ADIMAN, pasado, presente y futuro de La Manchuela Conquense

ADIMAN, pasado, presente y futuro de La Manchuela Conquense

La comarca

Cuenca, a pesar de ser pequeña y poco poblada, muchas veces es desconocida en toda su amplitud por sus propios habitantes. Esto pasa a menudo con la Manchuela, esa región de la que nunca se habla. Parece que Cuenca se reduce entre la Sierra y la Mancha, olvidándonos de la riqueza y singularidad de esta comarca.

Para muchos, poco pueden decir de la Manchuela más allá de sus carreteras (la A-3 y la CM-220 la recorren). Podrían definirla como la región donde están las rectas en el camino hasta Valencia, una vez pasado Almodóvar del Pinar. Sin embargo, la Manchuela es mucho más.

Es una comarca con un enorme patrimonio ambiental (al encontrarse flanqueado por dos ríos de gran importancia, como son el Júcar y su afluente el Cabriel) y cultural (tiene un importante patrimonio histórico, como el conjunto histórico-artístico de Alarcón). Además, su potencial de desarrollo es muy alto, al encontrarse bien conectada con Madrid, Valencia, Albacete y Cuenca.

Mapa de la Manchuela Conquense. Fuente: ADIMAN.

Son 33 municipios que albergan algo más de 38000 personas, con una gran importancia aún del sector agrario, sobre todo en tiempos de crisis económica (en torno al 25% de la población tiene trabajos relacionados con la agricultura y ganadería).

La agricultura es mayoritariamente de secano (aunque cada vez menos), destacando el cultivo de cereales, vid o frutos secos. A esto hay que sumarle dos cultivos que ganan cada vez más importancia: el champiñón y el azafrán.

Pero la Manchuela, al igual que el resto de comarcas conquenses, se muere, mientras no hagamos por remediarlo. El reto demográfico, así como la degradación ambiental de la zona, son los mayores problemas a los que se enfrenta. Pero eso no nos debe dejar parados, sino todo lo contrario: debe impulsar nuestro ingenio, planificando estrategias para asegurar un futuro próspero logrado desde la óptica de un desarrollo sostenible.

Por ello, hoy nos acercamos a Motilla del Palancar para conocer de primera mano el trabajo llevado a cabo por ADIMAN, la Asociación para el Desarrollo Integral de la Manchuela Conquense, creada en 1994, que tiene por misión mejorar la vida de los habitantes de la Manchuela conquense a través de un desarrollo sostenible, desde un punto de vista social, económico y ambiental. En un principio, esta nace simplemente para gestionar las ayudas del Programa LEADER (constituyéndose como el Grupo de Acción Local de la Comarca). Sin embargo, a raíz de los buenos resultados, se amplía la visión, pasando de gestionar un programa de ayudas a gestionar la comarca.

Programa LEADER

La iniciativa comunitaria LEADER (Liaison Entre Actions de Développement

de l’Économie Rurale, que significa “vínculos entre acciones de desarrollo de la

economía rural) fue puesta en marcha por la Unión Europea en 1991 como un

programa piloto, experimental y destinado al ámbito rural.

Trata de luchar contra el despoblamiento del medio rural,

a través de la diversificación de la economía mediante la participación activa

de la población interesada, de las empresas, de las asociaciones y de la administración

de las zonas rurales beneficiarias.  Este programa tiene un enfoque ascendente,

identificando las necesidades de abajo hacia arriba para diseñar estrategias de

desarrollo territorial, fomentando la innovación, la cooperación y el trabajo en red.

El problema

Poniendo los pies sobre este territorio, observamos la multitud de problemas que asedian esta comarca. Problemas que, por desgracia, no son muy diferentes de los que podemos observar en cualquier lugar de nuestra provincia.

Es una región con una población muy envejecida (en consecuencia, existe una clara amenaza de desaparición del patrimonio cultural intangible), con problemas en el acceso a servicios fundamentales (existen grandes carencias en cuanto al planeamiento urbanístico), y una gran degradación ambiental (que se agrava por el aumento de cultivos de regadío frente a los tradicionales de secano). Además, el paro es elevado en la región, habiendo crecido mucho en el sector primario, de gran importancia en la comarca. Todo esto hace que la actividad económica de la región se vea afectada.

Para entender mejor esta realidad hablamos con Miguel Ángel Moraga, gerente de ADIMAN. “Además de los problemas existentes, nos enfrentamos a dos grandes amenazas: el reto demográfico y el cambio climático”, advierte Miguel Ángel.

