Pistaquero: Entrevista a Isa Arias

Pistaquero: Entrevista a Isa Arias

Hace unas semanas, pudimos hablar con Isabel Arias Polo, joven toledana premiada, junto con otras cinco mujeres, el Día Internacional de las Mujeres Rurales en 2024 en Castilla-La Mancha por su papel y trabajo en el desarrollo del mundo rural de nuestra región. En su caso, el reconocimiento se le otorgó como la cofundadora de Pistaquero

Imagen 1: Isabel Arias Polo en el acto celebrado el pasado octubre. Fuente: Isabel

M: Isa, lo primero, enhorabuena. Cuéntanos: ¿qué es Pistaquero?

I: Es una cooperativa de procesado de Pistacho que cuenta con 72 socios, aunque el proyecto es seguir creciendo, y cuya base está en nuestro pueblo, Quero. Ahora mismo es un bebé en su fase inicial, pero la idea es llegar a ser una planta de procesado que cubra todas las fases de producción del pistacho.

M: ¿Cómo surgió la idea?

I: Fue durante el COVID, aunque no fue toda mía; yo quería hacer algo aquí en el pueblo, pero fue a raíz de conversaciones con agricultores de la zona que me decían que tenían mucha producción de pistacho, pero problemas para llevarlo a procesar sin ser engañados y sin perder esa producción. Le fuimos dado forma a la idea con muchas reuniones, búsqueda de socios e inversiones, hasta hacerlo viable.
M: ¿Qué es lo que más te enorgullece de haberlo hecho posible?

I: Conseguir que la cooperativa se cree aquí, en Quero, en lugar de en otro pueblo más grande o conocido. El hecho de que agricultores de todos pueblos confíen y se vengan con nosotros es un gran logro.

M: Estudiaste ingeniería agronómica, has trabajado en proyectos de I+D en agricultura y ganadería y ahora has fundado esta cooperativa. Podríamos decir que te has movido en un mundo tradicional o estereotípicamente masculino, y que todo lleva a dos posibles barreras extras que te has podido encontrar en tu trayectoria: ser mujer joven y vivir en una zona poco poblada. ¿Tú lo has vivido así?
I: En mi caso, creo que no porque al final yo me dedico al campo, sé bastante de campo, y cuando se tienen los conocimientos y la base, vas con más fuerza y seguridad, ¿no? Por ser mujer no he notado tantas barreras, pero sí por el hecho de ser joven; en este mundo la edad media de los agricultores es alta y no es que no valoren una opinión de alguien joven, sino que no creen tanto en lo que podamos aportar al principio. Ahora, tras cinco años, noto que al entrar a una empresa me tratan distinto a como me podían tratar en mis inicios.
M: ¿Y en cuanto a estar rodeada casi siempre de hombres en este mundo?

I: Pues lo cierto es que durante mis estudios o estos últimos años no he sentido ningún tipo de discriminación, casi al revés. Sí me pasó durante el tiempo que pasé trabajando en México, donde hay incluso menos mujeres agrónomas y ahí sí que sentí que tenía que demostrar mucho más que mis compañeros para que me tomasen en serio o siguieran mis indicaciones.

M: Has mencionado los estudios; estamos viendo que cada vez se impulsa más que las niñas opten por las carreras STEM, tradicionalmente más elegidas por chicos. ¿En tu caso, tuviste siempre claro que querías trabajar en este campo?

I: No que fuera a estudiar ingeniería agronómica, pero sí algo relacionado con los números, la física, la química… me encantaban las matemáticas y se me daban muy bien. A eso le sumas que yo en esa época estaba muy concienciada con temas como la contaminación y quise aunar las matemáticas con el tema ambiental. Además, mi familia siempre ha sido agricultora, así que por supuesto tuvo que ver.

M: También eres la presidenta de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Quero, tu pueblo. Hablando de los y las jóvenes en el mundo rural, ¿qué te hizo decidirte a volver al pueblo, a tu tierra, y a iniciar proyectos desde allí, en lugar de desde, por ejemplo, alguna gran ciudad donde pueda haber más facilidades?

I: Yo siempre tuve claro que querría volver, pero no siempre fue fácil. Finalmente, fue el COVID; en esa época estaba trabajando en una empresa en Alicante, surgió la opción de venirme a llevar la zona de Toledo, y así hice.

M: ¿Qué hacía que hasta ese momento fuera tan difícil retornar al pueblo?

I: Las ofertas. No había oferta de trabajo, y sigue habiendo muy poco y siendo difícil, pero hay que intentarlo y así aportar en nuestra tierra.

M: ¿Dirías que es un movimiento general desde el COVID, el que haya más jóvenes volviendo a instalarse en sus pueblos o pequeñas ciudades frente a las grandes capitales?

