Presidente de la Diputación de Cuenca
Esta entrevista forma parte de un reportaje sobre la situación del ferrocarril convencional que saldrá en el próximo número de Los Ojos del Júcar.
Álvaro Martínez Chana, Ingeniero Técnico Agrícola en la especialidad de explotaciones agropecuarias de profesión, es alcalde de Almonacid del Marquesado desde 2007. Asimismo, fue diputado provincial entre 2008 y 2011. En el PSOE ocupó el cargo de Secretario General de Juventudes Socialistas de Cuenca entre 2007 y 2010, y fue Vicesecretario General del PSOE de Cuenca entre 2012 y 2018.
Actualmente, es Presidente de la Diputación Provincial de Cuenca.
ENTREVISTA
Ha existido un inmovilismo institucional durante varias décadas, y sin embargo, se decide la supresión del tren convencional casi a puertas de un escenario electoral. ¿Por qué se toma la decisión justamente ahora?
Lo cierto es que ha habido una dejadez institucional durante décadas en esta línea. Una línea que ha sufrido ese abandono, y ha visto como paulatinamente se iba deteriorando y con ello los servicios que se prestaban. Y que, obviamente, nadie puede negar que es una línea en desuso. Cualquier ciudadano de Cuenca o Tarancón que viera los trenes comprobaba que iban prácticamente vacíos.
¿Por qué ahora? A nosotros nos consta que ya en el año 2016 se empezó a explorar el cierre de la vía. Pero el detonante fue Filomena, que provocó que desde el ministerio se planteara buscar una alternativa que pudiera mejorar lo que tenemos hasta ahora.
Aquí no estamos pensando en plazos electorales, si por ello fuera no hubiéramos hecho nada. Lo más sencillo desde un punto de vista electoral hubiera sido quedarse quieto, dejar que todo continúe y esperar a que una normativa europea o que el propio deterioro del servicio hubiera acabado con la línea. Pero creo que estamos gente al frente de instituciones que pensamos a medio plazo y lo hacemos en beneficio de los ciudadanos -que es de lo que se trata ejercer en un cargo público-, sin mirar si hay elecciones el año que viene o dentro de dos.
Este proyecto como alternativa que se denomina XCuenca. ¿En qué consiste y quién está detrás de este proyecto?
Es un proyecto que se lanza desde el Ministerio de Transportes al observar ese deterioro y viendo que la línea no estaba siendo útil para lo que, realmente, tendría que servir. Para la movilidad es obvio, pues los datos reflejan que muy poca gente usa ya este medio, y sobre todo cuando se han usado alternativas de autobuses derivados de Filomena que estamos viendo que tienen más usuarios que el propio tren. Hay quien dice que la línea puede ayudar a la lucha contra la despoblación. Los datos están ahí: setenta años de funcionamiento del tren no ha impedido que los pueblos por donde pasa hayan visto caer sus poblaciones de forma drástica.
Desde el punto de vista económico me pregunto cuántas empresas están instaladas en Cuenca como consecuencia del tren convencional. Ninguna. Solo hay una empresa que tiene apeadero, OLCESA en Tarancón, y no lo utiliza. Por tanto, si un medio como este no tiene ni rentabilidad social ni económica, no sirve para los fines que se habían marcado, hay que buscar alternativas.
Este proyecto busca una alternativa al problema de la movilidad en el entorno rural, no solamente en los pueblos afectados por el cierre de la vía del tren, sino en los 238 municipios de la provincia. La Junta, con ese proyecto de movilidad a demanda, ha empezado a implementar en la Serranía y en la Alcarria, las zonas más deprimidas. Además, los pueblos que antes eran atravesados por el tren, van a contar con un servicio notablemente mejor cuantitativa y cualitativamente mejor del que tenían hasta ahora. El servicio pasará de tres frecuencias a cinco, y con tiempos iguales o mejores que los que ofrecía el tren.
En el caso de la ciudad de Cuenca, estamos hablando de una brecha que divide la ciudad, no solo física sino socialmente hablando. Este proyecto quiere “coser” esta brecha, que la ciudad sea una y que se pueda habilitar ese espacio para dotarlo de servicios que ahora mismo se necesitan: instalaciones deportivas, culturales, zonas verdes…
Y, además, se da la posibilidad también, y aquí es donde Diputación más implicación va a tener, de que la vía pueda tener un uso turístico. Es en lo que estamos trabajando actualmente. Es un proyecto a muy largo plazo, pero la intención es comenzar ya y que sea una realidad cuanto antes.
