LA CAJA DE LUZ – Una ópera de Manuel Millán y Gustavo Villalba

LA CAJA DE LUZ – Una ópera de Manuel Millán y Gustavo Villalba

Corría el año 2011 cuando Manuel Millán, compositor conquense, estrenaba en la Semana de Música Religiosa de esta ciudad su pieza para violoncello solo ‘Aunque es de noche’, basada en textos de San Juan de la Cruz. Con esta creatividad tan centrada en la religión decidió pedirle al escritor, y también amigo, Gustavo Villalba la elaboración de un libreto para la que quería que fuera su primera ópera. Algo tenía muy claro: la temática y el trasfondo sería religioso. Manuel ya conocía a Gustavo de recitales de poesía y sabía de su interés en las diferentes creencias y la trascendencia e interés de las cuestiones religiosas. A pesar de todo, no quería que tuviera relación con ninguna religión en particular ni que tuviera una temática litúrgica propiamente dicha. Ahí fue donde el escritor captó a la perfección lo que su amigo buscaba y aceptó el encargo. Comenzaba así a tomar forma ‘La Caja de Luz’.

Esta ópera tiene diversos niveles de interpretación y de entendimiento: para los amantes de la mitología clásica habrá ciertos toques que les recordarán a ella; para aquellos que conozcan el Antiguo Testamento, podrá reconocer ciertas reminiscencias a diferentes historias, así como similitudes con las grandes óperas del repertorio clásico. Todas estas inspiraciones se unen en el tema central de esta Caja de Luz: el hombre, corrompido por el poder transforma su moral y aprovecha ese poder para conseguir su propio beneficio.

Esta ópera tiene como protagonistas a Nepomuceno, el hombre corrompido por el poder y cómo trata de abusar de tres mujeres a quienes tiene cautivas, aunque ellas no son conscientes. Estas tres mujeres no son otras que las representaciones de las tres grandes religiones monoteístas: Yael, cuyo nombre se inspira en la heroína del Antiguo Testamento, como representación de la religión judía; Gloria, tocaya de la homónima novela de Benito Pérez Galdós, como personificación de la religión cristiana y Fátima, como no podía ser de otra manera, hará las mismas de la religión musulmana.

SINOPSIS

Nepomuceno, un alma bondadosa y pura, es un hombre al que se le concede el poder de ser quien puede mostrar la Luz, lo divino, la virtud que se encuentra guardada en una caja. Poco a poco este poder, esta autoridad, corroe el ánimo de Nepomuceno y acaba sucumbiendo a él, diciéndose ser el único elegido para hablar en nombre de la Luz, el único poseedor de la auténtica verdad y de la virtud.

El hombre, cegado por este poder trata de abusar de las tres mujeres, quienes lo rechazan. Es a partir de este momento cuando surge un cambio en la concepción que estas tres mujeres tienen sobre Nepomuceno. ¿Cómo puede habernos hecho esto el que dice ser el elegido? ¿Cómo puede actuar así alguien que dice ser poseedor de la virtud?

Con esta temática tan profunda, que bien podríamos relacionar con las noticias más de actualidad, sus autores recalcan la trascendencia que tiene tras una década esperando su estreno. Más de diez años después, y en el marco del primer ciclo de conciertos ‘Música por la Igualdad’ de la Escuela de Ópera de Cuenca dirigida por Carlos Lozano, esta ópera será estrenada en la capital conquense. El abuso de poder, el empoderamiento femenino y la necesidad de atreverse a conocer se pondrán sobre el escenario de la Fundación Antonio Pérez de Cuenca el día 10 de diciembre, aunque solo podrán asistir unos pocos afortunados: las entradas volaron y se agotaron en menos de 2 días. 

 

Gustavo, escritor conquense, nos habla de cómo tenía muy claro lo que quería representar con esta ópera y por qué las tres mujeres debían ser las heroínas de esta historia. Nos habla de las mujeres como representantes liberadoras de las religiones, de los pueblos, esa mentalidad de superación, de rebeldía ante las dificultades. Nos habla Gustavo Villalba de cómo le resulta curioso que siempre, hablando de religiones especialmente, la figura máxima haya recaído en una figura masculina, en un hombre. Es por ello que quería presentar esta alternativa al poder que ha estado establecido durante cientos y miles de años y ponerles voz de mujer.

Gustavo, además de ser quien pone palabras a la música, es el encargado de la realización de la escena. La producción cuenta con una puesta en escena sobria y minimalista, aunque posee una serie de guiños a los propios autores de la pieza, como desvela Gustavo. Para esta ópera emplearán proyecciones y juegos de luces y sombras y cuyo estilo cuenta con cierta inspiración en Tim Burton. Sencillez y buen gusto para mostrar y demostrar que no hacen falta superproducciones para hacer algo grande.

