Dos décadas de música con sabor diferente
Sini Barquín y Javier Guijarro son sinónimo de Babylon. Poco habría que decir sobre ellos, ya que su esfuerzo e independencia, a través de la Sala Babylon o Babylon Festival, los ha llevado a ser durante varios años referentes indiscutibles en el panorama musical de nuestra ciudad. Son un valiente ejemplo de gestión cultural en un hábitat nada sencillo y favorable. En contra de las normas ortodoxas y comerciales, Sini y Javier crearon un espacio abierto donde alzar la bandera de la diversidad cultural con la música como principal protagonista. La Sala Babylon fue el lugar donde poder disfrutar de grupos reconocidos y tan diversos como Manu Chao, La Raíz, Eskorzo o Raimundo Amador. También un espacio de oportunidades para multitud de grupos locales. Básicamente, un punto de encuentro para gente con distintas inquietudes. Sin embargo, hace ya más de cuatro primaveras que la Sala Babylon (2002-2016) cerró sus puertas. Pero no fue un punto y final. “Babylon Festival” y “¿Malos tiempos para la lírica? Radiografía del panorama musical independiente” son los nuevos proyectos con los que intentan evitar que la actividad y la diversidad musical de nuestra provincia se quede huérfana. Un, dos, tres, cua…
Parte 1 // Sala Babylon (2002-2016)
Antes de dar el salto a la Sala Babylon, teníais un bar llamado La Casa Babylon (1998-2002). ¿De dónde nace esta idea y cómo evoluciona a la Sala Babylon?
Esta idea nació como suelen surgir este tipo de cosas. Varios amigos estábamos de cervezas y comentamos que estaría genial tener nuestro propio bar. Nuestro amigo Pepe se prestó a aportar el empujón económico que necesitábamos y nos liamos la manta a la cabeza. El bar pronto empezó a funcionar muy bien y a quedarse pequeño. El propietario del local vivía justo encima y se quejaba mucho de los ruidos que hacíamos por lo que decidió no renovarnos el contrato. Ello nos obligó a buscar otras alternativas. Buscábamos un local más grande y, sobre todo, que nos permitiera dar conciertos en directo. Justo en frente encontramos el sitio ideal para ello.
Cuenca, debido a su pequeña población y su carácter tradicional, no es el mejor caldo de cultivo para ser promotor de música fuera de lo estándar y comercial. ¿Fue difícil para dos jóvenes crear algo alternativo y, especialmente, mantenerlo vivo?
Pues no fue tan difícil. Contábamos con el apoyo de muchos amigos que acudían a todos los conciertos que íbamos organizando. Ello nos aseguraba tener una asistencia media bastante alta lo que es fundamental durante el arranque de una sala de conciertos. A esos amigos luego se fue sumando mucha más gente que acabaron siendo fieles a nuestras citas. Por supuesto, ayudó mucho el concierto de Manu Chao (fue el cuarto que programábamos). Nos empezaron a llover ofertas de grupos que ni imaginábamos que podrían interesarse por una pequeña sala como la nuestra. Otra clave para que la cosa funcione es que el público se sienta como en casa, que perciba que también es parte de ese proyecto. Eso lo conseguimos. Es muy triste cuando vas a salas de otras ciudades y te echan de mala manera cuando acaba el concierto. En nuestra sala, cuando finalizaba la actuación seguía la fiesta y eso la gente lo agradecía mucho.
En febrero de 2016, tras más de 400 conciertos y ser un punto de encuentro para muchos conquense, se cerró la Sala Babylon. ¿Que supuso el cierre de la sala para vosotros? ¿Y para la ciudad?
Para nosotros fue una decisión muy complicada y meditada. Empezamos a saturarnos, ya eran muchos años. Teníamos nuestra principal actividad profesional por otro lado y dedicar tiempo a la sala cada vez era más complicado. Ahora la echamos mucho de menos, pero claro, solo nos acordamos de los buenos momentos. Respecto a la ciudad, no somos nosotros los más indicados para contestar. Supongo que no habrá supuesto tanto. Hay mucha oferta cultural todos los fines de semana.