En el Proyecto XCuenca se proponen soluciones a los tramos Cuenca-Utiel, con una vía verde, y Cuenca-Tarancón, con vías ciclistas. ¿Hay algún plan específico integral para estas dos propuestas?
Esta es la propuesta que se realiza desde el ministerio. Nos reunimos con ellos, ADIF y con la Fundación del Ferrocarril, que depende de estas dos instituciones. Ellos tienen una dilatada experiencia en el uso alternativo de vías, ya sean verdes o con otros destinos. Queremos llevar a cabo un estudio para ver cuál es el uso más eficiente y viable que se le pueda dar a estos dos tramos que van a quedar en desuso ferroviario. Ese es el primer paso y lo hemos dado. Vamos a trabajar con la Fundación, ya que la Junta y Diputación nunca han tenido competencias, para conocer cuál es el mejor uso de las vías y de los apeaderos. Con ello se pretende unir la gran cantidad de elementos patrimoniales, históricos y naturales que están alrededor de la vía y que hay que poner en valor, y que de verdad la vía sirva como vertebrador y elemento turístico de estas comarcas.
Mencionando los apeaderos, ya existía el Proyecto “Serranía en Vía”, de rehabilitación de las antiguas estaciones de tren de la línea Cuenca-Utiel. ¿En qué situación se encuentra y qué propone el plan XCuenca para estos edificios históricos?
Es un proyecto que nos encontramos en una situación bastante deteriorada y que se planificó, siendo suave, de una forma un poco desordenada. Como ejemplo, la única estación sobre la que se ha realizado la obra, la de La Melgosa, contaba con una dotación presupuestaria que no llegaba ni a la mitad de lo que se necesita para poner en marcha solamente el servicio del apeadero. No existía una dotación general del proyecto en sí.
Sin embargo, ahora ADIF pretende poner los recursos para la rehabilitación integral de las estaciones. Esto es un paso importante, pues estamos hablando de un proyecto finalista donde cada una de las estaciones recoja la temática o el enfoque que se le quiera dar, pero que pueda ser un elemento que se pueda poner en marcha una vez que se ejecute el proyecto. Realizar una inversión sin tener la claridad de disponer de los fondos necesarios para que esa inversión se pueda poner en marcha, lo que implica es que exista un edificio a medio construir que en unos años se va a volver a deteriorar.
Nosotros no hemos desestimado este proyecto. Al contrario, el año pasado lo solicitamos de interés al Ministerio porque pensamos que es un proyecto viable e interesante para la provincia. Pero lo que no podemos hacer es poner parches en algo que tiene que ser una apuesta integral puesto que hay 5 millones de euros encima de la mesa para abordarlo.
Esto prepara un nuevo escenario para la movilidad en los pueblos de la provincia: el modelo ASTRA Cuenca, autobuses regulares y a demanda. Aún siendo responsabilidad de la JCCM. ¿Hay un compromiso por parte de todas las instituciones sobre mantener este modelo a largo plazo?
Obviamente. Si no, no se apostaría por él. Es cierto que hay quien objeta que los autobuses se pueden quitar en cualquier momento. Y se pueden poner más fácilmente. Eso está dentro de la voluntad política de quien se encuentre en las instituciones. Hay voluntades políticas que quieren deteriorar y que quitan servicios, y otros que optamos por ponerlos. Lo importante del plan es que sea efectivo, que dé un buen servicio a los ciudadanos de estas comarcas. Lo de ir en tren o en autobús es lo de menos.
¿No hubiera sido más sensato establecer las líneas de autobuses antes del cierre de las vías?
Hay ya ejemplos. En la zona de Huete el servicio tiene mayor repercusión y demanda que el propio tren. En la zona de Cuenca-Utiel se puso en marcha la alternativa con unos resultados que incluso algunos alcaldes que se posicionaron en contra del plan nos están reconociendo que tienen muy buenos resultados. Esto por tanto ya existe. Ahora la idea es ampliar y ajustar las frecuencias conociendo las necesidades de cada municipio.
A esto hay que añadirle el servicio a demanda para conectarlo con las cabeceras de comarca y la capital. Yo que vivo en un pueblo que no era atravesado por el tren, para mí lo quisiera.
