Se presentan los resultados del control arqueológico de obras de urgencia frente al arco monumental del Antiguo Colegio de los Jesuitas de San Clemente, también llamado “Teatro Viejo” y actualmente “Edificio Cultural Tomás Redondo”. El pavimento frente al arco lateral había cedido, generando grietas en el arco lateral del Teatro Viejo, que da al patio, en la tapia de cerramiento adyacente y en el acceso o fachada hacia el interior[1].
El complejo de los Jesuitas de San Clemente[2] data del S. XVI. En la Calle Rafael López de Haro se abre la puerta de la Iglesia y también otra secundaria que da paso al patio del antiguo colegio. Entre ambas portadas se extiende una tapia de mampostería con una ventana baja enrejada.
La portada lateral, que es el objeto de estudio principal de este trabajo, es barroca y consistente en un arco de medio punto con dovelas cajeadas con casetones, sobre dos pilastras lisas circulares y que a su vez se sitúa entre otras dos pilastras hendidas con líneas verticales, que soportan metafóricamente un entablamento que evoluciona en frontispicio semicircular, en el que se inscribe un escudo con un fragmento de la “Pragmática Sanción” de Carlos III por la que se expulsó a la Compañía de Jesús de España. A ambos lados hay dos remates de pináculos y entre ellos y sobre el frontón otro escudo, el de la Corona, flanqueado por dos figuras humanas con atributos militares. La portada se cubre mediante un tejadillo de madera labrada y teja. Esta puerta daba paso al patio del antiguo colegio jesuítico.
Los tipos de centros jesuíticos se clasificaban en noviciados, colegios, casas profesas y residencias con funciones habitacionales, pero también formativas y evangelizadoras. Los que coincidían con el Obispado de Cuenca o la actual Provincia de Cuenca estaban integrados en la provincia de la Compañía de Jesús de Toledo y eran el Noviciado de Villarejo de Fuentes y los colegios de Belmonte, Huete, Cuenca y San Clemente (fundados entre las décadas de 1560 y 1610). Había otro dilatado inventario de propiedades.
La Compañía de Jesús, fue fundada el 15 de agosto de 1534, en Montmartre (París, Francia) por Ignacio de Loyola, fue expulsada de España y sus Posesiones de Ultramar en 1767 a través de una Pragmática Sanción de Carlos III por motivos políticos y su patrimonio incautado y asumido por la Iglesia y por el Estado. En las propiedades conquenses, así como en lo que respecta a las de otras partes de la geografía española, el emblema de los jesuitas se sustituyó por el regio, en claro gesto de damnatio memoriae. Es el caso del Colegio de San Clemente.
La denominación de la institución jesuítica de San Clemente es la de “Colegio de la Anunciación de Nuestra Señora”. La iglesia del Colegio de los Jesuitas en primera instancia fue la Ermita de Nuestra Señora de Septiembre y pasó en 1613 a ser propiedad de la Compañía de Jesús. Se trata de un templo de una sola nave con pilastras laterales y cornisas clásicas que sustentan una bóveda de lunetos). Su portada principal consiste en un arco de medio punto, entre pilastras jónicas, con un entablamento cuya pieza central se cambió también por el escudo de Carlos III. Está rematada por una hornacina (hoy vacía) entre columnas y coronada por un frontón triangular. La fachada, justo sobre la portada, tiene un ventanal cuadrado y está rematada por un gran frontón triangular en cuyo centro se abre un óculo.
Tras la expulsión, el Colegio pasó a ser una pertenencia pública y hoy es propiedad del Ayuntamiento. Al igual que sucedió en el caso del Colegio de los Jesuitas de Belmonte, se destinó el complejo a teatro y por ello se conoce al inmueble como “Teatro Viejo”. La sala de espectáculos, ubicada en la antigua iglesia, se renovó en 2014, por la arquitecta Ana Martínez, solucionando sus patologías y actualizando sus servicios. El complejo es también un centro cultural, en el que se imparte formación musical y que recibió el nombre de Tomás Redondo (1955-2020, quien fue director de la Banda de San Clemente).
