III Certamen Nacional de Microrrelatos con Perspectiva de Género

III Certamen Nacional de Microrrelatos con Perspectiva de Género

Los Ojos del Júcar, con el patrocinio del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, convoca el III Certamen Nacional de Microrrelatos con Perspectiva de Género.

El plazo de presentación de los microrrelatos será desde el día 1 de marzo hasta el 31 de marzo de 2024.

Los trabajos se enviarán a través del siguiente formulario: https://forms.gle/JarBR3R1tNaeCYV47 (leer punto 7 de las bases)

Más detalles en info@losojos.es.

BASES

  1. Los microrrelatos deberán ser inéditos y originales.
  2. Sólo se permite el envío de una obra por participante.
  3. Podrá concurrir cualquier persona sin distinción de edad o nacionalidad. Las personas menores de edad deberán adjuntar en el formulario una autorización firmada por padre/madre/tutor o tutora conforme con su participación. 
  4. Participar en este concurso es gratuito. Se deben aceptar las bases que rigen este concurso. El envío de datos que no sean correctos o veraces implicará la eliminación del certamen.
  5. Temática: Igualdad de género. Algunas ideas incluyen: identidades de género, violencia de género, estereotipos de género, derechos y libertades, coeducación, empoderamiento, brecha salarial, conciliación, familia, retos, historia de la lucha de género, coeducación, salud y educación sexual…
  6. Los microrrelatos tendrán una extensión máxima de 300 palabras y deben estar escritos en castellano.
  7. Para la participación en el certamen, los/as participantes:
    1. Deben inscribirse en el formulario denominado Plica III Certamen Nacional de microrrelatos con Perspectiva de Género ‘Los Ojos del Júcar’, rellenando todos los campos especificados. Se accede a través del enlace https://forms.gle/JarBR3R1tNaeCYV47 
    2. En el apartado Obra, dentro del formulario, se incluirá el microrrelato, denominado de la siguiente forma: Título de la obra_pseudónimo. Dentro del archivo, sólo debe aparecer el título de la obra, el microrrelato y el pseudónimo. Cualquier alusión al nombre del autor/a u otro dato personal en el título del archivo o dentro del archivo conllevará la descalificación automática de la obra.
  8. Se valorará la creatividad, la originalidad, el dominio y uso de las técnicas y procedimientos empleados, la calidad literaria y el contenido del microrrelato. Por supuesto, solo se tendrá en cuenta si el microrrelato presenta un tema relacionado con cuestiones de género. 
  9. La organización del certamen se reservan el derecho a eliminar aquellas obras que atenten contra la protección de la infancia o fomenten delitos de odio.
  10. La formación del jurado se determinará junto a la publicación de estas bases. 
  11. El fallo del jurado será inapelable.
  12. La organización se reserva la fecha de fallo del jurado, siendo siempre inferior a un año desde el inicio de recepción de los microrrelatos.
  13. De todos los microrrelatos, se elegirán cinco finalistas, un primer premio y un segundo premio.
  14. Las obras ganadoras del 1º y 2ª premio serán expuestas en la Revista Los Ojos del Júcar en 2024. Las obras finalistas también aparecerán en la sección de Género/Igualdad de la revista a lo largo del 2024, así como en la web. 
  15. Los Ojos del Júcar se reserva el derecho de difusión de los microrrelatos presentados, pudiendo difundir la obra y nombre del autor/a.
  16. Fecha límite de presentación: 31 de marzo de 2024.

PREMIOS

De todos los microrrelatos, se elegirán cinco finalistas y un primer y un segundo ganador: 

  • El primer premio está galardonado con 200 €.
  • El segundo premio está galardonado con 100 €.


Para dudas o mayor información, pueden contactar con la organización a través del correo info@losojos.es.

JURADO

OLGA MUÑOZ

Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia y Doctora por la Universidad de Castilla la Mancha dentro del Programa de Doctorado en Investigación en Humanidades, Artes y Educación. Completó su formación académica con un Curso de Postgrado en “Organización, acceso y recuperación de la información electrónica en Biblioteconomía y documentación” en la Fundación Universidad-Empresa ADEIT de Valencia. Obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) del Departamento de Filología Española de Facultad de Filología de Universidad de Valencia y cursó el “Máster de Promoción de  Literatura Infantil y Juvenil del CEPLI (Centro de Promoción de la Literatura Infantil)” de la Universidad de Castilla la Mancha. En mayo del 2022 defendió la Tesis Doctoral titulada “Poesía Infantil en España en las últimas décadas del s. XX y comienzos del XXI. Análisis filológico y literario de la Poesía Infantil en España (1981-2010)”.