Centrándonos en la música, Manuel no es un compositor de bocetos. Él comienza directamente con la orquesta completa, y es aquí donde nos cuenta las dudas que se le plantearon a lo largo del proceso compositivo. Nos explica como en un principio pensó en una gran orquesta sinfónica, pero que poco a poco fue cambiando la visión de esta ópera hasta convertirla en algo más íntimo y camerístico, más cercano a las óperas de su admirado Britten que a las grandes producciones wagnerianas o mozartianas. Inspiraciones del maestro inglés, aunque también del primer operista Monteverdi e incluso de la crudeza del genio Alban Berg para elaborar una música muy expresiva e intensa, jugando continuamente con la tonalidad y la atonalidad para poder crear esos momentos de tensión y belleza.

El hecho de que sea un elenco tan pequeño, aunque de gran nivel solista, ayuda a que sea más sencillo de realizar y poder llevarla a cabo. Precisamente nos comenta que ha elegido estos instrumentos por el poder expresivo que tienen. Un cuarteto de cuerda como base de la música; la elección del clarinete y el clarinete bajo como los instrumentos más versátiles para expresar emociones y con un registro amplio y completo; el piano y su capacidad para expresar dulzura y dureza, así como el set de multipercusión para los momentos de mayor intensidad.

Esta pequeña orquesta de cámara, junto con el elenco de solistas vocales, serán los encargados de darle vida a la pieza.

 

LA CAJA DE LUZ

Música – Manuel Millán de las Heras

Libreto – Gustavo Villalba

 

Yael – Carla Ortega (soprano)

Gloria – Alicia Sánchez (soprano)

Fátima – Amparo Zafra (mezzosoprano)

Acólito – Eduardo Ladrón de Guevara (tenor)

Nepomuceno – Carlos Lozano (barítono)

 

Dirección Musical – Ignacio Yepes

Violín I – Ruth Olmedilla

Violín II – Alfonso Moreira

Viola – Patricia Alcocer

Violoncello – Miriam Olmedilla

Clarinete – Jorge Contreras

Percusión – Ramón Torijano

Piano – Alba Herráiz

Dirección de escena – Gustavo Villalba

Iluminación – Kira Argounova

Esta puesta en escena tiene una dificultad añadida y es que nunca antes se han realizado óperas en la Fundación Antonio Pérez. A pesar de ser un espacio ‘mágico’, como dicen los creadores, es innegable que no es el espacio en el que pensaron cuando comenzaron en esta andadura. Sin embargo, están convencidos de que esta Caja de Luz puede llevarse a muchos espacios diferentes y a muchos auditorios, aunque reconocen que les haría una ilusión especial poder representarlo en la ciudad que los ha visto crecer como artistas.

Destacan los autores que se trata de una ópera extrema en la que no hay medias tintas nunca: todos los sentimientos están llevados al extremo. Crueldad, engaños, belleza, bondad. Una ópera intensa, ‘dramática y reflexiva’ como dicen sus creadores, en la que hasta la manera en que se hace justicia se pone en duda. Una historia en la que se canta al entendimiento y a la fraternidad entre hombres y mujeres, entre las diferentes religiones, entre todos los pueblos y razas. Una ópera atemporal, aunque más actual que nunca.

Esta ópera tiene afán universalista, evitando de esta manera los localismos que tanto abundan en nuestra tierra en lo que se refiere a argumento, y su objetivo ha sido una ópera que se pueda representar en Cuenca, Jerusalén, Lima o Nueva York.

Es muy poco habitual el estreno de piezas nuevas, de música ‘contemporánea’, los más melómanos saben bien de lo que hablo. El hecho de que en la pequeña ciudad de Cuenca se estrene una ópera de nueva creación, ideada por dos conquenses, con totalidad del elenco y gestación de gente de Cuenca, es un hecho histórico. El público ha demostrado el enorme interés que suscita esta creación, aunque no ha sido así por parte de nuestros representantes políticos. Nada por parte del ayuntamiento ni de la junta, ni siquiera un espacio en el que poder realizarlo. Una ciudad por la cultura en la que no se apuesta por la cultura. Es por ello que Manuel y Gustavo, agradecen a todos aquellos que han apostado desde el principio por esta ópera, especialmente al Instituto de la Mujer y el Consorcio Ciudad de Cuenca, quienes sí han aportado su granito de arena para hacerlo posible, y hacen un llamamiento para poder llevarla a cabo en un espacio más adecuado y en el que haya un aforo más amplio. No quieren que todo el esfuerzo que han realizado todos se quede en una sola representación. Nos dicen además que, al tener tantas perspectivas y tantas posibles visiones distintas, una representación se quedaría corta, no tendríamos tiempo de poder asimilar todo lo que nos quieren enseñar y todo lo que podemos aprender de ella. ‘Hay que atreverse a conocer, a saber. Dejaos sorprender’ decía Gustavo.

Ojalá esta Caja de Luz se convierta en almenara y marque el camino a seguir.

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