El río Turia es una bendición para Gestalgar. Un regalo de la naturaleza que conecta a Gestalgar con otros espacios. El Turia traspasa su término trayéndole la caliza del “río Blanco” desde la Sierra de Albarracín y la arcilla del “río Rojo” desde las tierras de Alfambra (1). Y a contracorriente, remontando como las anguilas, también le llega por el Turia el aliento de Valencia y del mar. El Turia de Teruel, de Ademuz, de Gestalgar, de Valencia y del Mediterráneo. El Turia realza y enriquece el paisaje, variopinto y contrastado, de Gestalgar. Cerros y altos llanos, matorrales y pinares frecuentemente abrasados, cultivos y riscos, hontanares y secarrales. Vena verde del río y de la huerta. Sustento y deleite.
El Turia es el Guadalaviar blanco tintado de rojo tras su confluencia con el río Alfambra. El Turia nace manso en la vega de Teruel, a los pies de sus torres mudéjares, y así va bajando por pueblos y más vegas. A veces, entre ellas, quieren cerrarle el paso algunos estrechos de piedra, como en Villel o Libros, a los que el río sortea con facilidad y llega sin sobresaltos a la amplia y fructífera vega del Rincón de Ademuz. En Torrebaja recibe las aguas abundantes y claras del río Ebrón. “Más redaños tiene el Ebrón que el Ebro -dicen socarrones los ademuceros- porque un año se secó el Ebro frente al Pilar de Zaragoza y el Ebrón aquí como si tal cosa”.

El Turia aúna aguas de la Sierra de Albarracín a través de los ríos Guadalaviar y Ebrón, de la Sierra de Gúdar por medio del Alfambra, aguas del Javalambre y sus estribaciones por los ríos Camarena, Riodeva, Arcos y Tuéjar.
Tras Casas Bajas, en el límite de Valencia con la Castilla conquense del Marquesado de Moya, el río se embravece y se enrisca durante un tramo, pero no tarda en desahogarse en las breves vegas de La Olmeda, de Santa Cruz y de Las Rinconadas.
Bajo el viaducto sobrecogedor de Las Rinconadas, el Turia vuelve a encajonarse de manera prolongada por toda la comarca de Los Serranos. Vueltas y revueltas rodeando puntales rocosos. Nuestro rio, embravecido en un relieve atormentado, ahuyenta de su proximidad a las poblaciones por cuyos términos pasa: Aras de los Olmos, Titaguas, Tuéjar, Chelva, Calles, Benajéber, Domeño, Loriguilla, Chulilla, Gestalgar, Bugarra, Pedralba.

El Turia, sin embargo, reposa y se crece en los embalses de Los Serranos: Benajéber y Loriguilla. Tanto uno como otro se destinan al abastecimiento de la ciudad de Valencia y a determinados riegos del Camp del Turia y de la Huerta. Los viejos Benajéber, Domeño y Loriguilla desaparecieron bajo sus aguas y resucitaron en lugares distantes con sus mismos topónimos (2).
Tuéjar y Chelva compiten para que el afluente del Turia que por ellos pasa lleve sus respectivos nombres, así que cada pueblo le aplica el suyo. El Tuéjar o Chelva, según estemos en una u otra población, tras atravesar la más humilde de Calles, desemboca en el embalse de Loriguilla. Aguas abajo de éste, el Turia se vuelve temible en el profundo y angosto Salto de Chulilla.
En Gestalgar, Bugarra y Pedralba se va amansando el río y la orografía. Hay quien considera que estas poblaciones merecen incluirse con más propiedad en la órbita de Chiva, Liria y en el Campo de Turia que en la Serranía. Desde Pedralba las tierras se ensanchan. El relieve se aplana. Es entonces cuando el Turia se hace aún más fructífero gracias a la fertilidad y amplitud de la vega y a la benignidad del clima. Villamarxant, Benaguasil, Ribarroja y La Eliana en la comarca del Campo de Turia.

