Imagen de cabecera: Hospitalillo de Tarancón. Fuente: Noticias La Hontanilla
El día tres de octubre, desde las asociaciones que componen la Coordinadora de la España Vaciada (EVA), en las cuales se encuentra integrada Cuenca Ahora, y cuyo propósito es la lucha contra la despoblación, construyendo un gran Pacto de Estado que sirva para lograr el reequilibrio territorial de nuestro país, se organizó una protesta ante los consultorios médicos de toda España. La intención era clara, exigir una sanidad pública de calidad en el medio rural que garantice las mismas coberturas y prestaciones de que se dispone en las zonas urbanas, y que además atienda las especificidades de estos territorios.
Esta falta de recursos sanitarios en el mundo rural la hemos podido constatar claramente al inicio de la pandemia de la Covid-19 en todos los pequeños pueblos de las provincias más despobladas de España y, lógicamente, en los situados dentro de la provincia de Cuenca, cuando se suspendió la atención presencial en los consultorios locales y la atención a los vecinos se limitó a las consultas telefónicas. El problema es que esa situación, que se suponía iba a ser excepcional y por lo tanto una medida provisional, se está prolongado demasiado tiempo y, tras varios meses, vemos cómo la atención primaria a los pacientes continúa prácticamente confinada y centrada en los centros de salud de cabecera de las distintas comarcas, haciendo que este servicio esencial de atención a una sociedad constituida mayoritariamente por personas mayores se haya visto seriamente afectado.
Ahora mismo hay pequeñas localidades donde, si desde hace ya tiempo llevaban viendo como se les había reducido el servicio de atención primaria rebajando el número de consultas semanales, con la pandemia su situación se ha agravado en gran medida, pasando estos centros médicos rurales, en algún caso, a ser consultorios “a demanda”, lo que viene a significar de facto que ese pueblo ha cerrado la consulta en la que el médico de cabecera atendía a la gente del mismo y que ahora, si sus vecinos quieren ir a consulta, a preguntar por los males que les aquejan, deben acudir a las cabeceras de comarca o realizar la misma a través de una llamada telefónica.
Desde Cuenca Ahora creemos que suprimir servicios básicos en los municipios es una gravísima equivocación por parte de las administraciones. Que lo que se consigue con esta eliminación de servicios es repetir y perpetuar, una y otra vez, los errores del pasado que nos han traído hasta aquí, a la situación de despoblación que actualmente sufrimos, la que nos lleva a que a menos personas en un municipio, se reduzcan los servicios del mismo y, a menos servicios en el mismo, se acelere la despoblación por la marcha de las personas que allí viven.
Por otra parte, hay que decir que esta centralización de los servicios, en este caso sanitarios, no es nueva ni afecta solo a los pequeños pueblos de nuestra provincia que, junto con la de Guadalajara, son las dos únicas provincias de Castilla la Mancha que solo disponen de un hospital en su territorio.
Ahora que asistimos a la construcción de un nuevo hospital en las afueras de la ciudad de Cuenca, con un presupuesto que oscila entre los 122 y 154 millones de euros, según las fuentes periodísticas que consultemos, centralizando este servicio en la capital, creemos que a lo mejor se podían haber buscado otras soluciones más baratas y sencillas. Una idea hubiese sido aprovechar la construcción del parking del hospital, para haber levantado sobre el mismo dos o tres plantas más y destinarlas a hospital, con lo que se hubiese atendido sobradamente a la población de Cuenca y a un gran número de municipios de su periferia, mientras que a la par, se debía haber reforzado la sanidad en otros puntos de la provincia mediante centros de salud con más competencias, o incluso con la creación de uno o dos hospitales comarcales. En fin, lo hecho, hecho esta y habrá que luchar todos juntos y a una para la próxima apertura de esta infraestructura que, esperamos, se convierta en un hospital de referencia en nuestra comunidad autónoma.
