LA ALBERCA DE ZÁNCARA… Y SU SANTA CRUZ

LA ALBERCA DE ZÁNCARA… Y SU SANTA CRUZ

“Las aguas se remansan para acicalar el cielo”. Cierto es, sin referenciar aforismos que el agua ha definido siempre el origen de la mayoría de los lugares de población y cierto es, que ese mismo germen de la naturaleza ha dado vida a la historia, costumbres y economía.

Iglesia de la Asunción de la Alberca de Záncara

1. Origen

Alberca es al-birka: estanque. Aquí, en este lugar de La Mancha, los romanos vieron buena situación de vida y por eso, luego, aquellos musulmanes le dieron el nombre que ahora, orgullosos, ondeamos.

Se vive en tranquila dedicación a una agricultura desde tiempos, benévola. Sus habitantes, honestos en el trabajo fueron también leales a la Corona, cumpliendo con valentía los errores de cada monarca. Eso determinó que en 1363 el monarca Pedro I el llamado Cruel, le diera el título de villa a sus habitantes por ese valor demostrado en su causa, dejando ya de ser aldea dependiente de Alarcón.

Pues bien, aquí hay vía romana, recogida por el Anónimo de Rávena, cruce de fuente, la llamada Dulce, al lado de ese Cerro Motejón con ruinas y castillo, según las voces del lugar, convento de San Francisco fundado en 1335 y donación del lugar al mal llamado Infante don Juan Manuel unos años después para que crease otro convento, en este caso, de monjas como San Ildefonso aludido.

 

2. Su historia

Todo aquí es historia y mucha. Cuando el marqués de Villena llena armas para su lucha por el poder de Castilla, aquí se vive adosado a él. Luego la llegada de Francisco de la Cruz, el toledano de Mora, que inicia hábitos en los carmelitas de La Alberca para luego crear esos Esclavos de la Santa Fe que darán a este lugar el santo y seña de su devoción y patronazgo a favor de la Santa Cruz.

Es villa de realengo desde 1591, momento en el que cuenta con 297 vecinos, de los cuales 286 eran pecheros y 9 son hidalgos, por tanto no hay nobleza rural, aunque en el siglo XVIII, en el Censo de Floridablanca nos habla de 10 miembros del clero, 6 estudiantes y 24 hidalgos de cierta riqueza.

En el Censo del Marqués de la Ensenada, llevado a cabo en el año 1752, el mayor hacendado es don Julián de Toledo y Briones, afirmando que en ese tiempo hay 14 nobles, aunque hay 6 pobres de solemnidad y otros 14 que se abastecen de misericordia del resto de los vecinos.. Sin embargo, es muy curioso que afirme que hay en ese momento 24 eclesiásticos, entre seculares y regulares, gracias sin duda, al convento carmelitano.

Es un lugar espacioso en sus calles y plazas, edificado en terreno llano y sus casas están bien encaladas.

Por eso sus habitantes que pasean por sus calles y callejas más rurales en trazado manchego, alardean de algún escudo que otro y portadas de familias hidalgas, en la calle Nueva y casas de devoción en la calle de la Amargura. Ellos y yo, bebemos agua en la Fuente del Pilar y refrescamos mirada en esa calle de las Huertas, pero cuando pasamos por la plaza de Arriba o del altozano donde se encuentra el Ayuntamiento de soportales, bellísimo, y su iglesia parroquial dedicada a la Asunción, todo se transforma. Dentro, sus capillas y el retablo mayor.

 

3. Su patrimonio

Esa parroquial de la Asunción, en 1587, durante la visita pastoral que se hizo, ya comunicó al Obispo que es una iglesia grande, bien aderezada con sillería en las esquinas y piedra en sus paredes, pero no tiene torre y quieren hacer una. El interior de la misma está bien poseída de ornamentos, relicario de valor y un retablo antiguo. El hecho de que  su espadaña pequeña esté quebrada y las campanas en situación de peligro, determinará que con donativos de la vecindad se pueda construir una torre sólida que ya estará construida a mediados del siglo XVII.

Un poco antes, cuando este lugar pertenecía al marquesado de Villena y al Común de la villa de Alarcón, el mismo marqués don Juan Pacheco apoyó un convento que allí había de religiosas dominicas, y que había levantado el Infante don Juan Manuel en el año  1375. Luego, el marqués lo trasladó a su villa natal de Belmonte.

