Este pasado fin de semana hemos cumplido con la novena edición del Festival Conka Street, un festival que nació con la intención de encuentro de artistas de calle y poco a poco se está convirtiendo en una muestra de las artes de calle, una muestra de las distintas manifestaciones artísticas en la calle.
En esta edición ha habido una programación variada y centrada sobre todo en las artes escénicas, facilitando la muestra artística en vivo y en directo. Como organizadores y responsables directos de todo su desarrollo estamos contentos por el resultado obtenido. En la primera edición post-pandemia, donde veíamos como necesario recuperar la ilusión y alegría de las primeras ediciones, queríamos retomar el disfrute sano y divertido del espacio urbano, dinamizando el entorno maravilloso del Casco Antiguo de Cuenca.
Queríamos también aportar aires de frescura en las propuestas artísticas, frescura que nos abra las miradas a disfrutar de la cultura en nuestra propia calle. Frescura que nos ayude a valorar lo que tenemos, la tradición también y a saber encontrar el goce en lo novedoso.
Intenciones que en su mayoría creemos se han cumplido en buena parte por el esfuerzo y dedicación de los voluntarios y colaboradores que han apoyado esta edición. A nivel organizativo se cumplió toda la programación y no se tuvo que suspender ninguna actuación, a pesar de que el tiempo climatológico nos tuvo en vilo todo el fin de semana, solo nos obligó a retrasar las actuaciones del sábado noche. En cuanto a la afluencia de público estimamos que han sido cerca de 2.000 personas las que han disfrutado directamente de las actividades programadas. Teniendo en cuenta el gran número de actividades organizadas estos días en la ciudad, es una cifra muy destacable.
La aceptación del público de los espectáculos también ha sido muy positiva. Los comentarios y opiniones recibidas, las expresiones del público durante y después de cada actuación no dejan lugar a duda: emociones de alegría, de sorpresa, de ilusión, de simpatía, empatía, euforia, alivio, ternura, suspense, miedo, entusiasmo, coraje…
Hemos descubierto nuevos espacios donde nunca habíamos actuado y se han mostrado de lo más aceptables: la plaza de Ronda y el Jardín del Salvador han sido espacios ideales como así se recogen en las fotografías.
El balance artístico nos deja muchos momentos admirables, el pasacalles inicial animado por la Charanga Alfonso Octavas, El Canto del Gallo y Cuen Clown Club despertó a los más recatados; desde el principio Murray Molloy se presentaba con un show inquietante y vaya si lo consiguió, a la vez que chistoso; las acrobacias tiernamente temerarias de UTA cir nos hicieron vibrar en la noche del viernes; María Andrés nos mostró una expresividad muy tierna con pocas palabras que mantuvo despiertos a los pequeños; sin embargo, Marisa de Chispandora no trajo dos cuentos muy educativos y de plena actualidad que a buen seguro tocó muchas sensibilidades; Caravana Títeres también hicieron disfrutar con sus originales muñecos a los más pequeños y su particular historia.
Tuvimos dos ejercicios de danza, nos motivamos con la exhibición del alumnado y profesores de la Academia de Alegría y Javier; particular y sorprendente fue la danza acrobática de Andrea Ríos que unido a la trama de su historia dibujó muchas emociones entre el público; el remate musical de la noche del sábado fue para el excelente violinista Raúl Márquez, vibrante a tope para los amantes de ese tipo de música difícil de enmarcar que transita por la world music.
Los pasacalles dulzaineros sin duda dejaron una buena imagen de nuestra tradición entre propios y visitantes, animando los variopintos recovecos del Casco, creando más de un corrillo de baile, estuvo a cargo de dulzaineros de Cuenca y Pipirigay dulzainas. Para los jóvenes más revolucionados pudimos escuchar y disfrutar con la atrevida puesta en escena del jovencísimo dúo musical Les Viguins, atrevidas donde las haya.
El domingo tarde nos descubrió un artista rápido y virtuoso de las variadas técnicas del arte callejero, Javi Javichi estuvo magnífico con los malabares, con el diábolo, con mucho riesgo en una triple altura en la técnica del rola-bol, con el látigo y todo ello sin perder un segundo en interpelar al público con multitud de chistes o parodias, divertidísimo. El punto final lo tuvimos con la bailonga propuesta de Ni Chicha ni Limoná, grupo conquense que se presta a las más variadas versiones de la música hispana y todo ello con una gran calidad artística. Esperemos tener chicha y limoná para rato. Fue un fin de fiesta entrañable y divertido como pocos.
Agradecer por último al público que nos ha seguido y participado en toda esta programación, sin el cual desde luego que todo nuestro trabajo no tendría sentido. También a los colaboradores desinteresados que aportaron su granito de arena en el Conkafounding. Sin ellos, seguro que no llegaríamos a la parte económica. Por supuesto a los patrocinadores principales: Ayuntamiento de Cuenca, Excma. Diputación Provincial, Consorcio de la Ciudad de Cuenca, Junta de Comunidades de Castilla la Mancha y Fundación Globalcaja. A los servicios municipales implicados en esta edición: servicio eléctrico, Policía Local y agentes de movilidad, administración, patrimonio, ordenanzas, jefe de protocolo, servicio de limpieza y obras; un gran número de profesionales y funcionarios que nos han brindado su labor.
Por resumir finalmente esta edición podríamos decir que ha sido un reencuentro placentero y diverso con el público de Cuenca, una fiesta de la cultura en la calle que nos deja el buen sabor de boca de siempre para recrearse el resto del verano.
Rafael Gascón Moreno
Director de Conka Street.