Un pequeño patio es mi calavera
y mis neuronas, rojos geranios.
Hay una golondrina sobre un clavo
del color de la niñez.
Unas hojas de parra escondiendo
hijos de un viudo verderón.
Y una mirada azul y de romero
que perfuma de dolor
esta mañana de invierno.
Excelente. Un saludo.