En las Relaciones Topográficas que mandase hacer el rey Felipe II, se cita que en este lugar del Aberca hay:

  • Dos alcaldes ordinarios y otros dos de la Hermandad y un alguacil; tres regidores, los dos perpetuos y un añal y seis diputados del Común, con un síndico en nombre de la república.
  • Que esta villa tiene privilegio de su majestad para no vender ni quitar de la corona real, ni sacarlos para guerras por fuera del reino sino fuere al socorro de las costas de Cartagena y Valencia, y está al Fuero de Alarcón poblada.
  • Que hay un lugar llamado El Amarillo, que está a una legua de la villa y que siempre han oído decir que se despobló en una fiesta o junta que hicieron porque en la comida murieron de una salamanquesa que se coció en el agua donde se amasó el pan.
  • En el Censo Real de Castilla, La Alberca a la que se le agregó en el siglo XIX, el apelativo de Záncara por el nombre de su río, figura como tierra de Cuenca y siempre lo ha sido de su provincia y obispado.

Tuvo convento de Santa Ana, antes Carmelitano Descalzo, y ahí, el barroquismo alberga a su reliquia de la Santa Cruz en su capilla sin acordarse de que hubo otro convento también –ahora desaparecido- y como mucho podemos pasear hacia la ermita de San Isidro, el labrador junto a la Serrezuela para hacer romería de la buena. Casas, casonas, balcones, algún tejaroz, hospitalillo de Juan López, ermitas de antaño, fachadas emblanquecidas, plaza nueva remozada con fuente elegante, mercado y costumbres ancladas en su honestidad, la de sus gentes. La Alberca de su río Záncara es buen lugar de paso y mejor de estancia. Yo lo he sentido y vivido con Pregón y libro hecho, por eso lo afirmo y, si cabe, lo corroboro con sentimiento y cariño.

 

4. Fiestas y Tradiciones

El día 3 de mayo se celebra la Cruz de Mayo. Se va a por San Isidro a su capilla, ubicada en el cerro conocido como La Serrezuela. A continuación se vuelve para el pueblo con San Isidro y Santa María de la Cabeza, en procesión. Al llegar, se recorren varias calles del pueblo con el santo, hasta que se encierra en el Convento, hasta el 15 de mayo, día de San Isidro, en el que se vuelve a sacar en procesión y se regresa con él a su capilla, donde se deja descansar hasta el 3 de mayo del siguiente año.

En La Alberca de Záncara se celebran desde antaño fiestas de Moros y Cristianos, así como la feria, del 13 al 18 de septiembre en honor a la patrona del pueblo: la Santa Cruz, coincidiendo con otros pueblos de la provincia, como Buenache de Alarcón.

Por eso cuando se canta la Jota rabiosa: “Yo no me canso morena, subo la cuesta contigo y no me canso morena y luego la bajo solo y me fatiga la pena” te sientes otro –como diría Blas Patiño- y entre mayos a la Virgen y a la Santa Cruz, los Dichos de moros y cristianos que aún están mantenidos por tradición y solera, al igual que aquel San Marcos, Cruz de Mayo, Santa Cecilia, el baile del garrote o las doce palabritas y el Caracol en la Navidad.

Jubileos concedidos de un día al año: para el Convento de Santa Ana, por el papa Inocencio X, el día de la Santísima Trinidad para el Altar de Nuestra Señora de la Fe. Y otro jubileo para el altar de Nuestra Señora del Socorro en el día en que se celebra su fiesta.

 

5. Devoción a la Santa Cruz

En este lugar se tiene una devoción muy particular a la Santa Cruz, desde hace más de trescientos años. Según la historia, se le apareció a un tal Francisco, natural de Mora en Toledo, el cual ingresaría a partir de ese momento, en la Orden de Nuestra Señora del Carmen, fraile calzado, que profesaría en el citado convento de Santa Ana.

Este Francisco se bautizó nuevamente como Fray Francisco de la Cruz, llamándose “siervo de Dios”, decidiendo que fuera construida una Cruz de madera, labrada poniendo en sus cuatro extremos las palabras del evangelista San Mateo. El tal Francisco de la Cruz emprendió un viaje de penitencia con la cruz a cuestas por lugares del mundo, visitando al Papa Urbano VIII que le hizo depositario de reliquias, llegando hasta la ciudad de Jerusalén, recorriendo con la cruz todos los sitios que Jesús, el hijo de Dios, recorriese en su Calvario.

Fuente del Pilar de La Alberca

Bibliografía

  • VVAA, coordinados por M. Romero, escribieron y editaron el libro La Alberca de Záncara, historia y leyenda. Año 2013
  • EXPÓSITO RABADÁN, Jesús. La Santa Cruz. Editado en el 2021

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