Eloy Moreno publica su última novela Cuando era divertido, la cual según sus propias palabras no es adecuada para todas las edades ni para todos los lectores. Una obra que seguro vende muchos ejemplares y que me trae a la memoria otro de sus títulos más famosos, que tiene como inspiración para el escenario principal de la historia uno de los rincones más mágicos de nuestra provincia.

Para quien todavía no conozca a Eloy Moreno es un autor castellonense que autopublicó su primera novela El bolígrafo de gel verde en 2010. Sus comienzos no fueron fáciles, sin contar con el apoyo de editoriales ni librerías, era complicado que su libro llegará a la gente. Pero gracias a su persistencia y a creer en sí mismo consiguió cumplir su sueño, consiguiendo que una importante editorial se fijará en él. Desde entonces no ha dejado de escribir, dirigiéndose tanto a adultos como a niños, conectando con todas las edades, y regalándonos títulos como Invisible o Tierra, que se han convertido en éxito de ventas, o Cuentos para entender el mundo, título incluido en muchos centros educativos como lectura recomendada.
La obra que ocurre dentro de nuestra provincia es El Regalo, publicada en 2015 y que rápidamente se convirtió en un éxito de ventas en España. En esta novela el protagonista realiza un viaje que va a cambiar su vida, conociendo personas extraordinarias y planteándose por primera vez, la posibilidad de que los sueños pueden hacerse realidad.
Todo empieza como un día más en el que el protagonista, que podríamos ser cualquiera de nosotros, se dirige al trabajo pero una serie de hechos fortuitos romperán su rutina y le acabarán llevando a un precioso pero extraño lugar conocido como La Isla. Un lugar que parece atraparle y el cual irá conociendo y sorprendiéndose con cada persona y situación que allí encuentre y además, le irán marcando en el trascurso de la novela. No voy a desvelar más detalles del argumento, pero sí invitar a su lectura. La forma de narrar tan característica de Eloy Moreno hace que rápidamente te identifiques con el protagonista e intentes averiguar lo que le está pasando y qué es el lugar en el cual ha terminado.
La obra, personalmente, me hace pensar, recordar, añorar, soñar… en resumen reflexionar sobre nuestra forma de vivir, de las obligaciones que nos creamos diariamente, de las cadenas a las que nos atamos inconscientemente. Con un mensaje optimista final que te hace ver la realidad de otra forma, más sencilla quizás, y sobre todo, el no dejar de perseguir nuestros sueños.
Y, ¿en qué lugar se basa el escritor castellonense? No es más ni menos que la localidad de Alarcón. Aunque no lo menciona directamente en la novela, sí que al final nos hace una referencia de la inspiración de la que se ha servido el autor. Las descripciones que aparecen en la historia, nos van dibujando mentalmente el paisaje del castillo de Alarcón a las personas que conocemos la localidad. Esa imagen, que desde la carretera, conforme nos vamos acercando, asombra e impone, aparentando ser un paraje inalcanzable, trasladándonos a una época medieval y fantaseando por todas las aventuras que allí han debido ocurrir. Eloy Moreno deja claro que conoce bien la localidad, sus calles, sus locales… Realidad y ficción se mezclan en la descripción de La Isla, dejándonos claro que el autor castellonense conoce bien esta población, y no es de extrañar, ya que sus padres son naturales de la localidad vecina, Motilla del Palancar.

Alarcón situado en el peñasco entre la hoz del Júcar tiene antecedentes íberos y romanos, pero será tras la ocupación cuando reciba su actual nombre y también cuando se construya su castillo. Un asentamiento en un lugar estratégico ideal para su defensa que ahora lo convierte en una imagen de postal para todos sus visitantes. El castillo es el principal reclamo, actualmente reconvertido en parador, pero el conjunto turístico los completan sus iglesias, sus torres y sus edificios civiles. Un paseo por sus calles nos permite disfrutar y ver las huellas que la historia ha ido dejando en esta pequeña villa medieval.
Sin olvidar, que el castillo hospedó a una de las grandes figuras de nuestra literatura, el infante Don Juan Manuel, autor del Libro del conde Lucanor, entre otros títulos. Fue señor de la Villa y del Castillo, donde escribió algunas de sus obras a principios del siglo XIV.
En la actualidad, Eloy Moreno, aprovechando el éxito de esta novela, realiza visitas guiadas en el pueblo de Alarcón, las cuales anuncia en sus redes sociales. Una ocasión especial para ver con otros ojos algunas de sus localizaciones donde ocurren las diferentes tramas del libro. De forma libre, también se puede realizar la visita, ya que han facilitado información y señales para seguir la ruta literaria por el pueblo y descubrir así los escenarios del libro. Una oportunidad única y diferente para conocer Alarcón. Y también de recordar, que los sueños se cumplen.