Otro de los temas que más interesan a la ciudadanía conquense es la implicación de la CEOE en este proyecto. ¿Cuál es el papel de las entidades privadas en el plan XCuenca?
Bueno, lo que han hecho en primer lugar ha sido dar la voz de alarma de algo que ya era una realidad que todo el mundo veía pero que nadie quería acometer. En este sentido quiero agradecerles que hayan sido precursores para que exista este movimiento y se empiece a visibilizar, porque lo más fácil hubiera sido dejarlo morir por inacción.
El guante lo recoge el ministerio y a nosotros nos toca ponerlo en funcionamiento. Tenemos que ir de la mano de todos, tanto empresarios como otros agentes sociales. También es una labor nuestra explicar y demostrar que lo que está en ese documento y lo que se va a plasmar en los distintos convenios es mejor que lo que tenemos ahora.
Estoy convencido de que cuando los servicios estén en marcha, cuando las inversiones en los núcleos de población comiencen a realizarse, la ciudadanía va a ser consciente de que lo que aquí se plantea es mejor que lo que existía con anterioridad.
Tras el cierre de la línea, queda una huella importante en la trama urbana. ¿Qué va a suceder con los terrenos de ADIF?
En eso se está trabajando. Lo que está claro es que en ningún caso habrá especulación, que es algo que se suele achacar a este proyecto. Lo primero porque la normativa lo impediría. Lo segundo porque, en el caso de Cuenca, no es una ciudad que se preste ahora mismo a la especulación. Lo contrario indicaría que la economía de la provincia estuviera boyante. En cualquier caso, hay un compromiso de la institución municipal de que esa posibilidad no se va a dar.
Los usos que se van a abordar tienen que ser instalaciones deportivas, infraestructuras culturales, zonas verdes… e incluso vivienda protegida para jóvenes, que puedan servir para que esa cicatriz sea finalmente cerrada y la ciudad esté totalmente unida. Ese es el objetivo con el que se está trabajando en el proyecto.
En cuanto se empiecen a firmar los convenios, la ciudad y, sobre todo, los vecinos de zonas como Las Quinientas, que históricamente ha sido de las más deprimidas, lo van a notar.
Respecto al diálogo, ¿se ha presentado el nuevo plan XCuenca a las diferentes alcaldías de los municipios afectados? Si es así, ¿han tenido algún tipo de voz para evitar la supresión de la línea?
Sí, el ministerio se reunió con los ayuntamientos para presentar el plan. Yo mismo asistí. Allí se les invitó a que aportaran ideas para esos nuevos espacios y expusieran aquellas necesidades que tengan. Esto se habló en la anterior legislatura, esto no debería pillar a nadie por sorpresa. En 2016 ya hubo reuniones y el anterior ejecutivo regional, también liderado por Emiliano García-Page apoyó y se puso del lado del ministerio para encontrar una solución de consenso.
Ahora, sin embargo, no nos hemos encontrado con la misma respuesta. Pero trabajaremos para sumar a aquellas personas que dudan -lo que por otro lado entiendo- y convencerlos de que lo que planteamos es mejor. Si no lo es, el tiempo lo dirá. Si no somos capaces de cumplir y los ciudadanos no perciben esa mejora, decidirán con su voto libremente.
Respecto a la opinión pública: la contundencia del cierre, la participación de lo privado o la escasez de información disponible sobre el plan, han generado rumores públicos de los más distintos colores. ¿Crees que ha habido una falta de comunicación de las instituciones hacia la sociedad?
Ya he comentado que esto arranca con Filomena, hace apenas un año. El ministerio ha involucrado a otras tres administraciones en un tiempo récord. Además, los expertos creen que las nuevas directivas europeas prohibirán el sistema de frenado que tiene esta vía, lo que supondría su cambio una inversión enorme que el ministerio no está dispuesto a hacer. Esto supone que haya que actuar tan rápido, y de esta manera se haya llevado el proyecto de los despachos a la ciudadanía. Ahora están todas las puertas abiertas y toda la información al servicio de la población para que lo conozcan y para que opinen. Sí es cierto que en esta ciudad estamos muy acostumbrados a que se lancen proyectos y que acaben en un cajón. Está ocasión va a ser diferente, estoy convencido.
El objetivo es, vuelvo a repetir, convencer a la opinión pública, esa gran masa social que está expectante y que conocía la realidad de esta vía pero que quiere ver con hechos si de verdad se va a mejorar su calidad de vida y su entorno urbano.
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