LAS CONQUENSES ILUSTRES XIII: Juliana Izquierdo Moya. Una mente brillante condenada al ostracismo de postguerra

LAS CONQUENSES ILUSTRES XIII: Juliana Izquierdo Moya. Una mente brillante condenada al ostracismo de postguerra

Juliana Izquierdo Moya fue una filósofa, discípula de Ortega y Gasset, de Las Pedroñeras. Una mente brillante, hija de una familia humilde de labradores, que logró adquirir una formación intelectual elevada y después, en la postguerra, se vio condenada al ostracismo. La mayor parte de su obra permanece inédita, a la espera de un necesario rescate que nos permita conocerla en toda su amplitud.

Nació en este pueblo conquense en 1888, donde vivió su infancia con sus padres hasta los cinco años, cuando se fue a vivir con una tía suya, soltera, llamada Ignacia Carrión Izquierdo, otra de las mujeres extraordinarias cuya vida convendría recuperar para la historia de las mujeres de Castilla La Mancha. Con ella recorrió los pueblos conquenses de Baraja de Melo y Huete, hasta llegar a Campo de Criptana, en Ciudad Real, donde se jubilaría la tía como maestra rural.

Desde estos pueblos, Juliana realizó sus estudios, examinándose por libre en el Cardenal Cisneros de Madrid, donde obtuvo la calificación más alta con Premio Extraordinario de Bachillerato. Al mismo tiempo, se sacó el título de maestra, como su tía, para costearse los estudios y ayudar a su familia.

Fotografía de Juliana Izquierdo. Fuente: Ediciones Olcades

Continuó estudios superiores de Filosofía, trabajando, lo que llamó la atención de los profesores, que la animaron a pedir una beca y poder hacer el doctorado presencial en Madrid. Con la beca conseguida se alojó en la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu, durante tres cursos consecutivos.

Su director de tesis fue José Ortega y Gasset, quien, de acuerdo con otros profesores, la había propuesto para esta beca. La obtuvo con una ayuda económica de la Diputación de Ciudad Real, pensionada con fondos del legado establecido por el filántropo manchego José Patricio Clemente.

En una época en la que las pocas mujeres que hacían una carrera elegían Farmacia o Derecho, ella elige Filosofía. En las fotos de actos del Colegio de Doctores y Licenciados, se la ve a ella sola rodeada de hombres. En 1916, obtuvo la licenciatura en Filosofía; posteriormente, se licenció en Derecho y en Filología, con nota de sobresaliente. Sabía griego y latín, y hablaba alemán, italiano, francés e inglés. También estudió Numismática y Epigrafía, Arqueología, Sánscrito y Hebreo, además de la carrera superior de piano en el conservatorio de Madrid.

Bonilla San Martín, director de su segunda tesis doctoral, dirigió la traducción del francés que Juliana Izquierdo hizo de la obra del filósofo Malebranche, Conversaciones sobre la Metafísica y la Religión; también tradujo del latín Los Principios de la Filosofía, de Descartes.

Entre sus papeles, hay cartas y dedicatorias de intelectuales destacados: de don José Castillejo, célebre representante del krausismo español con el que comparte foto y titulares en un artículo sobre los castellano-manchegos más célebres; de Ortega y Munilla y de su hijo, el filósofo José Ortega y Gasset y de su hija, Rafaela Ortega; de María de Maeztu, con la que, además de coincidir en la Residencia de señoritas, forma parte de la Federación Española de Mujeres Universitarias; de Adolfo Posada, quien había publicado un libro titulado Feminismo en 1899; de Gregorio Marañón, Sánchez Albornoz, etc. Existen fotos en las que aparece con algunas de estas personalidades, y en otra foto de grupo aparece junto a Federico García Lorca.

En 1928, Juliana fue delegada de la Asamblea de Colegios de Licenciados y Doctores de España, institución que le hará un homenaje en junio del 2016, el único acto en su honor que se ha hecho hasta la fecha, o por lo menos del que tengo noticia.

Juliana en su escritorio. Fuente: Biblioteca de CLM

Fue profesora numeraria del Instituto Cardenal Cisneros, durante treinta dos años. Había obtenido la plaza por oposición en 1933 en este centro, además de la de profesora de Gramática y Caligrafía de la Escuela de Artes y Oficios. En 1930, dio clase en cursos de verano para extranjeros, mientras era profesora de Filosofía en el Instituto-Escuela. También enseñaba griego y sánscrito en la universidad hasta 1936.

