Ciento trece años de debate y más de quince propuestas en relación con la mejora de la accesibilidad al casco antiguo de Cuenca. Han corrido ríos de tinta al respecto, hasta el punto de quedar reflejadas en el Plan Especial del casco antiguo, sin que se haya materializado ninguna de las soluciones propuestas.
Esta es la actualidad en esta ciudad declarada en 1996 Patrimonio de la Humanidad, condición que hoy, más que nunca, sólo puede entenderse adaptada y accesible con un criterio máximo de racionalidad.
La propuesta realizada por la asociación Cuenca [in]accesible por naturaleza, en colaboración con el Colegio de Arquitectos y la Junta de Comunidades, fue iniciada mediante un pormenorizado análisis de todas y cada una de las propuestas previas, el Plan Especial, la realidad física y socio-económica del entorno, así como con el asesoramiento de técnicos especialistas en materia de accesibilidad urbana, de forma que se estableciesen las bases para una acertada toma de decisiones. Dicha labor de análisis previo del estado del arte fue objeto de una exposición, celebrada en el Museo de Cuenca en 2017.
Imágenes de la exposición y mesa redonda celebrada en 2017
De los estudios previos, y fruto de la colaboración con el catedrático Juan José Pons, autor del más completo estudio relativo a la accesibilidad universal en entornos urbanos (con más de 500 casos estudiados en toda la geografía nacional), se pudieron obtener algunas conclusiones que pueden ser de relevancia para el análisis de las diferentes soluciones posibles. De acuerdo con el Dr. Pons, si bien las escaleras mecánicas permiten un flujo continuo y una mayor capacidad (posiblemente sobredimensionada para la realidad demográfica conquense), nunca las podremos considerar como elementos de accesibilidad universal, presentando además una peor valoración por parte de los usuarios según datos recogidos en encuestas realizadas en ciudades en las que han sido implantados. Dicha solución está limitada técnicamente a pendientes y longitudes máximas, presentando una más difícil integración en el paisaje, además de problemas de vandalismo y un enorme coste de mantenimiento. Los ascensores, de acuerdo con los estudios del Dr. Pons, son el medio urbano mejor valorado por los usuarios, como demuestran las experiencias implantadas en Gironella o múltiples ciudades del País Vasco.
Al hablar de accesibilidad universal, el propio Ministerio de Sanidad establece que “un entorno es plenamente accesible cuando todos los caminos de ese entorno son accesibles, de modo que una persona con discapacidad no vea interrumpida o dificultada la realización de sus actividades porque uno de los caminos, un entorno o espacio, no es accesible y no le permite avanzar en su recorrido de forma autónoma”. En el caso de Cuenca, cómo no, la solución debe además garantizar un uso cómodo y sin riesgos para vecinos, ciclistas, personas con carros, personas de avanzada edad, etc., de forma que se perciba como una alternativa real a la utilización del vehículo privado. Todo ello en coordinación con una eficiente red de autobuses públicos, tal y como sucede en la mayoría de ciudades de nuestro entorno (en Toledo los remontes mecánicos se compenetran con el transporte público con 24 líneas de autobuses urbanos).
Después de los trabajos de análisis realizados en 2017 y 2018, y fruto de la asistencia técnica de especialistas y la consulta con asociaciones, vecinos y colectivos afectados, “Cuenca [in]accesible por naturaleza” desarrolló una propuesta para la implantación de dos ascensores, con el hilo conductor entre ellos de la muralla rehabilitada y la creación de un parque fluvial que pusiera en valor lo que somos: cultura y naturaleza. La propuesta, trabajada por 30 profesionales de diferentes ámbitos, era compatible con la legislación en vigor al estar incluida en el Plan Especial, tal y como lo certificaban los informes de la Administración, y estaba acompañada de todos los documentos técnicos necesarios para que pudiera rematarse mediante la convocatoria de un concurso abierto a la mejor solución final. Concurso por el que Cuenca[in]accesible apostó desde un principio y para el cual los integrantes de la asociación quedábamos inhabilitados, al ser los redactores de las bases técnicas.
Tres años después de los primeros estudios previos, y transcurridos ciento trece desde las primeras propuestas de mejora de la accesibilidad, volvemos a la casilla de salida, haciendo caso omiso a los mejores especialistas en la materia que ven desde la lejanía cómo se cometen los mismos errores que ya cometieron otras ciudades antes. No en vano, uno de los más reconocidos arquitectos de la Región, José Ramón de la Cal (redactor de una de las escaleras mecánicas toledanas), ya manifestó con rotundidad en una de sus intervenciones en la Real Academia de las Artes y Letras de Cuenca que “a problemas verticales, como el de vuestro farallón rocoso, soluciones verticales”. La dilación en el tiempo y el número de proyectos fallidos vuelve a hacer de nuevo a Cuenca una ciudad única.
Después de más de 3 años exponiendo y explicando nuestro trabajo, y desde el compromiso personal que otorga trabajar en la ciudad donde naciste, agradecemos cualquier oportunidad para argumentar los motivos que dieron pie a nuestras decisiones. Y, precisamente, porque entendemos que puede haber otras, el pasado 11 de junio, junto a un conjunto de asociaciones, solicitamos una reunión con la alcaldía de la ciudad para conocer los argumentos técnicos que justifican su propuesta de 18 tramos de escaleras mecánicas en plena hoz. Continuamos a la espera.