Escuchar la palabra maquis despertará, por sí sola, infinidad de sensaciones a quien la escuche. Desde el desconocimiento absoluto al terror indescriptible para llegar al halo de esperanza. Todo depende de cómo haya llegado su historia a tus oídos.
Para muchos niños y niñas de los años 40, 50 e incluso 60 del pasado siglo, más aún en ciertas zonas rurales, era un enconado competidor del Coco. Pero la realidad que fue y la que nos fue legada son muy diferentes.
Palabra de origen francés (y antes corso e italiano), fue acuñada para denominar a los guerrilleros que se escondieron en los montes en la Resistencia contra la invasión nazi de Francia. Tras la Segunda Guerra Mundial, una serie de guerrilleros españoles, impulsados por el PCE, se internaron en territorio nacional con el objetivo de comenzar una guerra de guerrillas que derrocara al régimen franquista dictatorial vencedor de la reciente Guerra Civil.
Todo ello desembocó en la Agrupación Guerrillera Reconquista de España, que se internó desde Los Pirineos, resultando en fracaso. Más tarde, en agosto de 1946, se conformó la Agrupación Guerrillera de Levante. Es el inicio de este fenómeno en la Serranía conquense.
Un fenómeno que es inentendible sin la tragedia nacional de la Guerra Civil, que sin embargo no tuvo grandes repercusiones en San Martín de Boniches, según relata Elena Ruiz. No obstante, sí que hubo significamientos ideológicos importantes que marcarían el rumbo de la guerrilla en la siguiente década. Uno de ellos fue la fundación de Radio Comunista en el año 1937.
El maquis en San Martín de Boniches
Podría decirse, sin ruborizarse, que San Martín de Boniches, con todos los parajes que aguarda su término municipal, es el sitio idóneo para la labor que quería llevar a cabo la posteriormente denominada Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). Este pueblo bañado por el río San Martín cuenta con una orografía profunda y boscosa que servía de perfecto refugio. La Manglana, el Royo, la Sierra de las Cuerdas, el Collado Molar, El Bercoloso, la Retuerta o la Rebollosa son nombres hoy en el olvido, pero que guardan infinidad de memorias. De esperanzas de igualdad, libertad y fraternidad truncadas por la aplastante realidad de la fuerza de un régimen y la pasividad de una población que no deseaba más muerte.
Con este contexto, llegó finalmente la primera intervención de la guerrilla en San Martín. Y fue, de hecho, en el mismo pueblo. La noche del 19 de septiembre de 1946 una partida mandada por “Paisano” (en otros textos, menciona que el cabecilla era “Capitán”) entra en San Martín de Boniches. Tras pasear por las calles del pueblo, se dirigieron al Ayuntamiento, donde juntaron al alcalde y el secretario; y robaron los sellos, una máquina de escribir, la escopeta del alcalde y rompieron los retratos de Franco y de Primo de Rivera. Sin embargo, no hicieron ningún daño a nadie esa noche.
Este hecho conllevó una respuesta por parte de la Guardia Civil, que asaltó días más tarde, el 28 de septiembre, el campamento de los maquis en Cabeza del Royo, falleciendo uno de los guerrilleros, Miguel Pérez Lloria “Peluquilla”.
Años de “convivencia”
Así, se inició una etapa donde la presencia del maquis, a pesar de las continuas luchas con la Guardia Civil, parecía “normalizarse” en la región. Tras lo ocurrido en Cabeza del Royo, la guerrilla se desplaza al sur del término municipal, cobrando gran importancia las hoy en ruinas Casas de Manglana. En estos años, se irá uniendo paulatinamente gente de la región al maquis, en especial pastores y resineros sin propiedades, pues conocían bien los parajes y tenían gran necesidad, por lo que se sentían más atraídos hacia los deseos de revolución.
Las actuaciones durante 1947, 1948 y parte de 1949 se reducirán principalmente a voladuras de líneas férreas en lugares como Cardenete, Monteagudo, Salinas del Manzano o Villarejo de la Peñuela. Destacarán los campamentos de parajes como El Molatón o El Bercoloso, pues fueron unos de los últimos en ser abandonados definitivamente por los maquis. También las habituales estrategias desarrolladas tanto por guerrilleros como por guardias en las que se disfrazaban intentando sonsacar información a la población, para que delataran a amigos o familiares.
También hubo mujeres que se unieron a la guerrilla. Según detalla Vicente, investigador aficionado de San Martín de Boniches, “en la cueva de Cabeza Mediana están marcados los nombres de tres guerrilleras que se refugiaron allí”. Elena Ruiz, compañera de investigación, lo corrobora: “descubrimos que Remedios, una vecina de Mohorte, en Cuenca, cuyo nombre de guerrillera fue Celia, estuvo en la Cueva Mediana”.
Justo en ese paraje, Vicente, que se crió en La Manglana, recuerda: “cerca del río, en la zona de Cabeza Mediana, mi padre sembraba trigo y cebada. En una ocasión, tras segar el trigo y dejarlo en haces para que secara, volvió a los tres o cuatro días para acarrearlo y le habían quitado once haces. Habían sido los maquis que allí acampaban”.
