Este artículo nace de una conversación entre dos amigas relacionadas con las artes escénicas y más concretamente con el mundo del circo, tanto como artistas como organizadoras, programadoras y técnicas de espectáculos. Nosotras somos Clara Bernet, artista profesional de circo en la disciplina de rueda Cyr y Laura Laria, técnica y diseñadora de iluminación. Ambas fundadoras de Asaltos Circo, una asociación cultural nacida en Cuenca, que promueve el circo a nivel de espectáculos, eventos y formación.
Juntas queríamos hablar de la historia del circo desde una visión femenina, y de cómo el circo es reflejo de la sociedad y ha invisibilizado a la mujer en los libros de texto, en las bases de datos y documentos escritos y digitales. Y a la vez, ha sido un espacio de liberación corporal y social para muchas artistas.
L: Desde que nos planteamos escribir sobre las mujeres en el circo, ¿qué te has encontrado sobre este tema? ¿Ha sido fácil saber sobre ellas?
C: No ha sido fácil y la información al respecto es difusa. Según la CNAC (École Nationale Supérieure des Arts du Cirque en Francia) el origen del circo habla de Philip Astley, Charles Hughes y John Bill Ricketts como los pioneros de esta aventura quienes, entre 1770 y 1830, implantaron respectivamente el circo en Francia, Rusia y Norteamérica y Canadá. Pero, ¿ni una mujer? ¿En serio?.
L: Ya, en esos inicios del circo clásico, el espectáculo era una empresa familiar que viajaba junta, creaba junta, y que investigaba nuevos y únicos trucos para sus espectáculos. Se hace difícil pensar que la mujer no aportara nada en esta historia ¿no?
C: Eso es. Gracias a otras fuentes hemos podido profundizar y completar la historia. Por ejemplo, en 1768, junto a Philip Astley, el cual funda el “primer circo moderno” The Riding House en Londres, estaba su mujer, Martha Mary Polly Jones o Patty Astley, una gran acróbata ecuestre, y considerada “la madre del circo moderno”. En 1808, Christoph de Bach fundó el primer circo estable de Viena y fue heredado por su mujer Laura de Bach, y el primer circo de Estocolmo lo montaron Rosalia Masson y Peter Price en 1771.
L: ¡Ah sí!, Price es un nombre muy conocido en el mundo del circo madrileño. Sin ir más lejos el Teatro Circo Price de Madrid fue fundado por su hijo Thomas Price.
C: Eso es, ¡la historia del Teatro circo Price de Madrid es muy interesante! Tras la muerte de Thomas Price, el circo no fue heredado por su mujer o por su hija, sino ¡por el marido de su hija! William Parish. Solo cuando muere su marido es Matilde de Fassi (también conocida como Matilde Price o Matilde Parish) que se encargaba de la taquilla hasta ese momento, la que hereda la dirección del Teatro Circo Price aunque durante un periodo muy corto (tanto que no aparece en los libros de texto). Tras su muerte lo hereda el hijo y tras la muerte de éste, lo hereda la hija de ambos, Victoria Parish, pero solamente unos meses porque al final la dirección del teatro recae sobre Mariano Sánchez Rexach, socio de la familia Parish. ¿Te has dado cuenta que la confianza en heredar el teatro siempre recaía primeramente en el hombre?
L: Totalmente. Como ocurre en otros aspectos de la sociedad, la ciencia y las artes, las mujeres están relegadas a la sombra de sus maridos, padres ¡e incluso hijos! Tanto que, hasta ellas pierden y recuperan su propio nombre y apellidos muchas veces a lo largo de su vida, lo que las despersonaliza y complica el rastreo de su trayectoria profesional, su historia…
Sin embargo, aunque en este aspecto la historia se repite y son ellas las relegadas, también queríamos hablar sobre el circo como un espacio de disidencia, un lugar al margen en el que la mujer, su cuerpo y su estatus social se ha puesto en entredicho y ha permitido la liberación de muchas de ellas en cuanto a mujeres independientes.
Fuerte, segura, grande, atrevida, rara, hábil, orgullosa, fascinante, poderosa, carismática… Estos y otros miles de adjetivos parece que nos han sido robados históricamente a las mujeres. Sin embargo, hay un lugar donde las tornas cambian, donde nada es lo que parece, un lugar en el que ellas son las que asumen riesgos físicos, donde pasamos de adorno a protagonista, a heroína. Adjetivos que no se aplicaban a las mujeres pero que se hicieron válidos y poderosos en el circo.
El circo al igual que el feminismo ha sido y es una herramienta de liberación para la mujer. Libera los cuerpos, rompe los cánones y nos saca del hogar, de sus tareas y de sus cuidados para colocarnos en primer plano, enfocadas por un cañón que nos sigue y nos muestra.
El circo, permite ese espacio de sueño, magia, evasión, creación de otros mundos. Una liberación del deseo donde los juicios sociales se aplican de formas diferentes.
C: Imagínate el momento en el que una niña de 1800 llega al circo y se encuentra con una mujer en bikini cabalgando de pie encima de un caballo, sin miedo, sin ayuda, como hacía Patty Astley. O más adelante, vería a una trapecista en corset haciendo un triple salto mortal sin red a 16 metros de altura como hacía Pinito del Oro o Miss Mara, suspendida de la nuca en el trapecio a 14 metros de altura.