A partir de ahí entra el río en la famosa Huerta de Valencia, L´Horta. La Huerta no es sólo una tierra rica en productos agrícolas, es una larga historia y una profunda cultura, que arraiga en la Hispania romana, llega a su esplendor en Al Andalus y se ha mantenido hasta hoy en dia, luchando, eso sí en desventaja, con la intensa urbanización y la explosión industrial y demográfica. Manises, Paterna, Quart de Poblet, Mislata, Valencia. De la importancia histórica de la Huerta da fe el Tribunal de las Aguas, institución milenaria, democrática y autogestionaria, declarada en 2009 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Y en Quart de Poblet el Turia se duplica. Ya no es uno, sino dos: El Turia antiguo y muerto, ya sin peligro, río fantasma de cauce embellecido de jardines y construcciones culturales de diseño, bajo puentes históricos, frente a puertas y murallas medievales. Rio para el disfrute. Y el nuevo Turia, directo y funcional, entre altos edificios de nuestro tiempo, nacido para que nunca más pudiera repetirse una catástrofe como la de 1957.
Y en vecindad con el cauce nuevo quedaron Xiribella, Picanya, Paiporta, Benetúser y Sedavi. Y finalmente, la nueva desembocadura entre Valencia Sur y Pinedo.

Dice Madoz, a mediados del siglo XIX:“Se le puede calificar (al Turia) como de tercera o cuarta clase con respecto a la cantidad de sus aguas, pero en cuanto a las utilidades que rinde, ya por los terrenos que riega, ya por los ingenios a que da movimiento, puede compararse con el Segura, superando no sólo a los mayores de la Península, sino a los famosos Rin, Elva, Vístula, etc., y quizás al mismo Volga, centro de la civilización y el comercio de la Rusia.”
Dentro del exagerado parangón de Madoz hay un fondo de verdad. No tendrá el Turia la magnitud de esos ríos tan caudalosos, pero su aprovechamiento por parte del hombre no puede ser más exhaustivo. Cuando el Turia llega a Quart de Poblet ha entregado hasta la última gota de vida. El nuevo azud del Repartiment que vino a sustituir a los últimos azudes históricos reparte las últimas aguas. Y en la desembocadura, esperando el mar al río que no llega, sube él con su agua salada a buscar el agua dulce del Turia.

El Turia fue domesticado de antiguo como vía de transporte maderero, y puesto a trabajar en infinidad de azudes y acequias de riego, de molinos y batanes, martinetes de cobre y hierro, lavaderos de lana y curtidurías, soportando puentes y muros de defensa, presas de embalses y de centrales hidroeléctricas y alegrando la vida en zonas de baño, de pesca y en parques fluviales. Desde la Sierra de Albarracín hasta Valencia y desde que hay datos históricos hasta ahora ha sido un río aprovechado e industrioso.
De Roma nos viene el acueducto de los Calicantos de Gestalgar, hermano del de Peña Cortada y del de Albarracín-Cella (3). En los tiempos de Al Andalus el Turia fue un río mimado hasta el punto que la mayor parte de los azudes y acequias que han llegado hasta nuestros tiempos tienen allí sus orígenes. Los riegos y cultivos andalusíes se mantuvieron nada más y nada menos que hasta el siglo XVII cuando sus herederos, los moriscos, que representaban la totalidad de la población de Gestalgar, fueron expulsados.
La Peña María, tótem de Gestalgar junto al Turia, vigila desde su cúspide el Estrecho de los Azudes, la Presa Vieja y la central hidroeléctrica de Portlux.

El Estrecho de los Azudes marca el lugar donde se localizaban las antiguas tomas para riego de Gestalgar. Gestalgar tiene huerta a uno y otro lado del río. Se conservan parcialmente muchas de las acequias. La Acequia del Lugar, medieval y renovada a lo largo del tiempo, era la más importante de Gestalgar, diversificada en muchos ramales y derivaciones hasta llevar el agua a cada una de las numerosas huertas de la margen izquierda. En la margen derecha se encuentra la mayor superficie de cultivo de Gestalgar tanto de regadío como de secano. Se regaba principalmente con las acequias del Rajolar y del Olivar. Azudes y acequias tuvieron vida hasta que se implantó el moderno riego por goteo y las dejó sin uso. Un patrimonio histórico en trance de extinción.
En el Estrecho de los Azudes ya no encontramos ni uno, pero sí las ruinas de la Presa Vieja. La Presa Vieja iba a crear en el siglo XIX el primer embalse del Turia. Una expectativa frustrada. Al parecer, hubo que demolerla por defectos estructurales y nunca llegó a cumplir su finalidad de auxiliar al riego de la vega de Valencia.
La Peña María anunciaba a los gancheros el fin de sus penalidades, tras haber atravesado sanos y salvos el terrible Salto de Chulilla, que tantas víctimas se cobró entre ellos. Para celebrarlo mandaron levantar junto al Turia, aguas abajo del pueblo, la Ermita de los Santos de la Piedra. Los gancheros de Chelva, forjados y acuchillados en los tajos fluviales del Turia, fueron muy valorados en otros ríos madereros como el Tajo, el Júcar, el Cabriel o en los ríos pirenaicos de Navarra.

