LUIS RIUS ZUNÓN. UN HUMANISTA TARANCONERO.

LUIS RIUS ZUNÓN. UN HUMANISTA TARANCONERO.

Ilustración 1. Luis Rius Zunón, 1971, México D.F. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Luis_Rius_Zun%C3%B3n.jpg

Luis Rius Zunón (1901-1974) fue un hombre arraigado a su tierra, Tarancón. Este taranconero ilustre no solo fue alcalde de su pueblo, sino que también realizó una encomiable labor de recopilación y preservación de todo el folclore de la zona. Se exilió a México debido a la Guerra Civil Española dada su condición y labor política durante la República. Allí vivió durante muchos años y pasaría sus últimos días con el sueño inalcanzable de regresar a su Tarancón amado.

Sin embargo, los orígenes familiares de Luis Rius Zunón no eran taranconeros. Su padre, José María Rius Fernández Marcote, provenía de Lérida, mientras que la madre, Herminia Zunón Subias, era oriunda de Zaragoza. El matrimonio llegó a Tarancón para recibir la herencia de un tío de su padre. Marcos Aniano era un cura asentado en Tarancón que, curiosamente, fue el que casó en secreto a la reina regente María Cristina (viuda de Fernando VII y madre de Isabel II) con el taranconero y Guardia de Corps, Fernando Muñoz.

Con el fallecimiento del cura, los padres de Luis llegan a Tarancón para encontrarse sin herencia y sin billete de vuelta a Lérida. Por lo tanto, el matrimonio decide quedarse en Tarancón y fundar aquí el Colegio de Nuestra Señora de Riánsares, donde José María ejercía como docente. Casualmente, dicho colegio se estableció en el antiguo Palacio de los Duques de Riánsares (la reina Mª Cristina y Fernando Muñoz), hoy en día el Ayuntamiento de Tarancón.

Una vez asentados en el pueblo, nacerían nueve hijos de este matrimonio. En orden de mayor a menor: José, Carlos, Herminia, Luis, María, Antonio, Carmen, Manuel y Enrique. Todos ellos vivían y asistían a las clases en el Palacio. El padre era bastante riguroso con los estudios, pues quería que sus hijos recibieran una buena educación y les inculcó el valor de la cultura y el conocimiento. De aquí surge el profundo interés de Luis por la educación, que dejará de manifiesto en sus años de política.

Ilustración 2. Fotografía de la familia Rius circa 1920. De pie (de izquierda a derecha): Antonio, Carlos, José y Carmen, José Mª Rius Fernández-Marcote, Luis y Manuel. Sentados (de izquierda a derecha): María, Lola y Enrique, Herminia Zunón Subias y Herminia Rius Zunón. Fuente: Libro de fotografías antiguas de Tarancón.

La familia iba siempre acompañada de la tía Dolores (Lola), hermana del padre, así como de una sirvienta de la casa, la “tía” Valentina. Esta mujer provenía de una de las tantas familias humildes que vivían en las cuevas de Tarancón. Antiguamente, la gente no disponía de un terreno para edificar, por lo que excavaba en la piedra y se hacía su vivienda. En Tarancón había dos zonas de cuevas, las del Camino Real (actualmente cuesta la Bolita) y las cuevas de Santa Ana (destruidas en la explosión del polvorín, 1949).

La tía Valentina cuidaba a los hijos y muchas veces los bajaba a las cuevas. Este recuerdo de su infancia supone un punto importante en la vida de Luis, que quedó impresionado por los modos de vida de las clases más humildes. Allí encontró a diferentes personajes, todos ellos campesinos y jornaleros que, en sus ratos de faena o tiempo libre, cantaban alguna jota o seguidilla. Todas estas canciones que, abanderaban la cultura popular, quedarían grabadas en la mente y el corazón de Luis.

Tras licenciarse en Derecho por libre en la Universidad de Murcia, ejerció como secretario de la Comunidad de Labradores de Tarancón. Posteriormente, fue secretario del juzgado municipal y concejal del ayuntamiento hasta ser elegido como alcalde en 1932. Luis Rius Zunón ya había manifestado su faceta política en la colaboración con periódicos locales de ideología republicana, como Vértices. Durante su mandato (1932-1934) llevó a cabo numerosas medidas de carácter urbano. Una de estas medidas fue otorgar a las calles del pueblo nombres de personas ilustres, conquenses o republicanos. Verbigracia, la calle Jerónimo Bujeda o la Avenida Miguel de Cervantes, que mantienen hoy en día esos nombres. Asimismo, dotó de agua potable al pueblo.

Si bien, las reformas más interesantes desde el ámbito humanístico son aquellas concernientes al campo de la educación. Luis, que había conocido la importancia de recibir educación gracias a su padre, durante su alcaldía proclama la necesidad de establecer un Instituto de Segunda Enseñanza en Tarancón. Se trata de uno de sus proyectos más ambiciosos como alcalde, donde estuvo en contacto con directores generales de enseñanza, como Jerónimo Bujeda y Rodolfo Llopis. Gracias a una subvención del Estado se llevó a cabo la construcción del instituto y de un comedor escolar. El edificio tuvo lugar en la calle Mártires de Jaca, nº4 (actualmente C/ General Emilio Villaescusa).

