El arte es algo consustancial al ser humano, el instrumento más bello que tiene el hombre de expresarse y de comunicar algo. Ha sido siempre así : desde las primeras pinturas rupestres de nuestros ancestros hasta las representaciones artísticas contemporáneas más sublimes o provocadoras que podemos encontrar hoy en calles, museos, galerías o ferias…
En Madrid, estas manifestaciones artísticas explosionan, como en ningún otro momento del año, con la llegada de febrero, el mes del ARTE . Madrid se convierte entonces en un inmenso plató donde el mundo del arte se muestra sin pudor a todos los públicos y en todas partes.
Cuadros, dibujos, esculturas, fotografías, videoinstalaciones y un gran etcétera de obras de arte, algunas inclasificables, invaden los espacios de siempre y otros habilitados especialmente para la ocasión: edificios históricos, palacios, centros comerciales y espacios de fundaciones y organismos oficiales, abren sus puertas de par en par al arte contemporáneo.
El gran sol de esta oferta artista es, sin duda, ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que se celebra en IFEMA, pero hay otras estrellas que conforman y amplifican la oferta artística del mes del arte en Madrid , como son, entre otros, el SAM (Salón de Arte Moderno) en la Fundación Carlos Amberes o el JustMad, el hermano pequeño de ARCO, en el Palacete de Neptuno…
Reconozco que me he paseado estos últimos días de febrero por Madrid, con la curiosa intención de comprobar si la relación tan estrecha que siempre ha existido entre la ciudad de Cuenca y el arte contemporáneo se mantiene. Me gustaría que una ciudad empoderada con las obras que cuelgan del Museo de Arte Abstracto Español, La Fundación Antonio Pérez, la Fundación Antonio Saura, el Espacio Gustavo Torner o la colección de Roberto Polo, el último espacio de arte contemporáneo abierto al público, siguiera conservando una presencia importante en el mundo del arte actual y que se cumpliese el dicho de ¨quien tuvo , retuvo¨.
Mi primera parada la hago en ARCO. Una cita en la que han participado 211 galerías de 36 países, más de 450 coleccionistas internacionales, 200 profesionales invitados, y alrededor de 95.000 visitantes.
Y casualidades, o no. Lo cierto es que el primer stand que visito es el de la galería José de la Mano donde descubro, con cierta sorpresa, que muchos de los artistas que cuelgan sus obras del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca están entre los nombres que más han sonado este año en ARCO: Antoni Tapies, Antonio Saura, Luis Feito, Pablo Serrano, José Guerrero, Fernando Zobel, Rafa Macarrón, Manuel Millares, Juan Muñoz o Eduardo Chillida…
Junto a los clásicos del arte contemporáneo, en Arco, como viene siendo habitual, encontramos muchos versos sueltos de dentro y fuera de España y, por supuesto, provocaciones algunas más afortunadas que otras, que buscan hacer corrillos…
La escultura de Picasso muerto, una obra hiperrealista, de Eugenio Merino, realizada en 2017 y recuperada para esta edición de ARCO, es una de las piezas que ha logrado concentrar a un mayor número de curiosos.
Mientras miraba atento la capilla ardiente del artista malagueño me asaltó la curiosidad de saber qué pensaría Pablo Picasso de este laberinto del arte contemporáneo, que es ARCO.
En medio del 50 aniversario de su muerte, la sombra del genio malagueño se alargaba por toda la feria… La artista francesa Orlan ha presentado 12 fotografías, inspiradas en los retratos que Picasso hizo de Dora Maar, tituladas ¨Las mujeres que lloran están enfadadas¨. Pero no solo han visitado la feria las mujeres de Picasso; otras mujeres, modelos y artistas, han protagonizado este edición que, según los críticos especializados, parece haber apostado por la pintura joven y las piezas históricas.
En lo que todo el mundo se ha puesto de acuerdo es en destacar el ambiente de mayor optimismo que se ha respirado y que se traducido en más ventas a coleccionistas e instituciones públicas, con precios además de antes de la pandemia.
Estoy convencido de que no hay dos visitas iguales a ARCO porque, como decía el escritor y pensador Ramón Campoamor, ¨todo depende del color del cristal con que se mira¨ En mi caso, este año he mirado especialmente a las ciudades españolas que estaban representadas en los stands de la Feria. Y claro, la mayor parte de las galerías eran de Madrid y Barcelona, aunque también había algunas de Valencia, Mallorca, Menorca, Santa Cruz de Tenerife, Murcia, Sevilla o Hospitalet de Llobregat.… De Extremadura, solo encontré uno galería de Badajoz, pero no vi ninguna de Aragón, las dos Castillas, ni de Cuenca. Ninguna galería conquense, ni museo o fundación, nada de nada. ARCO retrata, quizá sin buscarlo, el vaciamiento de la España Vaciada, de esa otra España de pequeñas ciudades, despoblada de personas y de galerías.