El reto demográfico, un problema que asola a toda la provincia. Hay una clara falta de relevo generacional en el campo, agravada por la asincronía entre oportunidades laborales y competencias e intereses de los jóvenes. Además, las actitudes de la población suelen incitar más hacia la huida de este segmento poblacional que hacia su asentamiento en el territorio. Fomentar la llegada y regularización de inmigrantes a estas regiones de la España Vaciada es una medida fundamental para combatir la despoblación, según dice Miguel Ángel. “Debemos facilitar la integración social y cultural para ayudar a su asentamiento”, agrega.

Por otro lado, el cambio climático, el problema que amenaza a todo el mundo, aunque no a todos por igual. Para poder combatirlo, debemos desarrollar mecanismos de adaptación al mismo. Por desgracia, actualmente no sólo no nos preparamos, si no que estamos empeorando el más que probable impacto haciendo un uso irresponsable de los recursos hídricos. En nuestra provincia existen varias Zonas Vulnerables a la contaminación por nitratos (agravadas por la extensión de macrogranjas), repartidas principalmente entre la Mancha y la Manchuela. “Si cuidamos el medioambiente y el patrimonio cultural, podemos generar etiquetas de calidad territorial que aportan valor y diferenciación”, propone Miguel Ángel como una posible solución. Debemos comenzar a ver en la conservación del medio ambiente una oportunidad de desarrollo que aporta valor diferencial.

Todo esto brinda un futuro muy incierto, hasta algo desolador, pero tenemos que poner nuestra vista en las oportunidades que se nos brindan. La Manchuela cuenta con un gran patrimonio cultural y natural, con gran biodiversidad y numerosos recursos naturales con mucho potencial (mucha superficie forestal, energía solar y eólica, etc.). Además, cada año se instala más población inmigrante, así como cuenta con una situación geográfica excelente de cara al comercio y el turismo.

Y también en Bolivia...

Desde el año 2003, ADIMAN, junto al Grupo de Acción Local de la Sierra del Segura,

viene desarrollando proyectos de cooperación al desarrollo en el sur de Bolivia,

con el objetivo de hacer que la Filosofía LEADER atravesara el Atlántico.

Han realizado más de 10 proyectos (sobre multitud de temáticas, principalmente

desarrollo rural, soberanía alimentaria, agricultura o empoderamiento de la mujer),

siempre sobre 3 principios que guían su acción: no generar dependencia,

siendo los bolivianos los protagonistas de su cambio; desarrollar la lógica del aprendizaje mutuo,

sin paternalismos y; ejecutar de manera directa el proyecto.

La solución

Es aquí donde entra en juego el trabajo desarrollado por organizaciones como ADIMAN. Para desarrollar soluciones efectivas tampoco hay que reinventar la rueda, simplemente hay que observar más allá, tener la mente abierta, ver qué ha funcionado y adaptarlo a la realidad de cada territorio.

ADIMAN tiene 9 líneas de trabajo para luchar contra estos problemas, de carácter social, cultural, económico o medioambiental. Todas ellas buscan fomentar la actividad económica de la comarca siendo respetuosos con el medio ambiente.

Combatir la despoblación es, como ya se ha dicho, el gran reto por superar, que solo podrá vencerse mediante la adecuada integración social y cultural de inmigrantes en la región. Pero esta no es la única medida. Los incentivos fiscales pueden y deben ser la norma en el entorno rural, más teniendo en cuenta que su acceso a servicios es mucho más limitado que en la ciudad.

La dificultad al acceso a servicios básicos es el mayor factor limitante para el asentamiento de nuevos habitantes en estas regiones. Por ello, según propone Miguel Ángel, debería ordenarse el territorio para que en cada una de las comarcas rurales se pudiera tener acceso de forma distributiva entre las poblaciones a todos los servicios públicos de calidad, de manera que no puedas tardar más de 10 minutos en coche en llegar a cualquiera de ellos (sea administrativo, de salud, alimentario, etc.).

Pero todo ello carece de sentido si no se revitaliza económicamente el territorio, siendo un gran recurso su diversidad medioambiental, la cual debe ser protegida. Por ello, ADIMAN, junto a varias otras asociaciones, lleva años trabajando para conseguir que el valle del Cabriel sea considerado reserva de la biosfera, lo que impulsará el turismo de calidad en la comarca.

