Imagen de cabecera: Integrantes de Cuenca Ahora en la manifestación por la España Vaciada en Madrid 2019. Fuente: elaboración propia
Una gran mayoría de personas piensan que sus obligaciones como ciudadanos se ciernen sólo a tener que introducir su voto en las urnas cada cuatro años. Que con ese acto, su contrato con el país se puede dar por cerrado y su función civil por lo tanto está completa y finalizada. Este pensamiento nos lleva a una triste realidad, la de que vivimos en una sociedad donde el músculo asociativo es escaso y en la cual, esa gran mayoría de personas, en vez de implicarse activamente en buscar soluciones a los problemas que ven a su alrededor, prefieren instalarse en una crítica vacía y sin sentido, sin ni siquiera llegar a plantearse que la queja por la queja no produce ningún acto constructivo sino más bien el efecto contrario, el de que la ciudadanía cada vez se encuentre más inerme ante cualquier abuso que se intente cometer contra la misma.
Desde Cuenca Ahora pensamos que este tipo de razonamiento acomodaticio, que incluso está promovido desde diferentes líneas dentro de todos los partidos políticos que han dirigido o actualmente pugnan por dirigir los destinos de España, es un pensamiento completamente erróneo si lo que pretendemos es revertir la despoblación que afecta al mundo rural. Pensamos que si desde las provincias más despobladas de nuestro país se quiere intentar que territorios como el nuestro consigan alcanzar mayores logros en beneficio de las personas que aquí habitamos, debemos de empezar a unir nuestras inquietudes y esfuerzos en una sola voz. Una voz que suene más fuerte, tenga más peso y de esta manera nos lleve hacia delante.
En un ensayo titulado “El apoyo mutuo”, escrito por Piotr Kropotkin y publicado en el año 1902, ya se afirmaba que las sociedades donde sus individuos trabajan en común son aquellas que consiguen resistir mejor los embates y desastres que las acometen, sobreviviendo a los mismos e incluso progresando. Por otro lado, aquellas en las que los individuos buscan soluciones personales al margen del resto, aunque algunos consigan alcanzar el éxito, en su conjunto son sociedades abocadas al fracaso.
Últimamente estamos asistiendo a un despertar de lo que se ha venido a llamar la España despoblada o vaciada. Dos han sido los puntos de inflexión que, sin ser los primeros, parece que están sirviendo para iniciar este cambio de rumbo hacia el apoyo mutuo: la gran manifestación del 31 de marzo del año 2019, que sirvió para visibilizar el terrible problema de abandono que sufre gran parte de nuestro país y que posteriormente ha llevado a la creación de la “Coordinadora de la España Vaciada (EVA)” y, en segundo lugar, las últimas elecciones nacionales del 10 de noviembre de 2019, unos comicios donde Teruel Existe logró tener representación política, tanto en el Congreso de los Diputados como dentro del Senado, y que ha servido para reforzar muchas de las ideas que se están desarrollando dentro de la EVA, logrando el que algunas de las mismas se hayan introducido por primera vez en el debate político de nuestro país.
John F. Kennedy (1917-1963), presidente de los Estados Unidos de América a principios de la década de los años 60 del pasado siglo XX, dijo una vez: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país.” Fue siguiendo esta línea de pensamiento y esa búsqueda de apoyos, como unas cuantas personas que sueñan con el desarrollo para nuestra provincia, crearon la Asociación Cuenca Ahora allá por el mes de mayo del año 2018.
Desde nuestro nacimiento siempre hemos buscado la colaboración y el contacto con gentes de diferentes puntos de nuestra provincia, manteniendo reuniones con los vecinos de distintas localidades como Cuenca, Tarancón, Huete, Valverde del Júcar o Priego, abordando y apoyando diversas acciones como la lucha contra el cementerio nuclear, las macrogranjas o la apuesta por los servicios para la tercera edad, con la recuperación de las casas tuteladas y residencias que actualmente permanecen cerradas. También por la comarcalización de unos servicios públicos de calidad, de forma tal que los mismos puedan ser accesibles para todos los ciudadanos, ayudando de esta manera para mantener y atraer una población que vemos como cada vez nos es más escasa.
