La primero que podría materializarse en la mente de una persona que aún no ha oído hablar de este grupo de teatro recientemente conformado es la de un conjunto compuesto por diez personas. Nada más lejos de la realidad: Colectivo 10 lo integran seis jóvenes afincados en Cuenca (naturales o no de esta ciudad).
Andrea, David, Isaac, Jaime, Marina y Ruth se conocieron en los Laboratorios de Experimentación Teatral de Palanka Teatro. Juntos trabajaron en un proyecto que cristalizó con la reposición, en junio de 2021, de Sembraré recuerdo del autor zamorano Julio Fernández Peláez, texto ganador del V certamen de escritura dramática Cuenca a Escena en 2019.
Tras vivir esta experiencia, comienzan las conversaciones en torno a la creación de un nuevo grupo de teatro, construyéndose así un espacio para el desarrollo individual y colectivo de nuevas inquietudes artísticas con un objetivo final: aportar su propio granito de arena al tejido asociativo desde el ámbito del teatro local conquense.
Sus miembros fundadores y actuales participantes del montaje en el que se encuentran inmersos forman una mezcolanza curiosa pero complementaria, donde la mejor palabra que podría definirles sería “heterogeneidad”.
Ruth Colmena: taranconera de 28 años graduada en Derecho por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y actual doctoranda en dicha universidad. A sus inquietudes y experiencia teatrales se le suma su formación en baile español y en flauta travesera.
Isaac Gómez: madrileño de 28 años afincado en Cuenca desde hace cuatro años. Graduado en Enfermería por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Tras participar en diversos grupos de teatro local en Madrid como No Damos Crédito o Dríades Teatro, decide dar el paso de crear Colectivo 10 junto a sus compañeros.
Jaime Gómez: natural de Madridejos, formado en la Escuela de Arquitectura de Toledo de la UCLM, este joven de 28 años forma parte del grupo Coros y Danzas Santa Magdalena, donde toca el guitarro manchego, uno de los instrumentos más representativos del folklore de nuestra tierra.
Andrea Hernández: graduada en Filología Inglesa por la Universidad de Salamanca, esta conquense de 23 años también ha cursado estudios de postgrado en el Máster de Estudios Ingleses Avanzados en esta misma Universidad y el de Educación Secundaria en la UCLM. Formada en el bachillerato artístico de la Escuela Cruz Novillo, tiene conocimientos en canto y piano (conservatorio profesional) y baile clásico (Royal Academy of Dance). Recientemente ha participado como actriz y ayudante de dirección en el montaje Retablo. Un sueño de Miguel Mula.
Marina Martín: graduada en Bellas Artes por la UCLM, esta joven de 28 años natural de Dosbarrios, cuenta en su haber con varios premios a su obra de ámbito nacional. Ha realizado exposiciones en el Teatro Auditorio José Luis Perales, en el Museo de Cuenca, así como en la tienda de arte Trazos. Tras realizar su Máster de Investigación en la UCLM, decide comenzar el doctorado en esta misma Universidad.
David Moreno: conquense de 24 años, de Bólliga para ser más precisos. Tras realizar el grado en Humanidades por la UCLM decide cursar el Máster de Literatura en la Universidad de Valladolid y el de Educación Secundaria en la UCLM. Actualmente se encuentra colaborando con el grupo de teatro Desahucio en la obra infantil Las tres hermanas.
En estos precisos momentos, estos seis personajes están cocinando lo que será su primer montaje teatral: ¿A quién te llevarías a una isla desierta? de Paco Anaya y Jota Linares, una de las piezas más aclamadas de la escena off madrileña durante el año 2012.
Esta obra teatral navega entre la fina línea que separa la comedia del drama para mostrarnos la última noche en un piso compartido por cuatro amigos más cercanos a la treintena de lo que les gustaría. Crisis generacional, amistad, deseos insatisfechos y decisiones tomadas desde el miedo y la cobardía pasearán por el escenario durante el día más caluroso de los últimos veinte años en Madrid.
¿Y todo esto para qué? Algunos dirán que para perder el tiempo, que para ver cómo el esfuerzo y las ganas se van por un sumidero. Al fin y al cabo, una asociación por definición no tiene ánimo de lucro. Entonces, ¿a cambio de qué? A cambio de nada, dirán otros. Pero no, de ninguna manera. Federico García Lorca afirmó por boca de su Doña Rosita que “el peor sentimiento de todos es el sentimiento de tener la esperanza muerta”. Formar parte de este proyecto despierta en sus integrantes un sinfín de emociones y ninguna de ellas es “esperanza muerta”.
Dar visibilidad al teatro local, apostar por un teatro aficionado de calidad, crear sinergias con otros grupos ya existentes, hacer ver a todo ese elenco encargado de tomar las decisiones en esta ciudad que ya es hora de dar la oportunidad a estas agrupaciones y confirmar que esto no es ninguna quimera, que se puede conseguir. Todo eso es lo que este grupo se propone alcanzar, siempre desde el trabajo en equipo por un objetivo común. Pero también desde un plano más individual, buscan una evolución personal y artística que les permita afrontar nuevos retos interpretativos y, por encima de todo, disfrutar y hacer disfrutar. Y es que, si existe un sinónimo adecuado para “teatro”, esa palabra es “colectivo”.