Reserva de la Biosfera del Cabriel

Luchada y finalmente conseguida tras muchos años por varias asociaciones,

entre ellas ADIMAN, esta reserva de 421.765,93 hectáreas

se caracteriza por la diversidad de sus paisajes constituidos por montañas,

formaciones rocosas creadas por el encajonamiento de cauces fluviales,

marismas y lagunas salobres, y tierras cultivadas en llanuras aluviales.

Entre los ricos vestigios culturales de esta zona cabe señalar las

numerosas pinturas prehistóricas existentes en una serie de parajes

del municipio de Villar del Humo, que forman parte del sitio del

Patrimonio Mundial Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica.

Los cauces fluviales que surcan la reserva conectan la totalidad de su territorio,

cumpliendo la función de corredores ecológicos de distribución de

la fauna y la flora, así como la de rutas culturales de difusión de ideas y costumbres.

Y es que el turismo rural es una de las grandes oportunidades para la Manchuela, más en la coyuntura actual, donde los entornos rurales van a ganar mucha importancia. Debe configurarse una oferta turística interesante para conseguir que esta región deje de ser de paso. Sin embargo, esto implica una serie de medidas a desarrollar, ya que “el turismo demanda que los paisajes y el patrimonio cultural estén cuidados, así como los servicios; por ello, hay que repensar las relaciones rural-urbano, pensando en incentivos para que lo gente local pueda hacerse cargo y mantenerlo”, insiste Miguel Ángel. “Es necesario generar una estrategia en la que designemos qué tipo de turismo queremos”, agrega.

Parque solar de Olmedilla de Alarcón. Fuente: TECMO S.A.

En esta línea, fomentar el desarrollo económico es vital. Por ello, una de las medidas en las que trabaja ADIMAN es la industrialización del procesado de alimentos procedentes de agricultura ecológica (mediante cooperativas de productores), favoreciendo su venta directa a tiendas o grupos de consumidores, evitando el coste derivado de los intermediarios. La cercanía a grandes urbes como Madrid, Valencia o Albacete hace más viable encontrar demanda a este tipo de productos.

Por otro lado, hay un gran potencial de desarrollo económico en la explotación de los recursos de energía solar y eólica de la región. En la actualidad hay varias empresas instalando parques solares y eólicos en esta tierra. Sin embargo, cuenta Miguel Ángel cómo no hay ningún técnico en la comarca que pueda proporcionar mantenimiento a los mismos, teniendo que depender de empresas de otras provincias. Por ello, el plan de desarrollo territorial debe de ser holístico, pues esto es un gran déficit que alimenta comportamientos de dependencia innecesaria del exterior, algo que un plan educativo adaptado a las necesidades subsanaría.

El desarrollo territorial consiste en eso, en probar nuevas soluciones observando lo acontecido en otros lugares, y adaptar y escalar aquellas iniciativas exitosas. Por ello, ADIMAN trabaja desde la perspectiva del proyecto piloto, pues “la experimentación social de los proyectos es uno de los puntos fuertes del Programa Leader”. Es uno de los pilares de la filosofía LEADER, base del trabajo de esta organización. Por ello, muchos proyectos exitosos en la actualidad comenzaron como experimentos (el caso más paradigmático es la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel). “Gracias a esta experimentación surgen iniciativas que sí que tienen su recorrido real”, asegura Miguel Ángel.

Y todo esto lo realiza ADIMAN en colaboración con otras instituciones desde una perspectiva ambientalista, con enfoque de género y en derechos humanos, valores esenciales para la organización. Estas ideas, junto a muchas otras, deben empezar a formar parte de cómo pensamos, para poder reivindicar de manera efectiva lo que esta región necesita.

Debemos demostrar el potencial de nuestra provincia, levantar la cabeza, reivindicar nuestros puntos fuertes, asumir nuestras debilidades, aprender mirando a nuestro alrededor, y empezar a trabajar para asegurar un futuro sostenible para nosotros y nuestra tierra.

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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Armando

    Gran artículo con una rama de investigación que conozco gracias a mis inicios de tesis

  2. Sandra

    Gracias por compartir la realidad de la Manchuela. Estos espacios de difusión son ventanas que invitan a observar nuestro alrededor, situando primeras piedras para la construcción de una conciencia ciudadana crítica en torno a una cuestión con un denominador común en muchas de nuestras comarcas castellanas. Enhorabuena por el artículo!

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