La historia de los molinos de viento puede remontarse posiblemente hasta la misma Nínive y sus jardines colgados. Ruinosos o reconstruidos, incluso en activo, adoptan diferentes formas dependiendo de la parte del mundo en la que se hallen. Hasta el mismo Leonardo da Vinci hizo un proyecto tecnológico muy particular recogido en el Códice de Madrid. De la molienda de cereal se ha llegado hasta la generación eléctrica, pasando por el desecado de zonas húmedas y elevación de aguas.