Entrevista a La Jose (Alquitara, Uña)

Entrevista a La Jose (Alquitara, Uña)

Actualmente residente en Uña, La Jose es un ejemplo más de aquellas personas que se vieron forzadas a emprender el proceso de despoblación rural, alejándonos bruscamente de nuestras raíces cultivadas durante innumerables generaciones.

Al jubilarse, decidió volver al pueblo de su infancia. Pero no para descansar, sino para seguir creando y trabajando. Tras poner en marcha unas escuelas, a día de hoy dedica su tiempo a la iniciativa Alquitara, desde donde elabora jabones 100% artesanales y ecológicos elaborados con materia prima de la serranía de Cuenca.

Emigración Campo Ciudad

Con 15 años, pasas de vivir en Uña, un pueblo de unos 200 habitantes en los años 70, a Barcelona, donde en un vagón del metro cabría todo el pueblo. ¿Cómo sentiste ese cambio?

Es un cambio muy duro. Te vas y no tienes a la familia al lado, pues nos fuimos solas mi hermana y yo. Nunca habíamos salido del pueblo. Era un mundo totalmente distinto en el que tanto ella como yo teníamos que trabajar en casas -lo que se llama “servir”-. Lo vivimos de una forma terrible. Pero también nos dimos cuenta de que aquello no era lo que queríamos para nuestra vida. 

La realidad es que nadie nos preguntó con quince años si queríamos marcharnos. Yo me hubiera quedado. 

 

Volver ya jubilada al entorno rural es algo relativamente habitual. Sin embargo, lo que es diferente en tu caso son las ganas de no querer dejar de aprender y desarrollar proyectos. ¿Qué iniciativas has desarrollado desde que vives en Uña?

Lo primero que hicimos fue abrir la escuela donde nos reuníamos las mujeres. Fueron dos años maravillosos en los que incluso creamos una ONG llamada “Uña corazón solidario”. Hacíamos pequeños detalles como mochilitas, corazones… que luego vendíamos para mantenernos. 

A raíz de la pandemia empecé a estudiar y experimentar con los jabones. Así que viendo las plantas aromáticas que tengo a mi disposición -sobre todo de la sierra- comencé a mirar fórmulas y elaborar los jabones. 

Exposición de jabones de Alquitara. Imagen proporcionada por Los Ojos del Júcar.

Alquitara, recuperando saberes tradicionales

Actualmente, estás adentrada en Alquitara, donde elaboras jabones 100% artesanales y ecológicos elaborados con materia prima de la serranía de Cuenca. ¿Cómo es el proceso que realizas?

Pues primero estudiando y mediante acierto-error porque  me gustaba experimentar. Todos los jabones llevan productos de la sierra como es el laurel, espliego, escaramujo, hipérico, romero, saúco, espliego… 

El proceso es muy sencillo. Recolectarlas y hacer los oleatos o extractos, lo que te permite tener la hierba disponible. 

 

Usos medicinales, veterinarios, constructivos, decorativos, alimenticios o, en tu caso, asociados a la higiene. ¿Cómo de importante es conocer nuestro entorno y nuestras plantas?

Para mí es importante porque siempre lo he visto en mi casa. Pero aunque se usen las plantas para remediar pequeñas dolencias, no se pueden sustituir las medicinas tradicionales por ellas. 

Pero hay que poner en valor los saberes relacionados con las plantas. Sobre todo pueden ser importantes para la cosmética. 

 

Tu proceso es artesanal, utilizando técnicas, antes habituales, hoy prácticamente olvidadas. ¿Crees que la recuperación de conocimientos tradicionales y la artesanía pueden servir como lucha contra la despoblación y el cambio climático?

En este tema soy bastante escéptica. Aunque yo intento usar todos los productos de cercanía, entran en juego muchos más productos como el aceite de argán. 

Sin embargo, la gente se está animando a hacer este tipo de cosas y empieza a vivir de ello. 

Jabones de Alquitara. Imagen proporcionada por Los Ojos del Júcar.

Feminismo rural

Vivimos en una sociedad donde el sexo con el que nazcas te marca en muchos sentidos: económico, social, etc. La desigualdad de género, ¿se agrava en el medio rural?

Por supuesto. El hecho de estar aquí y tener a mis hijos a 800 kilómetros hace pensar a la gente que soy un poco egoísta. Si lo hiciera un hombre no lo pensarían. 

En mi época los chicos estudiaban y se formaban. De las mujeres de mi edad ninguna continuaba los estudios. Aún hoy me fastidia mucho que los hombres digan “yo soy feminista” y luego tengan el plato puesto en la mesa y la ropa planchada. ¿Cuándo se jubilan las amas de casa? Yo ahora puedo decir que me he jubilado de mi profesión y de ser ama de casa. 

 

Como alguien que ha vivido en el campo y en la ciudad. ¿Qué diferencias encuentras entre los enfoques del feminismo rural y del urbano?

Aquí el primer enfoque es el de la soledad. Aquí realizas cualquier actividad por el feminismo y dura poco. Hace un tiempo hicimos un cartel contra los asesinatos machistas y nos duró tres días.

Taller de La Jose. Imagen proporcionada por Los Ojos del Júcar.

Sostenibilidad y despoblación

Se habla últimamente mucho sobre “Ciudades sostenibles”. Teniendo en cuenta la cantidad de recursos (agua, alimentación, energía, etc.) que se necesita para mantener el funcionamiento de una gran urbe, ¿puede ser una ciudad sostenible?

No. Además, por desgracia empiezan a no ser sostenibles los pequeños pueblos. Los impuestos en los pueblos son prácticamente iguales a los de la gran ciudad, el precio de la luz es igual… Y tienes menos servicios. 

 

El medio rural tiene muchas bondades, pero también muchas dificultades para el desarrollo de un proyecto de vida: el difícil acceso a la tierra, a la vivienda o a los servicios. ¿Cómo hacer para que los jóvenes puedan y quieran vivir en un pueblo?

Se les debe ayudar a las parejas jóvenes: una casa, trabajo, colegio para los niños… Aquí han venido unas parejas jóvenes y trabajan precariamente. De hecho uno de los dos ha tenido que irse a Tarragona a trabajar para poder pasar el invierno.

Para finalizar…

Muchos pueblos de nuestra provincia están en un momento muy delicado, al borde de su desaparición. Sin embargo, hay cierta sensación de que en los últimos años están apareciendo iniciativas prometedoras. ¿Eres optimista respecto al futuro de los pueblos? ¿Consideras que Cuenca florece?

Tiene que florecer. No hay otra. Si pensara que no, todo este sueño que he retomado no habría servido de nada. Hay que ayudar a la gente joven a encontrar un futuro en el medio rural. No soy optimista, pues no veo mejoras en el corto plazo, hay mucho trabajo por hacer.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Rafael

    Gracias chicos por compartir estas experiencias, solo comentaros una cosa cuando se habla de personas, se entrevista a alguien valoro mucho su imagen y sus datos, supongo que si voy a Uña y pregunto por la Jose igual me señalan a ella, o a dos o tres mas. Si queremos dar importancia a las personas empecemos por lo primero, nombre y apellidos y foto. Seguimos mejorando y floreciendo.

    1. Eduardo Bollo Miguel

      Hola Rafa,

      Perdón por contestar tan tarde. Se nos había pasado el comentario. Lo tenemos en cuenta para el futuro. La idea es ir mejorando.

      Muchas gracias. Un abrazo,
      Eduardo Bollo

Deja una respuesta