Es esencial durante estos años el papel de los enlaces, grupos de vecinos afines que les apoyan logísticamente. Cayo es el jefe de estos enlaces, siendo un punto elemental la casa de la señora Eugenia, donde se cocinaba a los guerrilleros; o el papel de Emencio, que se encargaba de llevar estos víveres al monte. “Casi todos los guerrilleros y enlaces de San Martín de Boniches eran familiares”, apunta Elena.
1949, el comienzo del fin de la guerrilla
1949 es, sin lugar a dudas, el comienzo del fin del maquis. Fue uno de los años más convulsos en la serranía conquense.
En otoño de ese año, el grupo de guerrilleros de la zona, comandados por “Paisano”, mataron a un cabo de la guardia civil, siendo uno de ellos detenido y llevado al cuartel: “Regino”. Ahí, comienza una búsqueda por parte de la Guardia Civil de los enlaces que daban apoyo a la guerrilla. Esto ocasionó que muchos de estos antiguos enlaces se “echaran” al monte, uniéndose a la AGLA.
En octubre de ese mismo año, el Gobernador Civil de la provincia de Cuenca, Gabriel Juliá Andreu, se personó en San Martín de Boniches para persuadir a los familiares, con el objetivo de que los guerrilleros se entregaran, tras una carta que ellos mismos escribieron provocando al propio gobernador.
No convenció a los vecinos y familiares, pues ya habían marchado al monte Emencio, Aurelio, Basilio, Daniel, Francisco, Jesús, Melitón, Heliodoro, Julián y Prudencio, y poco después, Marino. Muchos de ellos fueron por ideología, aunque la necesidad y el miedo fueron definitorios. Según detallan Elena y Vicente, “el estatus social fue crucial para determinar si las personas se iban al monte o no”. Eran, en general, personas sin tierras ni propiedades en el pueblo.
En un primer lugar se dirigieron a la Cueva de los Heridos, no muy lejos de El Molatón, lugar donde reposaban aquellos guerrilleros que estaban heridos.
Con esta situación se llega a la madrugada del 7 de noviembre de 1949, donde los maquis fueron masacrados por la Guardia Civil en el Cerro Moreno, en el municipio de Santa Cruz de Moya, donde fallecieron cinco de los guerrilleros de San Martín que se habían incorporado hacía apenas una semana. Entre ellos Marino, del que cuentan, según recuerda Vicente Jiménez, que no quería unirse al maquis, y que fue obligado por sus hermanos, que ya estaban dentro de la guerrilla.
Los estertores de un sueño
Tras los sucesos de Cerro Moreno, el sueño que había inspirado a cientos de personas de una sociedad en igualdad se desvaneció. Tras ello, siguieron ocurriendo hechos dispersos, sabiéndose el final de una historia que comenzó con la esperanza republicana de 1931.
Desde entonces, entrada ya la década de 1950, no hay acciones destacadas, aunque sí enfrentamientos y escaramuzas. Reseñable, para el caso de San Martín de Boniches, es lo sucedido el 29 de abril de 1950, cuando “Felipe” y “Sastre” se enfrentan a la Guardia Civil en La Rebollosa, resultando “Felipe” herido, aun matando él a dos guardias civiles. Lo trasladaron al Cuartel de Carboneras de Guadazaón aún vivo, siendo interrogado y muriendo en el propio cuartel.
Años de silencio
En 1951 se produjeron los últimos episodios en la región, terminando por desmantelar muchos destacamentos de la Guardia Civil en la serranía, como el de San Martín de Boniches, pues se habían instalado con el único objetivo de acabar con el maquis.
Y sólo quedó una gran losa de desilusión y una sociedad que los culpaba, que los reprimía, que no los entendía. Pero, ante todo, quedó desconcierto, mentira y silencio. Mucho silencio. Un silencio penetrante que atravesó generaciones y que tuvo que esperar hasta finales de los años 70 para comenzar a respirar. Pero no del todo. Y aún hoy, 75 años después, muchos siguen en cunetas, muchas muertes sin clarificar. Quizás ya es hora de empezar a hablar.
Referencias
- Cava, S. F. (2002). Los catorce maquis de San Martín de Boniches. La Gavilla Verde. Obtenido de https://www.lagavillaverde.org/Paginas/Jornadas/III_Jornadas/Paginas/catorce.html
- Mas la Mateba (2021). Julián Culebras de la Cruz “Ángel”. Obtenido de https://www.elmaquis.es/tag/san-martin-de-boniches-cuenca/
- Prieto Jiménez, D. (2005). Los Maquis en la provincia de Cuenca (Aproximación a la dialéctica de la represión durante la posguerra [1945-1952]). Diputación Provincial de Cuenca.
- Ruiz Pérez, E. (2017). San Martín de Boniches: Historia, Costumbres y Testimonios. Ayuntamiento de San Martín de Boniches.
- Vestal Etnografía S.L. (2024). HISTORIAS del MAQUIS en San Martín de Boniches, con Elena Ruiz y Vicente Jiménez. Vestal Etnografía S.L. https://www.youtube.com/watch?v=Dsdg272WiAg
Este artículo se enmarca en el proyecto “Historias del maquis. Estudio del recorrido de la Agrupación guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) en San Martín de Boniches”, desarrollado por Vestal, y financiado por el Ayuntamiento de San Martín de Boniches y la Diputación de Cuenca.
Vestal es una consultoría que apuesta por el fomento del turismo cultural en el medio rural.
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