Coordinadora de la Red de Bibliotecas Municipales de Cuenca desde 2003, donde se encarga de la planificación de actividades de animación a la lectura y promoción del libro así como de la selección y adquisición de fondos. Ha trabajado en otros proyectos vinculados con la Biblioteconomía y Documentación como la Biblioteca Central Universidad Politécnica de Valencia como Técnico de bibliotecas en el Área de Documentación Científica.

JUIA DE LA FUENTE

Natural de Cuenca, tiene cinco novelas publicadas. Además de ser investigadora en educación e innovación docente, es profesora de Filosofía y Psicología en ESO y Bachillerato y suele impartir talleres y cursos de escritura creativa. Trabaja también para grandes sellos como lectora editorial y ofrece servicios de formación y acompañamiento para escritores para ayudarles a sacar lo mejor de sus novelas. 

El año pasado organizó junto con su hermana, Silvia de la Fuente, el evento Bookstolovers, las primeras jornadas de literatura juvenil y romántica en Cuenca, donde se dieron cita autoras reconocidas de toda España. Este año repetirán el 27 y 28 de abril en el marco de la feria del libro de Cuenca.

SOFÍA PARRA

Escritora, comunicadora y especialista en marketing digital, natural de Priego, Cuenca. En 2016 publicó su primera obra: De ti para mí, un libro autoconclusivo de fantasía urbana.

En 2020 comenzó a publicar la trilogía: El lamento de las flores compuesta por ‘Gazania’, ‘Juliet y Dalia’ y ‘Melisa’. Una saga de thriller psicológico ambientada en España y cuyos casos de investigación están relacionados con tres cuentos clásicos de los hermanos Grimm. Entre medias, en 2021, hizo una incursión en el género romántico con la obra ‘Como lágrimas en la lluvia’.

Su trayectoria y obras se pueden consultar en su página web: www.sofiaparrarodriguez.com

EL CARTEL

- FALLO DEL JURADO -

PRIMER PREMIO

DETRÁS DEL ÓLEO – Margaret Keane

El pincel se desliza por el lienzo, creando trazos finos y delicados. Los colores se mezclan formando llamativos contrastes que dominan la composición.

Ella se deja llevar. El sonido del gramófono se propaga por la pequeña habitación. Con calma y precisión, esboza líneas y curvas que, aun siendo imperfectas, se perciben ideales a ojos del espectador adecuado.

Podría añadirle detalles eternamente. Sin embargo, debe entregarlo pronto. Para ella, este supone el momento más significativo de todo el proceso creativo, el momento antes de abandonarlo. Su ceño se frunce y su concentración se agudiza. No puede dejarse ningún detalle importante, o su trabajo quedará incompleto.

Con un último brochazo, suelta el pincel. Se remanga la falda, retrocede unos pasos y aprecia el bello cuadro ya terminado. Una sonrisa de satisfacción se apodera de su rostro y la tensión acumulada se libera de su cuerpo con lentitud.

El instante se ve interrumpido cuando llaman a la puerta. Tras permitirle la entrada, un criado irrumpe en el estudio.

—Buenos días, madame. ¿Ha terminado ya su labor? El cliente está en el descansillo. Pide ver la obra.

—Sí. Dígale que “el maestro” no le hará más esperar. Solo me falta firmar.

—Sí señorita Sylvie.

De nuevo sola, busca entre sus cosas un fino pincel. Su sonrisa ha perdido fuerza y la tranquilidad de concluir su trabajo ha sido sustituida por una incómoda sensación. Cuando encuentra el pincel, lo unta con delicadeza en el color negro y contempla el cuadro.

Duda. Duda mientras se acerca lentamente a la obra. Duda mientras hace el primer trazo en negro sobre la esquina derecha del cuadro. Y a pesar de la duda, escribe… Gérard.

