Antes de la Edad Moderna no existían lo que hoy entendemos por prisiones civiles, no siendo en la legislación medieval (véase precisamente el Fuero de Cuenca[1]) usada la pena de encierro como condena y entendiéndose el encarcelamiento como una situación provisional antes de juicio[2]. La Iglesia sí practicaba el encierro o la privación de la libertad durante un tiempo dado como una pena propiamente dicha, para separar a los pecadores condenados así del resto de la sociedad. Todo ese planteamiento social, político y legal cambia con el inicio de la Modernidad.
En Cuenca la Cárcel de la Inquisición se ubicó en el Palacio Episcopal, pasando después a la Casa del Arcediano y finalmente al solar del Castillo[3], existiendo otra sede de reclusión más relajada en la Calle San Juan. La primera Cárcel Real de Cuenca se dispuso en la zona de Mangana y estuvo allí hasta 1541, momento en el que se empezó a trasladar la prisión al solar de la Calle Correría (actual Calle de Alfonso VIII) y la Hoz del Huécar[4]. Es el edificio protagonista de este texto, que se ha rehabilitado entre los años 2009 y 2021 y en el que hemos trabajado como arqueólogos.
Pero la idea de rehabilitar el complejo venía de los años 90 del S. XX. Tras el desarrollo de diversas escuelas taller en su interior, en el año 1997 se redactó un primer proyecto para adecuar el edificio como Museo de la Ciudad y Archivo Municipal, firmado por los arquitectos José Manuel Cañizares Montón y Enrique Martínez Gil, encargado por el Ayuntamiento y actualizado en 2006 por Óscar Robles Balmori a petición del Consorcio de la Ciudad de Cuenca.
Finalmente en 2009, siendo el arquitecto responsable Daniel León Irujo, arrancó la actual rehabilitación: El Consorcio nos encargaba a los firmantes una valoración previa del estado del edificio. Después se inició el derribo, controlado arqueológicamente, de elementos arquitectónicos relativos a las últimas etapas de uso del complejo como viviendas y otros fines diferentes a los históricos de prisión y juzgado. La empresa constructora fue VIALES.
Finalizados estos trabajos y descubierto el verdadero potencial del edificio (conservaba espacios desconocidos previamente y enormes cantidades de información histórica) se emprendió en 2013 una segunda etapa de campañas arqueológicas, centradas ya en la excavación, lectura estratigráfica[5] global del inmueble para su total documentación antes del planteamiento de un nuevo trabajo de obra que integrase los nuevos espacios revelados. Seguidamente, se encargó un estudio de valoración estructural de forjados y paredes a la Universidad de Valladolid.
En el año 2018 se presentó, por parte de la arquitecta Marta Guillén, un nuevo proyecto de rehabilitación del complejo, en el cual se sumaban más usos al originario de archivo. La empresa constructora CIR se ha encargado de la obra. Con el trabajo constructivo en proceso, el arquitecto Enrique Martínez Gil sustituyó a Marta Guillén para terminar la labor iniciada, introduciendo replanteamientos y modificaciones, finalmente autorizadas por la supervisión administrativa de la JCCM. Se ha contado, finalmente, con el apoyo de fondos del 1,5 % Cultural, solicitados al correspondiente Ministerio.
La evolución del complejo se resume en la siguiente secuencia arqueológica:
Fase I: Medieval. Rascacielos anteriores a la construcción de la Cárcel Real. Se derrumbaron completamente, pero quedan huellas negativas en la roca caliza geológica de Cuenca, bajo la cota de los cimientos y fundamentos de los posteriores edificios pretorios.
Fase II: Erección de la Cárcel Real de Cuenca. Empieza a edificarse el 1 de junio de 1549 (arquitectos y maestros Cebrián de León el Viejo, Sebastián de Arnani, Francisco Vélez, Francisco de Calahorra, Juanes de Mendizábal el Mozo y Martín de Mendizábal el Viejo[6]). Es la prisión que aparece en la Vista de Cuenca de Wingaerde desde la Hoz del Huécar de 1565. Además de un sector destinado a la reclusión de los presos condenados, contenía, en su parte superior, las dependencias del corregidor, el funcionario delegado de la Corona en Cuenca. De este edificio primigenio, ya en disposición vertical a modo del resto de casas colgadas y rascacielos de la zona, quedarían tres pisos y tres crujías, además de restos de muros que indican que su planta era más extensa hacia la Hoz. Eran espacios relativamente diáfanos en los que los presos convivían mezclados y prácticamente revueltos.
