Retablo Conquense, de don Víctor de la Vega: ¿Dónde están las mujeres?

Retablo Conquense, de don Víctor de la Vega: ¿Dónde están las mujeres?

La obra a la que me refiero en el título, Retablo Conquense, la realizó don Víctor de la Vega en 1987. Fue un encargo de la Diputación Provincial de Cuenca y puede verse en el edificio de esta institución, en la primera planta, en frente de la escalera ocupando casi toda la pared. Es un mural de grandes dimensiones (3,42 por 4,54 metros), en el que se representan personajes de la cultura, de la política y de la religión, algunos fácilmente reconocibles, otros no tanto. Se dice que en esta obra pretendió hacer el retrato de la sociedad conquense a lo largo de varios siglos de historia. Aunque no se consiga identificar a los retratados, las distintas épocas se ven por las vestimentas que se remontan a tiempos antiguos, desde la Edad Media en que Cuenca era ya cristiana, hasta finales del siglo XX, cuando se terminó de pintar el cuadro.

Imagen 1: Retablo Conquense, de don Víctor de la Vega. Fuente: http://guadalajaraycuenca.blogspot.com/

Este mural recuerda a otro del mismo autor, con el que comparte el propósito de retratar la sociedad de un lugar en distintas etapas históricas y parte del título: me refiero al Retablo Arriacense, cuyo tema y personajes pertenecen a la sociedad alcarreña de Guadalajara. En este retablo de 1977, también era escasa la presencia femenina, algunas mujeres vestidas de aldeanas o niñas jugando, ninguna personalidad relevante.

Podría deducirse que, en ambos Retablos, don Víctor se limitó a constatar lo que veía, dado el carácter realista de estas pinturas, es decir, la ausencia de mujeres en la vida cultural y política de estas dos ciudades de Castilla La Mancha. Don Víctor, mi querido profesor de Dibujo del IES Lorenzo Hervás y Panduro, donde hice el Bachillerato, intentó reflejar lo que él pensaba que era una realidad: una sociedad sin mujeres. Un siglo antes, otro personaje importante de la cultura conquense, Fermín Caballero, había hecho algo parecido, no con la pintura sino con el lenguaje. El político de Barajas de Melo escribió en varios tomos su libro de Los Conquenses Ilustres, sin nombrar una sola mujer. Al menos, en el cuadro de don Víctor aparecen cinco. El mundo avanza hacia la igualdad de género, como puede verse, a paso bastante lento. Más lento en Cuenca que en otras provincias, según muestran estos ejemplos.

La escasa presencia femenina en el cuadro de don Víctor aumenta la curiosidad por conocer la identidad de las mujeres retratadas, si es que se refiere a mujeres reales. No nos extraña que de las cinco mujeres que aparecen, tres sean monjas; lo que llama la atención es que estas sean las únicas figuras femeninas que pueden adscribirse a la época moderna. Al no haber otras mujeres con vestimentas actuales o modernas, como el hábito que estas monjas llevan se sigue usando en algunas órdenes religiosas del siglo XX, podríamos verlas como personajes representativos de esta época. Porque las vestimentas de las otras dos mujeres, en cambio, nos remiten claramente a épocas pasadas: una de ellas, la que está entre los caballeros de la derecha en la parte baja del cuadro, lleva la golilla o gorguera típica del Barroco, mientras que la apariencia de la otra mujer es más propia de siglos anteriores, pues lleva un vestido de color verde y manga larga, del que sobresalen los volantes de una blusa blanca en el escote de pico y en los puños. Esta enigmática señora no lleva tocado ni manto alguno, mira de frente, a ningún punto fijo, como si no le interesara lo que un joven inclinado hacia ella, de perfil, le está diciendo. Está detrás de las tres monjas, ajena a la escena que están mirando ellas, pero a su lado, en una cercanía protectora. Las cuatro mujeres, esta dama de pelo moreno que parece pedir silencio al que el habla, con la mano levantada, y las tres monjas, están en lo más alto de la escena, detrás de una barandilla, medio cubierta por una tela que una de las monjas sostiene con su mano. Las tres monjas llevan hábito negro, una de ellas mira de frente con las manos cruzadas en el pecho en actitud de rezo, pero firme en su postura erguida, mirando hacia lo que ocurre en el mundo de abajo. Las otras dos monjas tienen las cabezas inclinadas hacia ella y la del medio sostiene algo en una mano que parece un libro.

No hay paisaje en el cuadro, solo las vestimentas y la pose ayudan a identificar las figuras. Incluyendo la del rey y los ángeles, que, aunque no tengan sexo, aquí son claramente masculinos. En el mural hay 60 figuras de hombres y cinco de mujeres, una representación femenina del 3.25 %. Esta es la visión que se tiene de la participación social de la mujer en la historia de Cuenca a lo largo de la historia.

¿Es realista este retablo de la sociedad conquense de don Víctor? Yo creo que no, ha habido mujeres que han tenido un protagonismo destacado en la historia de nuestra ciudad, lo que pasa es que han sido silenciadas y olvidadas.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Encarna

    Yo tenía entendido que García de la Vega era menos clásico en sus pinturas. Me ha gustado saber de este cuadro.

  2. Luz González Rubio

    Sí, don Victor de la Vega es un clásico. Los alumnos de un instituto en el que dio clase hizo un estudio sobre los personajes que aparecen retratados en este mural. Sería interesante conocerlo.

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