Quero en el tiempo

Quero en el tiempo

Quero nació y vive  en el corazón de la Mancha Húmeda, paraíso para las aves acuáticas  y los endemismos botánicos.  En el centro del círculo geográfico formado por el río Gigüela y las lagunas de Villacañas, Villafranca de los Caballeros, Alcázar de San Juan, la del Salicor de Campo de Criptana, las de Miguel Esteban y la de Palomares de Puebla de Almoradiel. En Quero radica el meollo endorreico y fluvial de las Reserva Natural de las Lagunas y Albardinales del Gigüela con la extraordinaria laguna del Taray y la conjunción del Riánsares con el Gigüela. Y pegada a su caserío, haciéndole compañía, la laguna Grande como una alucinación de sal y de luz. Quizás por eso Quero es la población con menos habitantes del contorno, porque las tierras de sus alrededores están mediatizadas por lagunas saladas y humedales. En 2023 vivían en Quero 1.012 personas, cuando la menos habitada de las poblaciones limítrofes, La Villa  de Don Fadrique, pasaba de los 3.500. Y las siguientes casi llegaban a los 5.000, como Villafranca (4.846), Miguel Esteban (4.779) y La Puebla de Almoradiel (4.952). Y a la cabeza, Villacañas con 9.511, Campo de Criptana con 12.960, y sobre todo, Alcázar de San Juan con 30.928 habitantes.

Mapa del término de Quero en 1883. Fuente: IGN

Ya hablaban de esto las Relaciones Topográficas de 1575 cuando trataban de las limitaciones de Quero. Por una parte  la gran superficie de tierra no cultivable y, por otra, el hecho de que una parte importante de sus mejores tierras pertenecieran a propietarios de Alcázar y de Villacañas. “En el dicho término hay mucha parte de tierra salobre y que es de la vega de Cigüela que dicen y asímismo mucha parte del dicho término”. “A los cuarenta y dos capítulos dijeron que la gente de este pueblo es pobre y no hay ningún trato, ni gran feria, ni oficios de que vivan y la causa de ser pobres es porque de tres partes la una del término y labores que esta villa tiene y las mejores las tienen y labran vecinos de Alcázar y Villacañas…”. Por entonces vivían 200 vecinos en unas 180 casas más o menos. De ellos  160 labradores y 40 hidalgos.

   Quero en 1751 seguía siendo, y lo fue  hasta el siglo XIX, una de las trece villas que componían el priorato de San Juan “que obtiene y goza el serenísimo señor Infante Duque Don Felipe”, con sede en Consuegra. Este infante, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, fue el que inició con el nombre de Felipe I la famosa dinastía italiana Saboya-Parma. La Orden de San Juan había repoblado la comarca tras la victoria castellana en las Navas  de Tolosa (1212) que supuso el fin definitivo del poderío político musulmán al norte de Despeñaperros. Quero había entrado a formar parte de  la Orden ya en 1162. De 1241 es su Carta Puebla en la que constan 90 vecinos. Y Pedro I le concede el título de villa en 1359. Quero trasciende esta época y su memoria se pierde en el pasado más remoto. Los humedales debieron ser ricos en caza y en recursos naturales. Puntas de lanza y raederas de sílex paleolíticas y neolíticas halladas junto a las lagunas así lo demuestran. La “terra sigillata” habla de que ya junto a la laguna Grande habría población romana. Los quereños conservan con devoción en su Casa Consistorial un refinado cancel visigodo, testigo elocuente de un tiempo que se ha difuminado. En 1751 el Catastro de Ensenada data unos 300 vecinos en 240 casas. Esto supone una población algo superior a la actual.

Dibujo de la Villa de Quero en 1775. Fuente: https://cronistaalfonsoruizcastellanos.blogspot.com/

Madoz en 1849 nos informa de que “tiene en el día 200 casas habitables y otras muchas arruinadas a consecuencia de la última guerra” y una menguada población de 200 vecinos que suponen 823 personas. La guerra de la que habla y que tanto daño hizo a Quero fue la Primera Guerra Carlista (1833-1840).

