relacionado con estas torres en la provincia conquense. Un magnífico trabajo que fue recogido en un libro editado por la diputación provincial: « El progreso con retraso. La telegrafía óptica en la provincia de Cuenca ». Diputación que no ha movido un dedo para revertir la situación de abandono.
En patrimonio histórico, ocurre lo mismo que en la frontera de los agujeros negros, hay un punto límite conocido como «horizonte de eventos». Si se supera dicho punto, ya no se puede salir del agujero negro, al igual que una vez una torre colapse, ya no se podrá recuperar. Ya existen estudios para su recuperación, aún estamos a tiempo para restaurar y rehabilitar ( a ser posible sin repetir un puente romano de la Melgosa 2.0 ) este patrimonio dotándolo de vida, por ejemplo, como museo o como puesto de vigilancia para los agentes medioambientales gracias sus ubicaciones excepcionales. Aún queda tiempo para no perder este patrimonio único.
Juan Morales Sáez
Referencias
- Capdevila Montes, E., & Slepoy Benites, P. (2012). Estudio de la red de telegrafía óptica en España. España: Ministerio de Cultura y Deporte. Disponible en el siguiente enlace: http://www.culturaydeporte.gob.es/planes-nacionales/dam/jcr:acb2cbc4-d388-4f43-86c7-353b0aa89a45/telegrafia-optica-esp.pdf
- Cardo, R., Cuesta, T., González, J., Martínez, A., Ortega, F., & Vignolo, I. (2016). Estudios Previos para la restauración y recuperación de la red de telegrafía óptica en la provincia de Cuenca.
- Garcés Desmaison, M. A. (2014). Las torres de telegrafía óptica. Diez años después de la primera. Papeles del partal nº6, 119-134. Disponible en el siguiente enlace: http://www.academiadelpartal.org/files/n6_119.pdf
- López Requena, J. (2008). Líneas de telegrafía óptica en la provincia de Cuenca. El Nuevo Miliario: boletín sobre vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica nº5, 70-81.
- López Requena, J. (2010). El progreso con retraso. La telegrafía óptica en la provincia de Cuenca. Cuenca, España: Diputación Provincial de Cuenca.
- Olivé Roig, S. (1990). Historia de la telegrafía óptica en España. Madrid, España: Secretaría General de Comunicaciones. Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones. Disponible en el siguiente enlace: https://forohistorico.coit.es/index.php/biblioteca/libros-electronicos?task=callelement&format=raw&item_id=127&element=a01c647a-3a3f-49fc-8f69-c5a9f1e6faf9&method=download
Enlaces
- https://www.vocesdecuenca.com/culturayvida/declaradas-como-bien-de-interes-cultural-las-16-torres-de-telegrafia-optica-de-cuenca/
- https://es.wikipedia.org/wiki/Tel%C3%A9grafo_%C3%B3ptico
- https://es.wikipedia.org/wiki/Claude_Chappe
- https://web.archive.org/web/20130728224038/
- http://www.dipucuenca.es/noticias3.asp?idnoticia=1469
- https://www.patrimoniodecuenca.es/busqueda?busqueda=Telegrafo&relevancia=0&idcomarca=0&localidad=0&idcategoria=0&periodo=0&estilo=0#busqueda
- https://www.etsist.upm.es/estaticos/ingeniatic/index.php/tecnologias/item/622-tel%C3%A9grafo-%C3%B3ptico.html
- https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/06/130614_napoleon_telegrafo_finde
- https://www.rionegro.com.ar/el-telegrafo-de-napoleon-BURN_1420313/