SEGUNDO PREMIO

HUEVO FRITO CON PUNTILLA – Ed Ansi

Cuando dieron las tres, puse el aceite a calentar. Mientras tomaba temperatura, acaricié los muslos del pequeño Oliver, que ya tenía los ojos medio cerrados. Era el efecto mágico del biberón. Cogí dos huevos talla L de la nevera y los dejé sobre un trapo de cocina para evitar que rodasen hasta caer de la encimera. Ya había limpiado bastante durante la mañana, a la par que mecía a Oliver y le entretenía con cancioncillas. La cocina, el salón, el cuarto y de baño y nuestra habitación. Había toda hecho la casa, una casa modesta al final y al cabo, con el apoyo moral de Luis Miguel, Sara Montiel y los soniquetes marcianos de nuestro bebé. Freí el primer huevo con despreocupación y me lo adjudiqué. Se enfriaría antes. Para el segundo, subí la potencia del fuego. Me volví a asegurar de que Oliver estaba a una distancia prudente, para que no pudiese alcanzarle el aceite, y volqué el segundo huevo en la sartén. Rápidamente le salieron las puntillas y le eché una pizca de sal entre la clara y la yema. Creo que me ha salido perfecto, pensé. A su gusto. Cuando fui a retirarlo con la espumadera, escuché el bombín de la puerta. Silvia entró jadeante y se acercó a Oliver para darle un beso con cuidado de no despertarle. “Qué guapo estás, cariño. Qué bien te ha sentado la baja por paternidad”, me dijo antes de plantarme otro a mí.

PRIMER FINALISTA

CXXXIV CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE LA IMPORTANCIA HISTÓRICO-CULTURAL DE LA MANZANA – Rumpelstinkin 

Ya me han invitado de nuevo al maldito congreso. Afortunadamente, estoy arreglada en un santiamén, solo he de colocarme la hoja de parra y peinarme cubriendo mis pechos. Eso sí, tengo que ir con cuidado de no despeinarme, si se vieran, sería un escándalo.

Enseguida me invade el aburrimiento. Todos los asistentes, la mayoría hombres, me saludan con corrección. Luego cuchichean, no tengo buena fama, me consideran culpable de la mayor tragedia de la humanidad. Espero con paciencia a Blancanieves, no tarda en llegar. Debe soportar los comentarios habituales: «¿Puedo ser tu príncipe?», «¡Muerde esta manzana y verás con qué beso te despierto!», entre otras sandeces.

―Eva, ¡me alegra verte! ―me saluda. 

―Por cierto, y Caperucita, ¿dónde está? ―le pregunto.

Antes de que Blancanieves pueda responderme, empieza el acto. 

El primero en intervenir es Isaac Newton. Escuchamos con sopor la anécdota de siempre sobre la manzana que cayó en su cabeza. Blancanieves asegura que se acercó al árbol para hacer de vientre, me lo recuerda con un guiño. Un poco de humor nunca viene mal. Igual de aburrido resulta el parlamento de Guillemo Tell, jactándose de lo difícil de acertar una manzana a cien pasos de distancia.

Aprovechamos un receso para continuar la conversación y Blancanieves me da una gran noticia: Caperucita no ha venido porque ha reescrito su historia, ahora es una firme defensora del lobo. Incluso ha convencido al cazador de que no hay que matar animales para sentirse más hombre, y ahora él la ayuda en su cruzada. También la abuela colabora, ha descubierto que tiene mucha maña con los lobos, con el miedo que le daban… Me alegro tanto por ellas, y no puedo evitar preguntarme: «¿Podremos Blancanieves y yo reescribir también nuestra historia?».

SEGUNDO FINALISTA

GRACIAS – Edward Carpintero

Abrió la ventana corredera para que la columna de aire que se había formado en el patio de luces ventilara la habitación. Lo tuvo que intentar dos veces, procurando diluir el dolor de la fractura del escafoides que le torpedeaba la muñeca izquierda. Al final lo consiguió, recibiendo en el rostro la brisa con notas de sal que subía hasta la quinta planta. Él estaba tendiendo un paño de cocina. Se quedaron mirando a los ojos. Los de él, a unos milímetros de la introversión. Los de ella, abiertos por la luz de aquella mañana, ya fuera del hospital. Él ladeó la cabeza y la observó con un ademán de curiosidad. Ella se quedó tratando de articular una palabra que no acabó de salir. “Ni se te ocurra”, le dijo él con una voz suave como la de la enfermera que le contó semanas antes entre goteros de analgésicos que la policía había recibido la llamada de un vecino. “¿Cómo estás?”. De repente, el interés sincero de aquella persona con la que apenas había intercambiado palabras en los últimos años, pese a compartir rellano, se aplicó como un bálsamo por toda la escasa extensión de su ánimo. Solo alcanzó a decir “mejor” y se adentró de nuevo en la habitación, pensando en todos los días inéditos que le aguardaban sin un narrador omnisciente que se los escribiera.

TERCER FINALISTA

LA CONCIENCIA – Añil

– Yo te creo –acompañó sus palabras con un gesto tranquilizador.