    El siglo XIX trajo las desamortizaciones y con ello la privatización de las tierras comunales gestionadas por la Orden de San Juan, entre ellas la laguna de Taray. Se recupera  la población en la segunda mitad del siglo XIX a pesar del  cólera y fiebres varias, entre ellas las saturninas (1). Y crece sobre todo en la primera mitad del XX. En 1950, alcanza los 3.073 habitantes, una de las cifras más altas de su historia. Lo que no pudieron las guerras y las epidemias lo provocó el éxodo rural a partir de 1960. La despoblación ha continuado en el siglo actual. En 2001, constan 1.256 habitantes, en 2023, 1.012. Madrid absorbe como una esponja la Castilla rural. El tren a Madrid y la estación de Quero, construida en 1854, facilitaron la diáspora.

Ayuntamiento de Quero en 1899. Fuente: Hemeroteca CLM

El entorno lagunar y salitroso le permitía a Quero, para compensar, algún beneficio especial aunque no fuera de mucha enjundia. Uno era la pesca. Quero ¿pueblo de pesca? Pues sí señor, Quero explotaba la pesca de la tenca en Taray (2). Otro, los baños curativos que Madoz destaca: “…lo mas notable que ofrece la tal laguna es lo virtuoso de los baños de sus aguas, eficaces contra las enfermedades venéreas, cutáneas y reumas”. Y, finalmente, la sal amarga de las lagunas próximas. Al menos durante el siglo XVIII fueron muchos los arrieros de Quero que transportaban la sal de la laguna la Hidalga (junto a Miguel Esteban), de su  laguna Grande y de la laguna Larga de Villacañas.

   De cualquier modo era la agricultura y la ganadería lo que daba y da de comer a Quero.  Las  Relaciones topográficas dejan claro en 1575 la importancia de la agricultura de cereales y de viña y de la ganadería lanar:  “A los veinte y seis capítulos dijeron que esta villa y sus términos es tierra de labranza de pan y vino y esto es en lo que ella seco es y asímismo se cria ganado de lana ….”. Según el Catastro de Ensenada, mediado el siglo XVIII, la inmensa mayoría de las tierras eran de “secano y labrantío”. Se cultivaban cereales:el imprescindible trigo, cebada, centeno y avena. Legumbres que denomina “frínsoles y guisantes”, cominos, azafrán y la hierba de la barrilla. También se recolectaba una planta silvestre, propia de terrenos salitrosos, la sosa. No había olivos en Quero pero sí 50 fanegas de viña con mil vides por fanega. El vino lo vendían los cosecheros en sus casas pues en Quero no había establecimiento público de venta de vinos. Y se data un curioso cultivo ya desaparecido en ese momento: “en lo antiguo, según han oido decir, se siembra rubia para tintes”.  De la rubia (Rubia tinctorum) se extraía un importante tinte de color rojo muy valorado en la industria castellana de la lana. El regadío se reducía a doce fanegas repartidas en doce huertas con pozo y noria.

Donato Román en labores de arado en Quero, años 50. Fuente: Historias de La Mancha, militares y quereñas (1621 - 1931). Alfonso Ruiz Castellanos. Cedida por Casto López del Pozo

   La segunda mitad del siglo XX trae a La Mancha una ampliación explosiva del regadío agrícola gracias a las nuevas tecnologías de perforación y bombeo que permiten la extracción de aguas  subterráneas más profundas y copiosas.  Por la vega del Gigüela se instalan amplios riegos con pivots y aspersión, no siempre viables.  El cultivo de la viña se multiplica y se introducen nuevas variedades a las que se aplica el riego por goteo.

    En el censo agrario de 2020 constan en Quero 247 explotaciones agrícolas con un tamaño predominante de 10 a 50 Ha en una superficie de 7.704,79 Ha de “tierra arable”. La superficie agrícola utilizada (S.A.U.) de cultivos herbáceos  es de 4.811,81 Ha en 179 explotaciones con un 62,45% de la superficie total. La superficie de cultivos leñosos en Quero es de 2.424,45 Ha, con 200 explotaciones y un 37,47% de superficie. Con gran predominio del viñedo. La superficie de tierras para pastos permanentes en Quero es de 468,50 Ha. Con dos explotaciones extensivas y un 6,08% de toda la SAU.

