Previno su espíritu libre para alejarse del ruido,
encajarse en eterno manantial de otoñal laberinto
y difuminarse del todo entre las hojas descoloridas.
Sabia supo la vida en qué momento despistarse
y vencerse en esta batalla que para nada le fue ufana.
Vencida ahora que está rendida para la guerra,
solo se yergue en la victoria ocultándose de la luz.
Por más que devenga el destino como cuenta
de un rosario infinito y su estrella quede rea,
abrirse en paz encima de la hoz profunda
será su montaña sagrada, su sagarmatha…
…la “cabeza del cielo” dueña de la hoz profunda…
La brisa atrapando la mirada en su melena
caída a la hoz donde el sueño se hace hocino
entre los bujes y retamas que verdean la esperanza.
Entorna el iris cristalino de sus ojos de mora,
atusa el pensamiento entrecortando su postura.
Más allá de sus cuestas, todo es yermo
quizás el otoño lo salve de la fría caliza.
Delante, su mano entrelazada como brújula
con la luna entre las riscas de su imantada senda,
libre de ataduras para brillar al amor en la belleza…
Brillar oscuro entre las sombras de un hocino raído,
tejiendo letras en el vestido de madreselvas
que prenden del pecho latiendo en silencio y…
…arrebatan de la infame cobardía del autómata,
que mira sin ver la Luna en el cristal de una tienda vacía.
¡Ay, donde se fueron las rimas, la pasión y la hiedra
que enredaba sonetos de amor en la mirada perdida,
en el pecho indefenso y las manos entrelazadas!
Las horas siguen malgastando la vida de la hoz profunda,
refugio etéreo del soñador de riscas que pinta los sueños
como mariposas que vuelan la ciudad encantada,
y llueven en forma de lágrimas el banco del poeta,
susurrando con la brisa el petricor húmedo de su melodía.
…soñando tu silueta entre las sombras…
Solo tiene un instante y desea gastarlo perdido
entre sus hoces profundas, como los surcos de su amada,
la apasionada, inspiradora de noches estrelladas
sentado, callado, bajo su farol y los ecos de su corazón de piedra,
cómoda por el musgo y la hiedra que tibian su frío destino,
…solitario para el romance de la soledad que escribe
renglones cautivos por el aire serrano y la fuente que brota…
Amarte o quererte no es fácil, en esta vida llana…
…pides que rompa mis cuestas de corazón altanero,
y escale tu belleza y tu amor sin hacer ruido…
…anónimo mi pecho hierve para abrazarte, mi Cuenca…
…te sueño, te vivo, te sufro, me fundo contigo.
Eduardo La Parra González
Espacio de encuentro entre miradas donde repensar el futuro de nuestras tierras y territorios.
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