I: Sí y no; es decir, creo que sí hubo un movimiento muy grande hacia los pueblos tras el COVID con el teletrabajo, pero últimamente veo que se está diluyendo. Sí vemos es que las personas casi en edad de jubilación se están viniendo para quedarse, pero no tanto la gente joven.

M: ¿Crees que hay algún otro obstáculo que hace que se esté diluyendo ese retorno a lo rural, además de la poca oferta que pueda haber?

I: La vivienda. Lo que sucede es que en los pueblos hay muy pocas casas de alquiler y las que hay, no están para vivir en condiciones. Creo que ese es un factor importante que impide a más jóvenes plantearse una vida aquí y al final piensan que, para pagar un alquiler alto, ya lo hacen en Madrid. Hay otro problema importante que es el desconocimiento o la falsa creencia de que en los pueblos una se aburre y no hay nada que hacer, y claro que lo hay, pero se desconoce.

M: Durante tu intervención en el acto dijiste “quizás no seamos las mejores porque hay muchas mujeres rurales con fuerza y empuje, pero nosotras hemos conseguido visualizar nuestro granito de arena en el mundo rural”. ¿Qué crees que hace falta para conseguir que se visualicen todos esos granitos, además de muchísimo trabajo y empeño?
I: Creo que hoy en día el marketing es muy importante. Hablando ese día con mis compañeras todas mencionaban las redes o aplicaciones en las que daban voz a sus tiendas o proyectos. Además, la red de contactos, por supuesto, y moverse mucho: desde Pistaquero hemos insistido mucho para conseguir que vinieran a conocernos, hemos publicitado mucho la Cooperativa, etc. Y luego ya, que se reconozca todo el trabajo.

M: Hablando de ello, y del acto institucional, ¿crees que se hace ya suficiente desde las instituciones para apoyar estas iniciativas, invertir en ellas, fomentar la innovación en el mundo rural, etc., o crees que se podría hacer más?

I: Yo creo que siempre se va a poder hacer más; claro que se está haciendo y se está facilitando con los incentivos a pueblos que aumentan habitantes, o a juntas formadas por un equipo con paridad. Pero también creo que esto puede ser un arma de doble filo y que habría que vigilar: si esos 50 habitantes son reales o simplemente están empadronados y no hacen vida en el pueblo, o si esa junta con paridad funciona en la práctica como tal. Ahora, con el premio, por ejemplo, he visto que a algunas mujeres les ha motivado más conocer mi trayectoria y el cómo he llegado aquí que una medida de cuotas, por ejemplo, que yo creo que habría que revisar, en el mundo de la agricultura al menos.

M: ¿A qué te refieres?

I: Pues que habría que comprobar si esas medidas que se implantan, pero no se revisan, son reales: es decir, ¿y si un agricultor pide una ayuda a nombre de su hija, la perciben por llegar a esas cuotas, pero luego esa hija en realidad no continua la labor en la agricultura? Pues que se ayuda esa ayuda y esa motivación van descendiendo. Además de revisar esos casos, creo que también deberían de lanzarse más ayudas a jóvenes rurales que tienen menos oportunidades por el medio en el que viven, ahí sí que queda mucho por hacer aún.

M: ¿Dirías que no solo es que haya que hacer más, sino controlar el cómo?

I: Exactamente, y facilitarlo. Por ejemplo, el tema de la conciliación, creo que en Quero sí se intenta facilitar con un precio asequible en la guardería, con una ludoteca disponible, pero se debería apoyar más y en todas partes, claro.

M: Totalmente de acuerdo. Definitivamente, queda mucho. Por último, al terminar tu intervención el acto animabas a la gente joven a “activar la cadena para que siga la vida de nuestros pueblos”. Me parece una frase y una llamada muy bonita,
¿a qué te referías con “reactivar la cadena”?

I: Me refería a los jóvenes, pero también a otras generaciones, ya que por ejemplo Pistaquero nació de ideas de agricultores más mayores, pero fuimos la gente joven quienes pudimos hacerlas realidad por nuestros conocimientos y experiencia, por eso digo que somos una cadena y que hay que mantenerlas activas para que nuestros pueblos se mantengan también activos.

M: ¿Qué ves en el futuro de Pistaquero y de Isa?

I: En cuanto a Pistaquero, como decía, sigue siendo un bebé, por lo que tenemos que seguir invirtiendo en el proyecto para seguir creciendo y que nuestro pistacho llegue a muchas más partes y de muchas más formas, que podamos comprar, por ejemplo, crema de pistacho de aquí, de la tierra. En cuanto a mi futuro, quiero seguir invirtiendo en agricultura porque es mi día a día, y por otro lado seguir ofreciendo asesoramiento en el campo, combinando las dos ramas.

Imagen 2: Isabel en las instalaciones de Pistaquero. Fuente: Isabel Arias Polo

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