Mientras estaba en la Residencia de Señoritas y hacía sus dos doctorados, se presentó a las oposiciones de Enseñanza Media, obteniendo plaza varias veces, una de ellas para Quintanar de la Orden, pero siguió en Madrid renunciando a ellas, hasta que la obtuvo en el Cisneros, donde ya trabajaba de interina. Ese mismo año, tomó parte en el crucero por el Mediterráneo dirigido por García Morente y por Tormo, de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, para lo cual tuvo que vender una casa y una tierra en su pueblo ya que tenía un coste de mil seiscientas pesetas, muy elevado para la época. La memoria de aquel viaje también permanece inédita.

En el homenaje mencionado, su familia añadió datos a su biografía, como el de su asistencia a varios cursos de Psicotécnica y Orientación Profesional en el instituto de este nombre y de la Universidad Central y que, en 1937, formó parte de una campaña para erradicar el analfabetismo.

En el tercer Centenario de Quijote, para resaltar la figura de Cervantes en la capital, escribió artículos en la prensa. Como presidenta honoraria de la Sociedad Procultura Cervantina hizo gestiones para sufragar el monolito de Cervantes, de la plaza de España, y recopiló ejemplares del Quijote en distintos idiomas, dedicados por personalidades de la época, para la biblioteca del Museo Cervantino de El Toboso.

Durante la postguerra escribió en diversas publicaciones periódicas, así como en la Revista de Dialectología, dirigida por García de Diego. En 1956 ganó un premio de poesía en Burgos.

Es interesante, y lamentable, observar el cambio de la temática en sus obras publicadas antes de la guerra y después de ese periodo. Solamente los títulos hablan ya del clima de postguerra que se vivía en España. Lejos de las innovaciones pedagógicas y el ambiente cultural más cosmopolita vivido en el Instituto Escuela, Juliana, después del proceso de depuración al que la sometieron las autoridades del régimen franquista, pudo continuar en el IES Cisneros donde conoció al que sería su marido, el catedrático de dibujo del instituto Cardenal Cisneros, José Ordóñez Valdés.

En Las Pedroñeras, escribió Cantos religiosos: Mayos de la Virgen María, mayos y oraciones típicas de allí, que publicaría en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares de Madrid. Siguió escribiendo obras de creación a lo largo de su vida, no solo ensayo, sino también cuentos y poesía. Algunas inéditas, como Poema en romance del Crucero Universitario, fechada en 1933, y otras publicadas como Florecillas de mi vergel, de 1943.

Libro Florecillas de mi Verjel (1943). Fuente: http://angelcarrascosotos.blogspot.com/2012/04/la-obra-de-juliana-izquierdo-moya.html

Murió en Madrid, el 14 de abril de 1966, dejando alguna obra inédita y muchos papeles y archivos pendientes de clasificar. Entre sus obras hay una colección de Cuentos morales para niños y niñas, publicado en 1908 en Campo de Criptana, pueblo de Ciudad Real, donde estuvo viviendo con su tía, maestra de primera enseñanza. Nueve años después, en 1917, escribió el ensayo filosófico El espacio y el tiempo. Poco después hizo la traducción de la filosofía de Malebranche, publicada con el título de Conversaciones sobre la metafísica y la religión, y en 1925 publicó Los principios de filosofía, de Descartes. Otro ensayo suyo de 1925, que según la profesora Carmen Muñoz Olivares permanece inédito, es Historia de la Asociación de las ideas.

Fallecido su marido, con el que se había casado en 1944, escribió su biografía titulada José Ordóñez Valdés: ochenta años de vida, de obra y de historia (1959), en la que incluye también datos autobiográficos, además de cuentos morales, cantos religiosos y oraciones. La mayoría de las obras de este tiempo de postguerra o bien fueron autoedición de la autora o permanecieron inéditas, excepto los publicados en la revista de Dialectología, dirigida por antiguos compañeros de universidad.

Bibliografía

  • Flecha García, C. (2010). Profesoras en la Universidad. El tránsito de las pioneras en España. Arenal: Revista de historia de las mujeres,17 (2), pp. 255-297.
  • Marín Eced, T. (1990). La renovación pedagógica en España (1907-1936). Los pensionados en pedagogía por la Junta de ampliación de estudios. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas
  • Muñoz Olivares, C (s/f). Juliana Izquierdo Moya. Diccionario Biográfico de la RAH. https://dbe.rah.es/biografias/65047/juliana-izquierdo-moya

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