La Sala Babylon vino con los albores de la era de Internet y se marchó en pleno imperio de las redes sociales. ¿Habéis visto algún cambio en casi dos décadas de andadura, entre los jóvenes de entonces y los de ahora?
La forma de comunicarse ha cambiado radicalmente. Cuando empezamos difundíamos los conciertos de forma tradicional. Pegada de carteles y boca a boca principalmente. Ahora, con una buena gestión en redes sociales, tienes buena parte del trabajo hecho. También te ofrece múltiples posibilidades que antes eran impensables como ofrecer actuaciones en streaming, vender entradas online…etc. También resulta muy enriquecedor leer los comentarios y críticas que recibes en las RRSS. La parte negativa es que te obliga a estar pendiente de ellas buena parte del día y acabas convirtiéndote en un rehén de tu móvil.
Parte 2 // Babylon Festival
A consecuencia del cierre de la sala, os decidisteis a montar un festival alternativo y único en Cuenca. ¿Qué os llevó a apostar por este nuevo y diferente formato?
En un principio buscamos programar una actividad que nos permitiera aprovechar los contactos que habíamos ido consolidando durante nuestra etapa en la sala, ofrecer a la ciudad un festival que complementase la agenda cultural y, por qué no decirlo, quitarnos el “mono” que teníamos desde el cierre de la sala. Pensamos que el formato de festival sería el más adecuado.
La creación de este tipo de iniciativas suele ir unida a una limitación de recursos y la autogestión es la piedra angular. ¿Cómo ha sido el apoyo por parte de las instituciones locales y regionales para este tipo de evento?
El primer año no tuvimos ninguna subvención institucional. El Ayuntamiento nos cedió la plaza de toros y nos facilitó algunas cuestiones de producción. No fue hasta la tercera edición cuando pudimos contar con el respaldo económico de las tres instituciones (Ayuntamiento, Junta y Diputación). El festival nació con la anterior corporación municipal y tenemos que reconocer el apoyo que recibimos del concejal Pedro J. García Hidalgo. Con el actual equipo municipal hemos tenido una única reunión y fueron todo buenas palabras pero no se llegó a concretar nada. Cuando pase la pandemia esperamos poder retomar el contacto con el Ayuntamiento y ver hasta qué punto quieren apostar por el festival. Un evento de estas características requiere un fuerte apoyo institucional puesto que la inversión económica es enorme y son actividades que revierten mucho dinero a la ciudad puesto que gran parte de los asistentes provienen de otras ciudades. En Cuenca se hace especialmente necesario este apoyo ya que no contamos con grandes empresas que patrocinen este tipo de eventos. El festival ha ido sobrellevando las cuentas gracias a las pequeñas aportaciones del comercio conquense, las ayudas institucionales y, por supuesto, la venta de entradas.
Hoy en día, los festivales provocan una gran controversia medioambiental debido al elevado consumo de plástico y otros recursos que generan abundantes residuos. ¿Aplicaríais alguna medida para crear un modelo más sostenible y minimizar el impacto ambiental que provoca este tipo de eventos multitudinarios?
Es un tema que tenemos que priorizar sin duda. Hemos tomado nota de otros festivales que están aplicando medidas en este sentido como recurrir a los vasos reutilizables. También hace falta más concienciación por parte del público. En todas las ediciones hemos llenado de contenedores los jardinillos de la plaza de toros y era desalentador ver cómo acababan las zonas verdes de plásticos mientras los contenedores permanecían totalmente vacíos.
Aparte del Babylon Festival, existen otros en la provincia como Caño On en Tarancón, el Alcarria Rock en Torralba o Estival Cuenca donde se fomenta la diversidad musical. ¿Cómo veis la creación y apoyo para estos festivales en municipios más pequeños?
