Salmo de amor del agua del Júcar

Salmo de amor del agua del Júcar

El sol había sido terminado.

Aquel día El Gran Ser Que Hacía,

pensó en el agua.

Y asesinó con un puñal de luna

a la roca.

Esta brotó asombrada y débil,

y niña cantó entre abrojos, prados y tomillos.

Fue creciendo hermosa y joven

y enamoró al pino del monte,

y este bajó, hundió sus raíces

y la amó fuerte. Para lo que habían sido creadas

todas las cosas en la tierra.

Fue bajando. Sorteó las altas montañas,

Construyó gargantas, estrechos y hoces,

en las noches eternas se embalsó para amar

a su pino.

Por la noche el pino bajaba desde el monte

para amarse y sentirse más.

Pero un día quiso seguir al sol de atardecida.

Conoció al chopo y al sauce olvidándose del pino,

besó a estos en sus labios verdes;

(el pino lloraba lágrimas de resina)

y sus carnes bajaban muertas buscando

el agua de su amor.

José Luis Lucas Acedón

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