Luis, que era muy afín a los ideales del Instituto Libre de Enseñanza (ILE), ofrecía una educación que seguía dichos preceptos, donde se priorizaba la enseñanza práctica y el libre pensamiento del individuo a través de la pedagogía. En el Instituto se impartía Matemáticas, Agricultura, Literatura, Geografía e Historia, Francés y Dibujo. No conforme con esto, Rius también ofreció una serie de becas de estudios para los alumnos de familias más necesitadas. Asimismo, creó la Residencia Escolar Miguel de Cervantes, en las tierras de su mujer donde tenía su domicilio particular. En esta residencia daba asilo a aquellos estudiantes de la comarca que acudían a las clases en Tarancón. Se trataba de un internado mixto, que ofrecía cama, pensión, clases de repaso y preparación para los exámenes.

En 1934 Luis decide dimitir como alcalde debido a su incompatibilidad laboral con otros trabajos, dado que en esta época también era presidente en la Diputación Provincial de Cuenca. Posteriormente, ejercerá como Gobernador Civil de Soria (febrero-junio de 1936) y, finalmente, como Gobernador Civil de Jaén (junio-agosto de 1936) hasta el estallido de la Guerra Civil Española, que le obliga desesperadamente a exiliarse. Luis Rius Zunón junto con su mujer, Manuela Azcoitia, y sus dos hijos (Elisa y Luis) pasaron los años de la guerra en Francia, colaborando con la República y con la esperanza de poder volver finalizada la contienda bélica. Si bien, con la victoria del bando franquista los Rius se encuentran en la tesitura de emigrar de nuevo. De este modo, la familia pone rumbo al continente americano, primero una breve estancia en Nueva York, para finalizar en México. Este último país presentaba una campaña política de refugiados republicanos españoles promovida por el presidente Lázaro Cárdenas.

Allí en México, la familia se asentó en la capital D.F. donde Luis trabajó como administrador de dos grandes cines, Cine Balmori y el Real Cinema, hasta su fallecimiento. El 5 de abril de 1974, a solo un año de diferencia con el dictador, Rius muere viendo así mermado su sueño de regresar a España. Precisamente, es la memoria y añoranza a su tierra lo que le condujo de nuevo a la escritura durante sus últimos años en México. Luis ya había escrito y publicado una serie de poemas en periódicos locales durante su juventud, como Letras de Molde. Sin embargo, es en su exilio donde encontramos la parte más importante de su obra, aquella que engloba la recopilación de todo el folclore taranconero.

 Rius Zunón, mediante sus recuerdos, fue reescribiendo las cancioncillas, jotas, seguidillas y camperas que había escuchado de pequeño en las cuevas cuando iba con la tía Valentina. A veces las escribía en su despacho detrás de las propias entradas de cine, otras veces se despertaba a las cuatro de la madrugada y se ponía a grabar y cantar con la ayuda de un magnetófono. Todo este trabajo le llevó a publicar varios ejemplares, como es el caso del Romancero de Fernando Muñoz y la Reina María Cristina (1808-1878), el Cancionero de Tarancón, los Bailes y canciones de la Mancha Alta, inter alia. Asimismo, llegó a formar una agrupación musical que interpretaba estas canciones en México, El Candil. La idiosincrasia que identifica a estos cantares tiene un marco común en las pinceladas manchegas y taranconeras. Aparecen rasgos propios e identificativos como la toponimia, ornitología y personajes característicos del lugar. Destaca sobre todo el tema amoroso, la vecindad, y las labores y oficios.

Durante los años que duró la dictadura en España la mayor parte de este folclore se perdió. Si bien, gracias a la labor de Luis, este legado inmaterial regresó a su origen de la mano de su familia cuando pudo volver al pueblo. Este viaje de ida y vuelta, de emigración de la cultura popular, de repristinación y conversión de la literatura oral a escrita, supone una herencia patrimonial y cultural que Luis supo apreciar y conservar con amor y mimo. La figura de Luis Rius Zunón encarna la de un humanista, amante de su pueblo, de su cultura y sus raíces, gracias al cual el tejido tradicional se transmite de padres a hijos, siguiendo su curso natural como los cauces de agua de un río.

Ilustración 3. Actuación del grupo El Candil circa 1973 en México. Aparece Luis Rius Zunón a la derecha en silla de ruedas. Fuente: Archivo personal de Carlos Navarro Rius.

Bibliografía

  • Cerrillo Torremocha, P., y Sánchez Ortiz, C. (2018). Luis Rius Zunón. Cantares y poemas. Editorial Renacimiento.
  • Ayuntamiento de Tarancón. Libro de Actas. Septiembre 1932- marzo 1933. (AMTA/568/4).
  • Rius Zunón, L. (2014). Romancero de Fernando Muñoz y la Reina María Cristina. 1808-1878. México: El Candil.

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