Fase III: Ampliación del presidio en el S. XVIII. Trazas de 1765 de José Martín de la Aldehuela. Obra ejecutada a partir de 1769 por Vicente Montoya. Se renovó el palacio del corregidor (las tres plantas superiores a las que se accede desde la Calle Correría) y se añadió un nuevo volumen de 5 plantas hacia la Hoz del Huércar, condenando y rellenando de escombros dos de las crujías originales, abatiendo el extremo de la prisión que daba a la Hoz e integrando el resto de espacios antiguos en el nuevo complejo. También se asimiló parte de los edificios particulares del Sur (hacia la Casa Palacio de los Clemente Aróstegui). Subdivisión de espacios con respecto a la cárcel anterior, generándose celdas más pequeñas destinadas a particularizar las penas, en atención a la evolución de la legalidad vigente en esa centuria[7].
Fase IV: Juzgados y cárcel en Época Contemporánea. Se extinguieron el Antiguo Régimen y la figura del Corregidor por extensión. Obras de ampliación y reforma entre el XIX y principios del XX.
Fase V: Juzgados y Cárcel de la Guerra Civil y primeros momentos de Posguerra. También funciona la Antigua Casa del Corregidor como escuela.
Fase VI: El Ayuntamiento alquila los antiguos juzgados y celdas como casas particulares. Desde los años cuarenta del siglo XX.
Fase VII: Usos polivalentes, tales como oficinas municipales, viviendas arrendadas y sede de la Escuela Taller (años noventa). También arreglo de fachadas por el proyecto “Cuenca a Plena Luz”.
Fase VIII: Reformas actuales del Consorcio de la Ciudad de Cuenca (2009 a 2021).
En estos 12 años de intervención se han excavado varias celdas, recuperándose las basuras producidas por los presos. Se han documentado en esas celdas grilletes, nombres de presos y fechas en las paredes. Destaca el estudio de una puerta (con la inscripción “Nicasio Bustos” y unos párrafos firmados por unos niños). También se ha podido analizar un sistema de letrinas vertical y perteneciente a la cárcel del S. XVIII en adelante (fases III a V). En 2011 encontramos una serie de papeles tapiados por los alumnos de las escuelas taller en 1996: Son documentos judiciales de la Provincia de Cuenca desde el siglo XVI hasta el año 1939. Junto a la documentación se recuperó una importante colección de pruebas judiciales. También se ha descubierto un epígrafe reaprovechado y otros materiales singulares de los que se darán más detalles en artículos específicos.
Además de la Casa del Corregidor y de las aludidas cárceles inquisitoriales, en Cuenca existieron más prisiones: Una de ellas fue la del Castillo desde el S. XIX[8] y cuyo uso se mantuvo en el Inicio del S. XX hasta la Posguerra junto al de cuartel[9]. También fue presidio improvisado el Seminario de San Julián, sus sótanos. Durante la Guerra y la Posguerra funcionaron como cárceles de nuevo el Seminario, el Convento de las Carmelitas Descalzas y los sótanos y dependencias de algunos cuarteles militares[10].
Referencias:
[1] UREÑA Y SMENJAUD, R. (1978, original de 1935): Reedición Fuero de Cuenca. Ed. Tormo.
[2] RAMOS, I. (2008): Arrestos, cárceles y prisiones en los derechos históricos españoles. Ministerio del Interior, Secretaría General Técnica, Madrid.