– Sí, pero la gente… -se resistía la muchacha a dejarse consolar, mirándose con horror, e incrédula todavía, las manos manchadas de sangre.

– Calla, calla…, siéntate y respira hondo…, Claudia –pronunció el nombre con confianza.

Le tendió su propio pañuelo para que se limpiase el rojo que salpicaba gran parte de su cuerpo. Asumía que aquello iba en contra del protocolo y que un buen abogado lo podría utilizar sabiamente, sin embargo, antepuso el bien de aquella desconsolada veinteañera que no paraba de hipar. “El cuchillo lo trajo él, lo juro, me amenazó…, nunca había llegado a tanto, lo prometo. Hasta el momento se había ido conformando con…, bueno, manoseos…, el cuchillo es suyo…, ha sido él, por mi vida lo juro, lo llevaba escondido debajo de la camisa y al agacharse para agarrarme…, ¡Dios mío!, ¡cuánta sangre ha salido!, pero se lo ha clavado él… Nadie me va a creer, ¡nadie!…”.

Se acercó a ella, y la abrazó. “Yo sí te creo”, le volvió a susurrar.

– Yo ya se lo había firmado, como todos los meses, pero no se conformó, hoy no…, -ahogó el sollozo mientras miraba un papel que descansaba sobre la mesa camilla.

Mientras continuaba acariciándola, lo leyó. “…aumento de la deuda del alquiler por pago tardío en un veinte por ciento…”.

– Le debía mucho dinero, se aprovechaba, pero no tenía a dónde ir…; la gente va a pensar que… -sorprendió la mirada de la policía, apenas diez años mayor que ella.

Ésta, entonces, avisó por walkie a su compañero, sin olvidar esconderse el papel en el bolsillo. Su experiencia le dictaba que todo cuanto ayudase a las víctimas, no estorbaba. 

Jamás le remordió la conciencia.

CUARTO FINALISTA

SOMBRAS – Cerúleo

El aire gélido golpea mi rostro mientras mis pies avanzan torpemente. La oscuridad de la noche envuelve cada rincón de la ciudad. Cada sombra parece una amenaza, cada paso intensifica más el miedo. Hace apenas unos minutos me despedí de mi amiga María en la puerta del pub, prometiendo llegar a casa sana y salva. Pero algo no va bien.

Siento la mirada de alguien clavada en mi espalda, como una sombra acechante que se mueve al compás de mis pasos. Trago saliva con dificultad y me obligo a seguir adelante, aunque mi corazón parezca que se vaya a salir de mi pecho.

Sin dejar de correr, saco el teléfono del bolsillo y marco el número de María. El sonido del tono se entremezcla con el eco de mis pasos apresurados. Cuando finalmente responde, mi voz se quiebra al intentar explicarle lo que está pasando. Pero antes de que pueda decirle algo más, la línea se corta.

Las sombras se mueven a mi alrededor mientras camino hacia mi edificio. Aunque mis piernas no quieren cooperar, finalmente consigo llegar. Busco las llaves en mi bolso con desesperación, pero al encontrarlas, mis manos temblorosas las dejan caer al suelo. El sonido resuena en el silencio de la noche, llamando la atención de quien acecha detrás de mí. Con el corazón en un puño, me giro lentamente, preparada para enfrentar lo que sea que me aguarde.

Pero no hay nadie más que María, con una expresión de preocupación en su rostro. Me precipito hacia ella, envuelta en un abrazo tembloroso. “¿Estás bien?”, susurra con voz suave. Asiento con la cabeza, incapaz de articular palabra.

QUINTO FINALISTA

QUEHACERES MATINALES – Tusitala

Saca del cesto las sábanas y toallas y las coloca en el lavarropas. Agrega jabón en polvo, cierra la tapa y lo enciende. Se queda esperando que cargue el agua y, cuando comienza a girar, se dirige hacia el frigorífico. Retira la carne necesaria para la preparación del almuerzo, la deposita en una bandeja y la deja descongelando.

Monta la tabla de planchar. Mira la pila de ropa y sonríe. Tiene para toda la mañana. Extiende el pantalón, lo alisa y enchufa la plancha. La pasa marcando prolijamente la raya y lo cuelga en una percha. 

Prende el televisor. En la pantalla aparece la máxima autoridad del cuerpo legislativo anunciando las nuevas medidas del gobierno. 

Se escucha el llanto de una criatura. Corre, la levanta de la cuna y la coloca sobre un catre. El bebé —que observa atento la pantalla—, reconoce a la mujer y dice: “Mamá”. 

El hombre sonríe mientras le cambia los pañales.

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