Existen referencias en Internet sobre documentación existente en archivo[3] en la que se indica que el Colegio se fundó en 1613 y sobre cómo, tras la expulsión de 1767 se colocaron explícitamente los símbolos reales retirando los previos de la compañía de Jesús.
Los trabajos de obra en el arco de la entrada (año 2021) lateral han sido relativamente sencillos y los resultados del análisis arqueológico desarrollado en paralelo bastante esclarecedores a la hora de valorar el elemento patrimonial que se veía finalmente afectado por las patologías de la calle.
Al levantarse el pavimento se comprobó que bajo el adoquinado sólo se veían estratos de asiento del mismo y de naturaleza reciente, tales como rellenos de arena de obra industrial y cascotes de las obras de acometida de servicios y que el arco propiamente dicho estaba cimentado sobre hormigón, primer indicio que corroboraba que hasta su cimentación o primeras piezas se encontrarían removidas y recolocadas a partir de la posición que originalmente tuviesen. El arco se aprecia como recompuesto y con injertos de piezas de factura reciente para completar geometrías y elementos originales que se habrían deteriorado. Al realizar una acción de picado o roza en el trasdós del arco y en el resto del muro adyacente o tapia se comprobó que todo él estaría compuesto de ladrillos, cemento y bloques prefabricados de factura industrial, que soportarían el arco y la mampostería externa de la tapia, por lo que ésta (además tomada con cemento) sería producto del S. XX también. La ventana que integra el muro también parecía, a priori, un elemento discordante con la naturaleza de un colegio jesuítico.
Estratigráficamente, todo el cuerpo de fábrica implicado en la obra es indiscutiblemente resultado de acciones del S. XX por los argumentos antedichos. Hecha durante la obra la anterior valoración, faltaba por obtener información sobre las causas y los momentos de alteración del cuerpo de fábrica protagonista de la reparación.
En primer lugar se buscaron testimonios orales útiles. Se consultó tanto a la dirección de obra como al personal de la constructora encargada de la misma. Todo el conjunto de encuestados recordaba o tenía noticia vaga de que se habían hecho sucesivas obras desde hacía 40 años en esta parte del complejo[4].
En el Archivo Municipal se encontraron tanto expedientes alusivos a las obras que llevaron a la situación actual del arco del Patio del Colegio de los Jesuitas como de su iglesia. Por el interés que pueden tener estos datos a la hora de comprender la historia del sector alterado y del devenir del edificio en su conjunto, se resumen a continuación dichos expedientes:
- Expediente de obras de 1966, titulado “Memoria obras de reforma en la Iglesia de los Jesuitas –Teatro Viejo-”. La firma el arquitecto Ricardo Teruel. Destaca los diversos desperfectos en la iglesia e indica que los más grandes y preocupantes están en la cripta. Planteaba el desescombro y la ejecución de una nueva solera.
- Expediente titulado “Actuaciones de recuperación y mejora de edificios y portaladas singulares, dentro del Recinto Histórico Artístico de San Clemente.-Cuenca”. 1985. Se presenta al Concurso Provincial de Iniciativas Municipales de la Diputación para financiar las obras en diversos monumentos y espacios patrimoniales. Una de las obras se refiere precisamente al arco del antiguo Colegio de los Jesuitas. El arquitecto técnico de San Clemente, Octavio Mata, indica que la portada se retiró en 1975, con motivo de las obras del nuevo grupo escolar, y que no se había restituido aún (foto A). Se proponía, como finalmente se hizo, la factura ex novo de los sillares que faltasen. Los planos colocaban la portada en el centro de la fachada, tal y como estaría antes de la retirada. La tapia que la sustituía corría el peligro de caer hacia el patio de juego. El proyecto lo firman el arquitecto Enrique Echeverría y Octavio Mata. En la reseña de su memoria se indica que el Colegio se fundó en 1614 y que continuó su función regentado por los jesuitas hasta 1767. En 1769 se plantearía su conversión o bien en escuela o bien en cuartel o bien en hospital. Se transcribe también la Carta Real de Carlos III, fechada en San Ildefonso el 23 de agosto de 1769, en la que se dice: Que la Iglesia se restituía a la Cofradía de Nuestra Señora de la Natividad, cuidándola un sacerdote… Colocándose, como mando coloquéis, el escudo de mis Armas Reales en las puertas principales y demás partes que convenga; denominándose, desde el día en que se verifique la execución de lo resuelto por mi Real Persona, con el dictado real… En la reseña histórica de este expediente se recopilan, por otro lado, algunas menciones más de interés:
- Que el Colegio de los Jesuitas pasó a ser Colegio de Humanidades en el XVII y que luego ya pasaría a propiedad real.