Desde entonces y poco a poco, nuestra asociación ha ido tomando fuerza y trabajando con los pocos medios de los que disponía para que nuestra provincia no siga en el vagón de cola de las políticas que, año tras año, han venido siendo ejecutadas desde todos los gobiernos que han pasado por España y que han ido consecutivamente en detrimento de nuestro futuro como región. Es por ello que desde el inicio de nuestra andadura hemos realizado contactos con otras asociaciones de la provincia, de nuestra Comunidad Autónoma e incluso a nivel nacional, yendo a donde se nos llamaba para poder expresar nuestras inquietudes. Desgraciadamente, con el tema de la pandemia de la COVID 19, mucho de nuestro trabajo de cara al público se ha visto interrumpido. Aun así, estos últimos meses han servido para que desde Cuenca Ahora participásemos en las distintas mesas de trabajo creadas por la EVA para atajar el problema de la despoblación e incluso colaborando con Teruel Existe para llevar propuestas al Congreso de los Diputados.
Y es que hay que decirlo, nuestra provincia tiene un gravísimo problema, este año 2020 nuestra población ha vuelto a descender, un total de 190 habitantes. Una bajada que, aun menor que otros años, seguimos sin ser capaces de revertir y, aunque habrá que esperar para ver a qué se debe esta disminución, si a la pandemia del Covid 19, al fallecimiento de gente mayor o a la falta de trabajo y alicientes para nuestra juventud, lo que sí se puede observar a primera vista es la pérdida de vecinos en nuestra capital, 69 personas, o la ocurrida en la comarca de la Serranía Alta que, con una pérdida total de 88 vecinos, la convierte en la zona más castigada por la despoblación que sufre nuestra provincia, bajando el ratio de este territorio a tan solo 1,45 habitantes por kilómetro cuadrado.
No somos unos ilusos, sabemos que falta muchísimo trabajo por hacer, un trabajo a muy largo plazo que, sin generar apoyos entre los distintos colectivos que coexistimos dentro de nuestra provincia, no será posible. Temas, por ejemplo, como el de trabajar en una moratoria para las macrogranjas, tal y como piden multitud de asociaciones a las que de momento no parece que nadie les quiera prestar atención. Y aunque es de sobra conocido desde hace tiempo tanto el daño que las mismas generan a los acuíferos como la nula aportación que tienen dichas instalaciones para la recuperación demográfica, vemos cómo muchas de las personas que viven en los municipios afectados, en vez de pararse a analizar con detenimiento lo que ha terminado ocurriendo en otros territorios donde se han montado estas infraestructuras, prefieren anteponer e hipotecar el futuro de la tierra donde viven y, con esta, el de la gente que seguirá viviendo en las mismas, por practicar un seguidismo hueco a lo que les cuentan los partidos políticos a los que votan cada cuatro años, sin ni siquiera llegar a plantearse el consultar cualquier dato o informe, siempre que el mismo pueda ir en contra del pensamiento que tienen asumido.
Es, contra ese tipo de pensamiento lineal contra el que el asociacionismo de nuestra provincia debe de mostrarse más alerta, buscando fórmulas que logren llegar a la gente, haciéndoles ver que existe un futuro común del que podrían sentirse muy orgullosos si decidiesen trabajar por el mismo. Si lo conseguimos, tendremos logrado buena parte de ese objetivo de frenar la despoblación y la ruina a la que todos nos enfrentamos.
Y es que tal vez, todo se reduzca a eso, a hacer ver a quien sueñe con ese futuro para su pueblo y su comarca que, sin el apoyo de todos, no será posible ningún avance; que si esa persona ansía un futuro en el cual sus hijos puedan vivir dignamente en esta provincia, debe empezar a pensar lo que desde su posición puede hacer para ayudar a construir, en su día a día y con sus actos, una provincia que tenga más vida y para eso, habrá que conseguir explicar que debemos trabajar todos a una.
Conectar con otras personas, crear sinergias entre los distintos colectivos de nuestra provincia, será lo que nos haga aumentar nuestras posibilidades de éxito, buscando soluciones para un sinfín de problemas, compartiendo conocimientos y experiencias comunes que nos lleven a lograr el futuro que deseamos todos los que amamos estas tierras.
La unión nos puede dar la energía e ilusión que necesitamos para proyectarnos hacia delante, para crear una sociedad más asociativa, activa y participativa que la que existe actualmente, con asociaciones implicadas en generar un futuro distinto y mejor para nuestros pueblos, para convertir nuestra provincia en un territorio mucho más vivo y atrayente. Desde Cuenca Ahora sabemos que esta es una tarea difícil pero no imposible. Eso sí, buena parte de ese posible futuro para Cuenca debe pasar por trabajar día a día todos los conquenses al unísono, al igual que ya está ocurriendo en otras provincias como Soria o Teruel.
¿Seremos capaces de conseguirlo?
Jorge Garrosa Mayordomo
Miembro de Cuenca Ahora