Nos parece especialmente meritorio la labor que están realizando pequeñas asociaciones culturales en otros municipios de la provincia. Algunas iniciativas cuentan con trayectorias realmente sobresalientes. Admiramos mucho la labor que están desarrollando desde la asociación “Barrios de Luna” en Tarancón con gente como Javi Collado y Zas! Candil Folk. Llevan más de 15 años programando y están dinamizando la vida cultural de Tarancón de una forma que es verdaderamente envidiable. En Torralba, la asociación Torre-Alba lleva 20 ediciones del Alcarria Rock además de muchas otras actividades. Por su festival, sin contar apenas con recursos económicos, han pasado decenas de grupos con trayectorias muy destacadas que hoy en día son cabezas de cartel en los grandes festivales. Y ahí los tenías, tocando en Torralba y gratis. Hay y ha habido muchas más iniciativas como en Ribatajada con el Marca Propia, en Tinajas con el Tin&Rock, Algibe Rock de Santa María de los Llanos, Raspa Rock del Herrumblar, Melosound de Barajas de Melo, el Despertarock en Campillo, o festivales ya desaparecidos que apuntaron muy alto desde sus primeras ediciones como fue el Landete Rock. Por último, no podemos olvidar al festival de rock más longevo de la provincia, La Fiesta de la Primavera de nuestra querida Radio Kolor. Un festival imprescindible para analizar la escena de rock conquense desde finales de los ochenta.
El año pasado no se celebró el festival, y este año por la crisis de la Covid-19 tampoco. ¿Habrá Babylon Festival en el 2021?
Es pronto para contestar a esta pregunta. La verdad es que tras dos años sin festival complica mucho volver a arrancar. También tenemos que solventar varios problemas con los que nos encontramos año tras año: un recinto adecuado, una relación fluida con las instituciones, patrocinios privados y, sobre todo, un cartel ilusionante. Luego está la incertidumbre que hoy por hoy tenemos con la pandemia sanitaria que nos sabemos qué panorama dejará en 2021.
Parte 3 // ¿Malos tiempos para la lírica?
En colaboración con el Seminario Permanente de Estudios Contemporáneos (SPEC-UCLM) habéis creado esta nueva iniciativa que trata sobre la actividad musical desde diferentes perspectivas. Todo ello a través de conferencias, charlas y música en vivo, para dar a conocer aquello de lo que no siempre se habla. ¿Cómo surge esta idea y cómo se está llevando a cabo?
En 2016 nació el Seminario Permanente de Estudios Contemporáneos de la mano de los profesores de la UCLM, Eduardo Higueras y Ángel Luis López Villaverde. Sini les echaba una mano y surgió la idea de hacer un ciclo que acercara las aulas universitarias a la escena musical independiente. Era una idea ciertamente innovadora ya que no solo se trataba de traer a profesionales de la música a analizar de forma amena y divulgativa la industria musical. Se complementaba con una actuación en vivo protagonizado por la persona invitada, o bien una sesión dj, o un concierto acústico. Por otro lado, siempre quisimos ofrecer desde el Babylon Festival alguna actividad que lo complementase. La relación SPEC – Babylon Festival permitió que finalmente se llevara a cabo. Ahora se ha convertido para nosotros en una iniciativa a la que mimamos y le prestamos especial dedicación y con la que disfrutamos mucho.
Este título es bastante claro para explicar o reivindicar la crítica situación en la que está inmersa Cuenca y la provincia. El zarpazo de la despoblación unido a la escasez de oportunidades laborales, crean un escenario poco atrayente para los jóvenes y la cultura. ¿Cómo podemos contribuir a que este tipo de proyectos tiren hacia adelante y que tengan alguna repercusión en nuestra ciudad?
Toda iniciativa cultural tiene una repercusión positiva en la ciudad. No solo es una cuestión de enriquecer su actividad y la agenda cultural. Hay muchas ciudades cuyo prestigio se está acrecentando por tener una rica oferta cultural, porque también la cultura puede convertirse en un potente motor económico.
Debido a la crisis sanitaria de la Covid-19, habéis utilizado un nuevo formato a través de las redes sociales. Por ejemplo, la última actividad fue una entrevista a la navarra Aurora Beltrán de Tahures zurdos. ¿Ha sido difícil la gestión y organización de esta iniciativa durante la cuarentena?