- Que en el entablamento de la iglesia se lee “Real Iglesia” por ello.
- Se dice que en la Posguerra el complejo se destinó a cine y que antes de las obras descritas en su proyecto se dedicaba a almacén municipal.
- Que el edificio del antiguo Colegio de Jesuitas pasaría en la Contemporaneidad a Escuelas Nacionales.
- Se refiere que la portada había quedado exenta tras el derribo del edificio del Colegio de los Jesuitas (entonces… no se abriría originalmente a un patio desde la calle). Se insertan fotos de la portada antes de su desmonte en 1975 y del estado de las piezas desmontadas antes de su restitución, hacia 1985.
En el documento se indica ya la iniciativa firme de convertir el Teatro Viejo, la iglesia, en sala de música, pues estaba en un estado deplorable aún y con grandes desperfectos en cubierta.
- Expediente de 1985 titulado “Sobre rehabilitación del edificio “Teatro Viejo””. El objetivo era la conversión definitiva del Teatro Viejo en Sala de Música. Se pedía financiar mediante una línea de subvenciones estatales destinadas a corporaciones locales, de carácter cultural, con motivo del “V Centenario de la Unidad de España” de 1982[5]. El trámite se dilata hacia 1987, implicándose la Diputación de Cuenca (Programa de Inversiones Culturales de 1986) a solicitud del Ayuntamiento de San Clemente. El proyecto lo firmó el arquitecto Enrique Echevarría del Pozo. Este expediente se complementa con otros dos titulados “Aprobando la inversión para restaurar el Teatro Viejo” y “Documentación técnica Teatro Viejo” de 1986.
- También hay un expediente de un vecino colindante que pide derribar un contrafuerte del Antiguo Colegio que le generaba problemas.
- Se ha consultado también el proyecto de Enrique Echeverría, fechado en 1985. El dicho proyecto convirtió de forma efectiva la Iglesia Real en Sala de Música, dotándola de servicios e infraestructuras interiores. Pero, volviendo a lo que aquí concierne, en este expediente se adjuntan fotos de 1985 en las que se ve el cuerpo de las portadas de cantería que dan a la calle. En una foto (B) se ve que la fachada de cantería aquí protagonista no estaría porque se encontraba aún desmontada, apreciándose una tapia de ladrillos y bloques en su lugar. En otra foto (C), coetánea a la que se acaba de describir, se ve el dicho muro de ladrillería desde el interior. En una tercera foto (D) se ve recolocada la fachada y dos ventanas en la tapia de cierre y un tabique de ladrillos cerrando la mitad de la portada aquí protagonista, con claros indicios de que algunas de sus piezas constituyentes habrían sido ya sustituidas.
En Conclusión: las fases que se pueden argumentar tras el análisis material de los restos conservados y la consulta de la información de archivo son las siguientes
- Fase I (A y B): Colegio e Iglesia de los Jesuitas de San Clemente. 1613/14 a 1767.
- Fase II: Acción de Carlos III. Real Iglesia, etc. Se insertan las inscripciones regias.
- Fase III: Tras la Posguerra. Teatro Viejo, Escuela Nacional, cine…
- Fase IV[6]: Desmonte de la portada en 1975 y recolocación de ella hacia 1985 en un lateral. No se cumple el proyecto previsto
- Fase V: Reparaciones y modificaciones del cuerpo de fábrica hasta la actualidad.
Las obras han contribuido a evitar la ruina fatal del arco del Antiguo Colegio de los Jesuitas de San Clemente. No está en su posición original, habiendo sido desmontado en 1975, y tiene unidades de factura nueva repuestas. Pero sus piezas originales siguen siendo de una portada barroca, resto del pasado perteneciente a la institución educativa y en la que se lee (explícitamente) el episodio de la asunción por parte de la Corona de la propiedad de los jesuitas[7]. Es un elemento de indiscutible valor histórico, arqueológico y artístico sobre el que se pueden desarrollar estudios de diversa índole, sobre su factura, detalles compositivos, etc. Aquí no proceden.