Aún así, hay que volver a hacer una pregunta que mucha de la gente de la que estamos implicados en buscar soluciones al tema de la despoblación nos hacemos muchísimas veces: ¿De verdad alguien piensa que centralizando todos los servicios en un solo punto vamos a salvar nuestra provincia?
Cuenca, con una superficie de 17,141 km², cuenta con poblaciones muy alejadas de su capital. Tanto, que para acudir a muchas de las consultas especializadas, los habitantes de los pueblos más lejanos de la capital se ven obligados a realizar largos trayectos o, lo que es peor, prefieren acudir a provincias cercanas antes que ser atendidos en su propia provincia debido a los kilómetros que se ven obligados a recorrer para ser atendidos en la ciudad de Cuenca.
Tarancón, una localidad que se encuentra ubicada en el límite de Cuenca con la Comunidad Autónoma de Madrid es un claro exponente de esta situación. Hay que recordar que este municipio llegó a contar con un hospital que funcionó hasta mediados de la década de 1970 del pasado siglo XX, en que fue cerrado como tal y paso a convertirse en una residencia de ancianos. Por desgracia, aunque el municipio de Tarancón viese como su población no menguaba sino que iba ascendiendo paulatinamente, también tuvo que ver cómo se le cercenaba, al revés que en otros municipios de Castilla-La Mancha, una de esas posibilidades de crecimiento, frenando el mismo al eliminar la posibilidad de un pequeño hospital comarcal que hubiese hecho más cómoda la vida en dicha población, lo que probablemente hubiese revertido en un número mayor de habitantes para dicho municipio en la actualidad.
Para intentar corregir este problema hubo que esperar casi 30 años, más exactamente hasta el año 2006, en que se inauguró en esta localidad un Centro de Especialidades (CEDT) con la intención de atender una población que en su momento se estimaba en unos 32.000 conquenses y ser capaz de atender el 90% de las demandas asistenciales de esta población, ya que contaría con un bloque quirúrgico, un área de radiodiagnóstico y servicios de rehabilitación, de urgencias e incluso un TAC Helicoidal multicorte, pero que tras los recortes de la crisis del 2008 y durante el gobierno del Partido Popular en Castilla-La Mancha, quedó reducido prácticamente a un centro de salud, una situación que todavía en la actualidad sigue sin haberse resuelto.
Ahora nuevamente, desde Tarancón se vuelve a reclamar el que la Junta de Castilla-La Mancha y la Diputación de Cuenca se pongan manos a la obra y aquel sueño de un hospital comarcal que pueda servir para atender los pueblos del oeste de nuestra provincia se convierta en una realidad.
Entendemos que los recursos económicos disponibles no son ilimitados y que, por eso, los mismos han de ser gastados con racionalidad y eficiencia de cara al ciudadano, pero también creemos que aunque se pueda hacer el mejor hospital del mundo, si las personas para ser atendidas de urgencias en el mismo se van a ver obligadas a hacer largos trayectos de más de una hora de distancia, ese hospital no servirá para nada, ya que los habitantes de los pueblos situados en la periferia de la provincia seguirán sufriendo una gran hándicap para vivir en los mismos.
Desde Cuenca Ahora creemos que es posible luchar contra la despoblación, pero para que este problema pueda tener una futura solución, la comarcalización de los servicios, entre ellos los sanitarios, debe de empezar a convertirse en una prioridad.
Jorge Garrosa Mayordomo
Miembro de Cuenca Ahora
La única posibilidad de tener una sanidad eficaz, cercana y que combata la despoblación es que sea modular, es decir, núcleos de unos cuarenta kilómetros de radio con un hospital de zona no restringido por los límites provinciales, y que ensamblen de una firma similar a las celdillas de los panales de las colmenas (exágonos más o menos regulares) que no dejen zonas superpuestas ni muertas, estructura que podría aprovecharse también para otros servicios de las administraciones provinciales y regionales. Ningún hospital ni núcleo administrativo quedaría a más de 35/40 km. Del más alejado de los pueblos de su área, menos de 20 minutos en coche.