   El ganado ovino y caprino es históricamente el otro pilar de la economía. Aprovechaban los extensos pastos comunales:“…y de tierras baldías realengas incultas por salitroso de la tierra y lagunas que en ellas se hacen por lo que sólo se puede aprovechar la yerba y pasto hasta seis mil fanegas…”.  Leemos en el Catastro de Ensenada  y, además, estima que habría por entonces unas 3.000 cabezas de ganado lanar, 20 cerdos, 120 mulas activas y un hato de 80 a 90 mulas sin domar y 6 caballos de guía de un sólo propietario. El censo de 2020 del INE da un montante de 3.694  cabezas de ovino y caprino. Bien es verdad que la ganadería extensiva ha quedado ahora relegada a mínimos por las explotaciones estabuladas. En ese mismo censo hay además una gran actividad en el porcino, con 20.361 cerdos.

 Quero es atravesado por el ramal izquierdo de la Real Cañada Soriana, una de las vías pecuarias más importantes de Castilla.

   Por las Relaciones de 1575 sabemos las dificultades de diverso tipo por las que pasaban los quereños en aquellos tiempos: “...Y que la mayor falta que esta villa tiene es de leña y aceite y pescados y frutas y abrigos para los ganados ….”,   “….que el dicho rio de Gigüela es de avenida y algunas veces trae mucha agua y otras veces poca y que hay una laguna que se dice del Taray que es de ningun aprovechamiento……..y que en el tiempo que viene el dicho rio de Gigüela muelen los vecinos de esta villa en los molinos de él y de que no viene Gigüela van a moler a Tajo que es doce leguas de esta villa y a Guadiana a seis y a siete y a ocho leguas de ella”.

Conocemos el nombre de cada uno de los seis molinos del Gigüela y el de sus propietarios en 1575 gracias a las Relaciones de Felipe II y el de los cinco que quedaban en 1751 por el Catastro de Ensenada. Ninguno había todavía de viento. En la memoria escrita para el Gobierno sobre la trágica intoxicación por plomo de 1899 sólo quedan dos molinos en el Gigüela, pero para compensar ya existe uno de viento que muele más que éstos. Precisamente éste sería el que causó más víctimas.

Molino de viento de Quero en 1899. Fuente: Hemeroteca CLM

 Según el INE en 2012 había en Quero 73 empresas dedicadas en primer lugar al comercio, el transporte y la hosteleria, en segundo a la construcción y en tercero a la industria en general. Se habían reducido a 64 en 2019 y a 48 en 2023. Es evidente que la población y la actividad empresarial van en declive. La agricultura y la ganadería siguen siendo los motores del pueblo. Quero necesita un empuje del exterior para que el esfuerzo ya demostrado de los quereños sea más fructífero.

(1) Llamadas por algunos “fiebres saturninas” fueron realmente intoxicaciones por plomo.  En 1899 se produjeron 317 casos por ingestión de este  metal  que iba mezclado con las harinas procedentes del molino de viento situado junto al pueblo y, en menor cuantía, de otro de agua. El uso de plomo en el arreglo de las muelas fue la causa. Hubo 15 muertos, de ellos 7 niños. Los acomodados, dice la memoria, sufrieron menos esta intoxicación. Era evidente que comían menos pan.

(2) Así lo atestigua el Catastro de Ensenada. La tenca es un pez autóctono que aguanta como el primero las malas aguas. Hoy todavía la tenemos en nuestra región. Almoguera, sin ir más lejos, es el embalse con mayor presencia de tencas del Reino.

BIBLIOGRAFÍA:

-Las Relaciones Histórico-geográficas de los Pueblos de España hechas por orden de Felipe II. Fraile Miguélez, Manuel. Dirección de Colecciones Reales. Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Patrimonio Nacional

-Catastro de Ensenada.https://pares.mcu.es/Catastro

Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar por Pascual Madoz. Tomo XIII. Madrid, 1849.

-Instituto Nacional de Estadística. https://ine.es/

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