La verdad es que ha sido todo bastante sencillo. Contamos con un pequeño equipo de personas para organizar todo. Es un privilegio poder contar con Ventura, Raúl y Eduardo, hacen que todo sea muy fácil, gente muy eficaz y comprometida. También facilita mucho el haber tejido durante años una buena agenda de contactos. Tirar de colegas para estas cosas suele ser siempre una ventaja enorme. Todas las personas que han pasado por la edición “virtual” nos han dado todas las facilidades para conseguir que haya sido todo un éxito. Estamos especialmente satisfechos del día que dedicamos al rock local. Fue sin duda uno de los debates más fructíferos e interesantes.
Parte 4 // Futuro del panorama musical en Cuenca
La falta de locales que proporcione música en directo se está reduciendo y esto crea un halo de vacío y pesimismo para los jóvenes que quieren crear nuevos grupos y compartir su música con el público. ¿Qué creéis que está fallando para que estos espacios estén perdiendo tanta personalidad y fuerza? ¿Creéis que hay aún esperanza de volver a revitalizarlos?
La verdad es que no tenemos una visión muy pesimista. Es verdad que faltan recintos adecuados para hacer grandes eventos o salas que puedan traer a grupos de gran poder de convocatoria. Sin embargo, hay varios locales en Cuenca que se están esforzando mucho para tener una programación estable y están ofreciendo una agenda muy potente. No pocos fines de semana nos hemos visto obligados a tener que priorizar entre varios eventos al coincidir en fecha. Conciertos hay y muy variados. Por nuestra situación personal no es sencillo ir a todos los que nos gustaría, pero seguimos disfrutando mucho asistiendo a las actuaciones en vivo. También es cierto que puede ser desalentador ver siempre “a la misma gente”. Sobre todo echamos en falta que los más jóvenes apoyen este tipo de eventos. Los festivales se llenan, pero las salas suelen tener muchos problemas para captar al público más joven.
Cada vez más, especialmente en Cuenca, los centros de ocio como bares y salas se están homogeneizando. El rock, el punk o el rap están siendo engullidos por los nuevos estilos más comerciales (reggaeton, trap). ¿Cómo veis el futuro respecto a este tema?
Bueno, desde que tenemos uso de razón siempre han sido más numerosos los bares que ofrecen música comercial pero siempre han existido honrosas excepciones. No nos atrevemos a aventurarnos sobre el futuro más inmediato, pero la clave, como siempre, estará en los más jóvenes. Nosotros venimos de una época que heredó el espíritu del “háztelo tú mismo”, el lema más interesante del movimiento punk. Aprendimos que sin muchos recursos, pero con ganas y determinación, podías montar tu propio grupo de música, un pequeño bar de copas, un programa de radio. Si no te gusta lo que hay, intenta montarlo tú a tu manera. No todas las iniciativas necesitan un desembolso económico que sea inalcanzable.
Por último, ¿existe algún proyecto nuevo para el futuro?
Pues la verdad es que siempre van surgiendo nuevos retos. Nos da ya mucha pereza emprender grandes eventos, pero siempre te pica el gusanillo y vas pensando cosas. Nuestra vida profesional y familiar nos impide afrontar mucho más de lo que ya llevamos, pero nunca hemos trabajado pensando en el largo plazo. Lo mismo hoy no tenemos nada previsto y la semana que viene nos vemos inmersos en mil batallas más. La verdad es que siempre nos ha ido la marcha…
Espacio de encuentro entre miradas donde repensar el futuro de nuestras tierras y territorios.
Un ecosistema innovador de encuentro y pensamiento para un tiempo que requiere propuestas y colaboración.
Larga vida al espíritu Babylon! Crecimos juntos! Nos conocimos en el Casa Babylon y de ahí para adelante es historia! Mucho tuvo que ver el espíritu y ambiente del bar y de la sala después para que naciera el Caño-On festival!!!
Un fuerte abrazo!
Ole. Volverá el Ba porque lo bueno no puede desaparecer bylon
Hola!!, me encanta tu forma de realizar el contenido, el mundo necesita mas gente como tu