Transcripción del artículo “Algo sobre el bello sexo” de “El día de Cuenca”, del 25 de diciembre de 1914.
Algo sobre el bello sexo
Menudencias
A remolque o a tirón, como diría don Modesto, nuestro estudioso e incansable D.Ramón Peris, ha roto el tradicional huelo del indiferentismo, y sobre tema de tan primordial y fructíferos resultados como la “Mutualidad Escolar y el Ahorro Obrero”, ha llenado de ávidos oyentes los diferentes locales, donde se han difundido ideales tan necesarios.
Entre los diversos conferenciantes y pasan de la media docena, han leído hermosas, razonadas e historiadas cuartillas, las señoritas Lacaze y Torralba, galardón y señuelo de la intelectualidad feminista.
Y algo voy a decir del feminismo, que en el avanzar de los años va adquiriendo en todas las naciones solidez y respeto.
La instrucción de la mujer es necesaria, importantísima y trascendental.
La mujer puede estar al frente de cátedras y desempeñar algunos cargos y oficios, lo mismo o tal vez mejor, que el hombre.
No hace mucho todavía, que en Francia se ha encargado de la cátedra de Física, una mujer, por fallecimiento de su marido.
¿Y por qué a las mujeres españolas no se las ha de conceder esta noble distinción?
Oigamos ahora lo que dice el ilustre escritor Sr. Naquet, en su opinión acerca del voto de la mujer: “Jamás –dice- he admitido la diferencia de sexos como justificación de diferencias de derecho. Entiendo que la igualdad más completa, más absoluta, debe reinar entre el hombre y la mujer, lo mismo en política que en todo. En principio, la mujer debe ser electora y elegible, como el hombre”.
Y el señor del Moral Rodríguez, dice referente a esto mismo: “Mejor lo escaparíamos con la política administrativa mujeril que con lo que hacen ellos, que más funesta no la hará el bello sexo. La mujer puede hacer política administrativa, por estar más al contacto de las necesidades que el hombre, y sobre todo, que es la que resuelve, y sobre todo que es la que resuelve todos los problemas familiares. Es más, si España fuera gobernada por la mujer, estaría mejor cuidada y más esplendorosa.”
Es menester, pues, que España salga de este acoquinamiento en que se halla, mirándose en el espejo diáfano de los extranjeros, que saben tratar a la mujer como en justicia se debe, elevándola al alto grado de consideración, admiración y de profundo respeto.
Apoyemos, amados compañeros, a nuestras compañeras, que sabrán correspondernos, porque su corazón es todo cariño, todo amor inmenso.
Como dice Rochpédre: “La amistad del hombre es muy a menudo un apoyo; la de la mujer es, generalmente, un consuelo.”
Cervantes escribe: “Las lágrimas de una afligida hermosa, vuelven en algodón los riscos, y los tigres en ovejas.”
Y Beschereble define así a la mujer: “Es una mezcla de prudencia y de ligereza, de virtud y de vicio, de bondad y cólera, de ambición y de generosidad, de debilidad y de fortaleza.”
Amemos y respetemos siempre a la mujer, guiándola a un porvenir glorioso, noble y honroso.
Espacio de encuentro entre miradas donde repensar el futuro de nuestras tierras y territorios.
Un ecosistema innovador de encuentro y pensamiento para un tiempo que requiere propuestas y colaboración.