El pasado mes de julio, la Asociación Musical Moteña, al mando de José Enrique Martínez Esteve, se alzaba con el primer premio de la Sección Primera en el 134 Certamen Internacional de Bandas de Música ‘Ciutat de Valencia’ que congregó a cientos de músicos en el Palau de les Arts de la capital del Turia.
Este éxito, que les encumbra y le proyecta a nivel internacional, supone un orgullo para todos y no podíamos perder la oportunidad de hablar con ellos y que nos contaran algo más de cómo ha sido este camino. Hablamos para ello con su director, José Enrique Martínez Esteve, en una charla que incluía reivindicación, esfuerzo y sobre todo ello mucho amor hacia la música.
José Enrique llega a Mota del Cuervo en 2006, cuando aún era un director novel, aunque ya desde muy jovencito empezó a dirigir la banda de su pueblo. Su primera sensación al ‘coger’ la banda de Mota del Cuervo fue la pasión que iba a necesitar para hacerse cargo del proyecto que se le vino a la cabeza.
Este director ha seguido formándose en estudios superiores, cursos de perfeccionamiento, másteres y, además, enseñando como profesor en el Máster de dirección de Banda que se lleva a cabo en el mismo pueblo, pues, como él mismo dice, enseñar es la mejor manera de seguir creciendo, pues siempre se aprende de los demás.
Esta continua formación ha conseguido que en los 35 años de existencia de esta banda hayan logrado el primer premio del certamen más prestigioso a nivel mundial. Es especialmente destacable este hecho pues este logro suele llevárselo siempre las bandas más veteranas, aquellas que cuentan con más de un siglo de historia.
La Asociación Musical Moteña de Mota del Cuervo
La banda está formada por músicos de todo tipo, destacando especialmente el papel que tienen los integrantes más jóvenes, muchos de ellos estudiantes del conservatorio y la escuela de música de Mota del Cuervo. Destaca mucho el ‘producto local’ como dice él mismo, y nos cuenta orgulloso que al menos una treintena de integrantes son profesionales que ya han terminado sus estudios y están trabajando y muchos que se encuentran en los últimos cursos de sus estudios superiores, o bien realizando sus másteres en el extranjero o en algunos de los centros más prestigiosos a nivel europeo. Éstos dan ese punto de calidad que destaca especialmente, pero es el otro gran número de integrantes, unos 80/90 integrantes que son la gente del pueblo, la que con el esfuerzo y su presencia diaria en los ensayos consigue que la banda suene. Esta gente no tendrá quizá los papeles solistas, pero tiene la base de la música, esas armonías que son el pilar sobre el que la banda se sostiene y sin la que todo se desmoronaría.
Esta mezcla de generaciones, de profesionales con amateurs, pero sobre todo amantes de la música, crea un ecosistema muy interesante en el que, aunque acabes de llegar, aunque se empiece de cero, aprendes rápido de los demás. Se crea un ambiente en el cual todos se conocen, todos se enseñan y todos tiene un sentimiento de pertenencia muy especial.
José Enrique, que se ha criado en el ambiente bandístico de Valencia, ha visto en los últimos años un surgimiento de las bandas de música en la zona de la Mancha. Cree precisamente que el hecho de que las bandas manchegas tengan ese enorme potencial a un carácter que se forja a base de procesiones, desfiles de fiestas de pueblos y mucho sacrificio. Aunque las bandas manchegas no tienen tan arraigado ese espíritu de competición, está convencido de que el Certamen de Bandas de Mota del Cuervo ha contribuido positivamente a que se afiancen estas bandas y que poco a poco sean las bandas de la meseta las que conquisten los oídos de nuestros vecinos levantinos. Nos habla de la banda de Madrigueras, la banda ‘Aurelio Mascaraque’ de La Guardia. la banda de San Clemente… y otros muchos nombres castellanomanchegos que se están escuchando en los mejores concursos y certámenes a nivel mundial.