Por fin ellas podían ser las referentes, aunque de forma efímera, ya que formaban parte de un espectáculo ambulante con el que viajaban de pueblo en pueblo. No sé si cuajaría mucho en la sociedad.
L: Claro, además, anteriormente solo se habían visto mujeres en el circo disfrazadas de payasos, con vestimenta de payasos masculinos y copiando los trucos y bromas de los hombres, como Annie Fratelini que fue la primera mujer clown de hacer de “Augusto” en la escena tradicional del dúo de payasos “Augusto y Carablanca”. Un asunto que ya habíamos visto producirse en el teatro, en la ópera y demás artes escénicas. Preferían castrar a un hombre que contratar a una mujer, muy fuerte.
C: Desde luego. A partir de entonces, poco a poco ellas empiezan a tomar su espacio hasta el punto de ser artistas independientes creadoras de sus propios espectáculos. Un show desde ellas y para ellas mismas, como Aurelia Thierree, que junto a su madre Victoria Chaplin crearon y dirigieron El oratorio de Aurélia.
L: Aun así tampoco nos vamos a poner románticas e idealizar el mundo del circo como la panacea del feminismo. Evidentemente era y es un trabajo atravesado por todas las realidades sociales. Y no se libra de objetivizar a la mujer, y hacer de ella también un reclamo en cuanto a objeto de deseo dentro del espectáculo, donde la belleza y el físico eran una premisa en muchas disciplinas como aéreos, contorsión, ayudantes de magos, etc. La “puesta en escena” ha estado marcada en su mayoría por cuestiones de género. Algo que tampoco ha cambiado mucho en estos tiempos.
Pasaba lo mismo que en otros espectáculos como el de las varietés o las coplistas: ellas eran DIVAS, símbolos de desinhibición, extravagancia y libertad erótica. Pedazo de mujeres con una apertura mental y una liberación en muchos aspectos avanzadísimas a su tiempo. Aunque la belleza seguía siendo casi una obligación laboral; la competencia entre ellas, el pan de cada día; y todo eso sumado al rol de madre y “multimujer”, que por mucho que fuera una diosa en la pista, no le eximía de la crianza, la limpieza del hogar y de ser la esposa que su marido deseaba y que encima ¡era su jefe!
C: Pues sí, efectivamente el circo no se aleja tanto de la “normalidad” y sigue muchos patrones sociales donde lamentablemente la mujer está poco o menos reconocida y visibilizada que el hombre. De hecho no hay que irse muy lejos en la historia. Nosotras mismas hemos vivido juicios dentro de lo laboral en cuestión de género, a la hora de poner en valor nuestros conocimientos y experiencia, tanto a nivel artístico como de dirección, técnica y producción de espectáculos. Incluso, a veces, aún crea sorpresa que la organización de Asaltos se gestione y se organice únicamente por tres mujeres. ¡Y qué a gusto estamos!
L: Desde luego que entre nosotras nos entendemos muy bien a la hora de organizar Asaltos, ¡y eso es un regalazo! ¡Un precioso trabajo en equipo! Esto me recuerda al “circo Barbarie” creado en 1980 por Barbara Vieilli, que con la premisa “A favor de ellas, en contra de nadie”, era representado únicamente por una troupe de mujeres que visibilizaban el rol de la mujer en la escena y aunque sí que contrataba hombres para las tareas de backstage, las artistas eran siempre ellas.
C: En conclusión, estamos y hemos estado en la historia del circo y las artes escénicas tan presentes como ellos, pero no siempre hemos sido reconocidas. Es importante hacer este tipo de trabajo bibliográfico y mencionarlas en los libros de texto. Visibilizar esas referentes que se quedaron en la sombra y que sirvan como fuentes de inspiración donde verse reflejadas.
L: Por supuesto. Hay que poner en cuestión la forma que tenemos de relatar la historia. Y ya no solo mencionar esas mujeres del pasado, sino reconocer a las que actualmente estamos ahí. Tenemos que luchar porque haya más presencia femenina, programar en paridad y reconocer nuestro derecho de ser tomadas en serio ¡Vamos por buen camino!
Firmado desde La invertida, proyecto de divulgación científica de Asaltos circo.
Clara Bernet y Laura Laria, de Asaltos.
Referencias
Gracias personal y especialmente a Davel Puente de La Cantinela creación cultural, las revistas circenses Malabares en su tinta y Zirkolika, y a María Folguera (ex directora del Price).
- Davel- La cantinela creación cultural. https://www.youtube.com/@lacantinela140
- https://cirqencapitale.be/article/le-cirque-une-histoire-de-femmes/
- https://fresques.ina.fr/en-scenes/fiche-media/Scenes00544/le-cirque-de-barbarie.html
- “ HERSTORY de mujeres que consiguieron hacerse con un prestigio social y laboral dentro del gremio.” https://lasbonobas.com/2020/03/21/la-mujer-y-el-circo/
- libro Women of the American Circus
- https://www.teatro.es/efemerides/victoria-parish-directora-de-circo
- https://www.malabaresensutinta.com/2018/03/cirqueras-tercera-parte.html
- https://www.mujeresenelcirco.cl/multimujeres/
- https://zirkolika.com/