“El pueblo: la dorada hoja del álamo ante el feroz viento otoñal.”
Y de nuevo, terminó la función. El telón de terciopelo otoñal baja suavemente mientras las voces sobre el escenario se van diluyendo. El público, con sigilo y discreción abandona la sala hasta anegarla de silencio. Un ambiente fantasmagórico se adueña del recinto. La siguiente función está programada, siguiendo la tradición…