El trabajo de estudio documental ha sido resolutivo y se ha logrado reconstruir la historia reciente del elemento. Faltan datos sobre la propia construcción del complejo y deben realizarse controles arqueológicos en cualquier sector de la Iglesia o del resto del solar de la antigua institución, con intención de comprender mejor su evolución a lo largo del tiempo.
Referencias y notas
[1] Se redactó una memoria valorada desde el mismo Ayuntamiento de San Clemente, por la arquitecta municipal María del Carmen Montero Alarcón, explicando las patologías del pavimento y cómo éstas hacían peligrar la integridad del edificio histórico aludido. Expediente del permiso de la JCCM: 211544.
[2] http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/autoridad/19813#
http://www.turismosanclemente.com/es/edificios-religiosos.zhtm
Domínguez-Solera, S.D. y Muñoz, M. (2016): Convento de la Orden de Jesús en Belmonte. Pulicación o catálogo del PLAMIT (coordinado por Ruiz-Checa y Cristini), Diputación de Cuenca. 114-117.
Martín López, D. (2019): La historia de una comunidad religiosa a través del patrimonio: El caso de los jesuitas de la Provincia de Cuenca. La didáctica de la Historia a través del patrimonio de la provincia de Cuenca (coordinado por Higueras y López). Diputación Provincial de Cuenca: 231-240.
[3] Leg 4/18 Archivo Municipal
Leg 902/27 – A.H.N.
Información extraída de: http://www.acesanc.com/es/conoce-san-clemente-monumentos-iglesia-de-la-compania-de-jesus.zhtm
[4] Por ejemplo, Lino Quintanilla (uno de los constructores, que es natural y vecino de San Clemente y con una edad de 61 años) indicó que se acordaba de una restauración en los años 80 del S XX, en la legislatura de Francisco Sevillano. Aportó, además, la pista de que la hizo directamente o estuvo implicado en ella un tal Manuel Fuentes. Lino fue al colegio en este edificio, o más bien en una versión anterior que se modificó tras la construcción del edificio actual.
[5] Decreto 968/1982.
[6] Todo el listado de unidades estratigráficas del área afectada ha de ser clasificado en las fases más recientes IV y V:
- EA 1000 y 1001 BIS: Portada de cantería. Piezas antiguas recolocadas y completadas con nuevas.
- EA 1001: Estructura de tejadillo sobre la portada.
- UEM 1002: Hoja de mampostería y cemento que da a la calle.
- UEM 1003: Ladrillos industriales en el trasdós del arco.
- UEM 1004: Bloques industriales en el trasdós de la tapia.
- UEM 1005: Enlucido general del trasdosado de la tapia.
- EA 1006: Ventana. Reja inclusive.
- UEM 1007: “Arco” de descarga en plena tapia.
- UEM 1008: Placa de 2014 de dedicatoria a Adolfo Suárez González.
- EA 1009: Portón y marco.
- EA 1010: Cumbrera del muro.
- UEM 1011: Número 13.
- UEM 1012: Pintura del trasdós.
- UEM 1013: Cableado.
- UEM 1014: Farola en el trasdós.
- UEM 1015 I: Roturas interfaciales que motivan la presente obra.
[7] Texto de la inscripción: Reinado en las Españas de la Católica Majestad Sr. Rey D. Carlos III, que Dios Guarde, de su Real Orden y de la de su Supremo Consejo de Castilla, siendo presidente de dicho regio Tribunal el Excelentísimo Sr. Conde de Aranda, se colocó en este sitio el presente escudo de Reales Armas, hallándose Corregidor de esta M. N. L. y Fidelísima Villa de San Clemente, Don Salvador Ussel Guimbarda de la Rosa, Marqués de Ussel, Gentilhombre más antigua de los de la clase y nuevo nombrado de su M. Superintendente General de todas Cuentas Reales de esta villa y de las demás de su partido agregadas, en el día 29 de septiembre de año 1968.