Dos de las cinco minicentrales que perduran en la comarca de Los Serranos las encontramos en el Turia de Gestalgar: la mencionada de Portlux, cuyo azud se encuentra en término de Chulilla, y la de Gestalgar o “la Papelera”, cuyo canal deriva del azud situado a medio camino entre Peña María y el pueblo.
El Turia a pesar de haber sido amaestrado por el hombre, a veces se trastorna y se vuelve salvaje. El Turia es un río de riadas. Y Gestalgar es testigo y víctima de ellas. La de 1957, la más destructora de las conocidas hasta entonces, se llevó por delante el lavadero del Paseo de los Chorros y el puente de la carretera a Chiva, construido hacia 1930 junto a las ruinas de otro anterior del siglo XVII, afectó gravemente a la ermita de los Santos de la Piedra y a muchas acequias y tierras de cultivo. El lavadero fue reconstruido y mejorado tal como hoy lo vemos. La ermita se rehizo. Y se construyó un nuevo puente, realmente un viaducto, más abajo del anterior con una mayor capacidad de solventar las avenidas.

Cuando parecía que nunca más volvería una riada como aquella, ha sobrevenido otra peor en 2024. La más mortal datada en España. La más destructiva también para Gestalgar. Un desastre histórico. En Gestalgar no hubo víctimas, pero sí considerables perjuicios. Se llevó el polideportivo, el campo de fútbol, los caminos y toda la vega. El río Turia transformó el vergel de la huerta en un paisaje de desolación y caos. Pero lo peor no bajaba por el Turia sino por un cauce próximo casi siempre seco: la Rambla del Poyo.
La ferocidad del río Turia a lo largo del tiempo queda plasmada en el cataclismo de los dos puentes viejos. Sólo el largo viaducto construido tras la destrucción del anterior en 1957 ha superado la tremenda prueba de la DANA del 29 de octubre de 2024. Y es que el Turia, como todos los ríos y ramblas levantinas, trae la vida y a veces, demasiadas veces, la destrucción.
(1) Guadalaviar y Alfambra son términos árabes. El primero procede de Wad Al-Abyat que significa en castellano Río Blanco y Alfambra procede de Al-Amra, la Roja referido a las arcillas coloradas sobre las que se asienta la población de Alfambra y que tiñen las aguas del río de un modo llamativo y frecuente.
(2) Benajéber desapareció bajo las aguas de su embalse. Se creó un pequeño y nuevo Banajéber próximo pero la mayor parte de sus gentes fueron al término de Paterna donde se creó San Antonio de Benajéber, hoy ya municipio independiente y con una población multiplicada.
El embalse de Loriguilla acabó con el caserío de Domeño y Loriguilla que fueron refundados el primero cerca de Liria y el segundo cerca de Aldaia.
(3) Tanto en el acueducto de los Calicantos en el río Turia como en el de Albarracín-Cella en el Guadalaviar predomina la excavación en pared de roca, el de Peña Cortada en el rio Tuéjar destaca por su puente de tres arcos muy bien conservado. El de Gestalgar no se llegó a terminar en ningún tramo y por tanto nunca llevó agua.
BIBLIOGRAFÍA
- Guía de los ríos de España. Revista del MOPU. Nº 378 Julio-Agosto 1990.
- Instituto Geográfico Nacional. https://www.ign.es/web/ign/portal/inicio
- Confederación Hidrográfica del Júcar. http://www.chj.es/turia.htm
- https://www.chj.es/es-es/medioambiente/Paginas/Medio_ambiente.aspx
- https://www.chj.es/es-es/ciudadano/publicaciones/Paginas/Indice.aspx?Libro=El+patrimonio+hidr%C3%A1ulico+del+Bajo+Turia
- Ayuntamiento de Gestalgar. https://www.gestalgar.es/
- https://www.gestalgar.es/pagina/geografia
- https://www.gestalgar.es/pagina/lugares-sitios
- https://contandohistoriasdeaqui.blogspot.com/2019/03/1875-gancheros-y-madereros.html
- https://tribunaldelasaguas.org/es/12-acequias-de-valencia