[3] MUÑOZ, M. Y DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D. (2013): Control arqueológico en el proyecto de rehabilitación de la fachadas de San Pedro 40 (Cuenca). Antigua Casa del Arcediano y Tribunal de la Inquisición. Informe final entregado en los Servicios Periféricos en Cuenca de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Castilla-La Mancha. SOLÍAS ARÍS, J. M.; HUÉLAMO GABALDÓN, J. M. Y COLL CONESA, J. (1990): El edificio de la Inquisición de Cuenca. Evolución de un programa arquitectónico (1573-1975). Excma. Diputación Provincial de Cuenca. BLÁZQUEZ, J. (1986): La cárcel inquisitorial de la Penitencia, en Cuenca. CUENCA, 27: 27-32. DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D.; MUÑOZ, M.; PÉREZ, J. C. Y PEINADO, P. (2018): El Edificio de la Calle San Juan 10 (Cuenca): Antiguo Cuartel del SIM. IDEC Patrimonio, IV: 46-56.
[4] TROITIÑO VINUESA, M. A. (1996): Arquitecturas de Cuenca. El paisaje urbano del Casco Antiguo. Vol. II. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo.
[5] CABALLERO ZOREDA, L. (1996): El Análisis Estratigráfico de Construcciones Históricas. Coord. Caballero Zoreda y Escrivano Velasco. Arqueología de la Arquitectura, Actas, El método Arqueológico Aplicado al Proceso de Estudio en Intervención en Edificios Históricos, Junta de Castilla y León, Burgos.
[6] ROKISKI LÁZARO, M. L. (1995): Arquitecturas de Cuenca. Vol. I. Junta de Castilla-La Mancha, Toledo.
[7] RAMOS, I. (2008): Op. cit.
[8] Ver SOLÍAS ARÍS, J. M.; HUÉLAMO GABALDÓN, J. M. Y COLL CONESA, J. (1990): Op. Cit.
[9] MUÑOZ GARCÍA, M. Y DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D. (2011): Tras las Murallas de Cuenca. Consorcio de la Ciudad de Cuenca.
[10] RODRÍGUEZ PATIÑO, A. B. Y DE LA ROSA RICO, R. (2009): Represión y Guerra Civil en Cuenca. Nuevos testimonios y fotografías. Edición de los autores, Cuenca.
Para saber más:
DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D. Y MUÑOZ, M. (2014): Arqueología Urbana en Cuenca Capital: últimos descubrimientos. Espacio, Tiempo, Forma, Serie I, 7: 163-210.
MUÑOZ, M. Y DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D. (2018): Arqueología en Cuenca: de lo medieval a lo post-medieval. Arqueología y Territorio Medieval, 25: 261-292.
MUÑOZ, M. Y DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D. (2016): Arqueología y urbanismo en la Cuenca de la Restauración. IDEC Patrimonio, II: 106-107.
DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D. Y MUÑOZ, M. (2016): Arqueología de la Restauración en Cuenca Capital. Entre la guerra carlista y la restauración. Cuenca en el último tercio del siglo XIX (Julián Recuenco, coordinador). Diputación Provincial de Cuenca, Cuenca: 192-208.
IBÁÑEZ MARTÍNEZ, P. M. (2007): La vista de Cuenca desde la hoz del Huécar (1565) de Van den Wyngaerde. Segunda Edición, primera de 2006. Diputación de Cuenca.
IBÁÑEZ MARTÍNEZ, P.M. (2021): La Cumbre Urbana, de las Carmelitas Descalzas a la Casa del Corregidor, Cuenca. Ciudad Barroca II. Consorcio de la Ciudad de Cuenca y Universidad de Castilla- La Mancha.
Gracias al descubrimiento en la Casa del Corregidor de documentación alusiva a la Guerra Civil Española y, concretamente, a los bombardeos de Cuenca Capital y de Cañete se pudieron desarrollar otras publicaciones tangenciales:
DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D.; PEINADO. P. Y MUÑOZ, M. (2017): Los Refugios Antiaéreos de Cañete. IDEC Patrimonio, III: 32-36.
DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D.; MUÑOZ, M.; PÉREZ, J. C. Y PEINADO, P. (2018): El Edificio de la Calle San Juan 10 (Cuenca): Antiguo Cuartel del SIM. IDEC Patrimonio, IV: 46-56.
DOMÍNGUEZ-SOLERA, S. D.; PEINADO, P.; MUÑOZ, M.; OSMA, M. Y AZNAR, E. (2019): El Refugio Antiaéreo de la Calle Calderón de la Barca y los bombardeos de Cuenca durante la Guerra Civil. IDEC Patrimonio, V: 103-117.