Y es que, a pesar de lo que mucha gente piensa, una banda aporta algo más que entretenimiento a los pueblos. Una banda aporta a un pueblo cariño y respeto entre los integrantes de la banda y sus convecinos, amistad y sentimiento de pertenencia, ganas de estar en tu pueblo y luchar por la cultura y las raíces que en él están. Nos hablaba de la gente que está en el extranjero y que siempre vuelve, pero el hecho de que exista una banda crea una red de puestos de trabajo que están asociados a ella y que consiguen que estos nombres ya no desaparezcan del mapa. Además, él mismo defiende la existencia de las bandas de pueblo. Muchas veces son las bandas de los pueblos de al lado las que visitan otros lugares, hacen conciertos y procesiones, defendiendo siempre el buen hacer y ese altruismo que caracteriza a las bandas de pueblo. Quizás sea eso por lo que defiende estas agrupaciones y no entiende ese desprecio con el que muchas veces se habla de las bandas de música y el poco cariño con el que se suele hablar de ellas. Tanta o más calidad que una orquesta y es algo totalmente nuestro, algo que caracteriza al pueblo español. Una buena banda puede interpretar desde un pasodoble en unas fiestas como una pieza clásica, y sin embargo existe aún ese escepticismo al hablar del mundo de las bandas, aunque, afortunadamente poco a poco ese estigma va desapareciendo. Sin embargo, aún queda mucho por recorrer como él mismo nos confiesa. Mientras que en otro tipo de entretenimiento se suelen invertir miles de euros a las bandas de música muchas veces les llegan migajas que apenas pueden costear los costes de transporte, lo que muchas veces supone el final de la música para estas agrupaciones.
Certamen de Valencia
Cuando le preguntamos por el certamen de Valencia nos habla primero de 2016, cuando se presentaron y estuvieron a un paso de lograr el primero premio. “Nos quedamos cuartos, ¡y solo estábamos a 9 puntos del ganador!”. Ese cuarto premio y esas milésimas que les faltaron para conseguir esa victoria supo muy agridulce entre los moteños. Por ello, cuando se decidieron a volver lo hicieron con más ganas que nunca, creando incluso el hashtag ‘#volver2020’ que les motivaba cada día. Sin embargo, ese momento no pudo llegar y se vio poco a poco pospuesto hasta la llegada de este año 2022.
Este camino hacia Valencia tenía que haber llegado en 2020 pero que, tras los acontecimientos que de sobra todos conocemos y que hemos sufrido, tuvo que posponerse. Durante este camino, que ha sido especialmente duro para el mundo de las artes, las bandas de música se han visto especialmente afectadas. Ha sido solo gracias al esfuerzo de todos que se ha podido seguir hacia adelante, y eso es algo que el director agradece cada día a los integrantes de la banda.
El Quervo
Este año era muy especial y el repertorio no podía ser menos. Como pieza libre, aquella en la que cada banda decide mostrar sus mejores cualidades, la Asociación Musical Moteña decidió llevar al calor valenciano el folklore manchego con ‘El Quervo’: Variaciones sinfónicas sobre un tema popular’ del prestigioso compositor Martínez Gallego.
Esta pieza, comisionada por el Ayuntamiento de Mota del Cuervo, está basada en las ‘Seguidillas Torrás’ de esta población. Con ese estilo tan propio de Martínez Gallego y la imaginación tan característica, hace y deshace lo que quiere con el tema popular para que se trasforme en algo casi imposible de distinguir en algunos momentos. Para ello, modificó, transformó el tema, lo ‘descuartizó’ hasta hacerlo prácticamente irreconocible en tu totalidad ya que solo aparece completo una vez en la totalidad de la pieza y que, a pesar de ello, no sigue la misma escala/entonación que el original, lo que lo hace aún más difícil de detectar. Esta transformación del tema consigue que el tema no sea tan fácil de encontrar. A pesar de ello, tras muchas horas de ensayo los músicos lo sentían y era mucho más sencillo de interpretar y, como dice el propio director, lo tocaban más con el corazón.
Para la creación de esta pieza, el compositor siguió una serie de pautas que se le dieron, así como una serie de tomas sobre los que poder crear la pieza. De todos estos temas finalmente seleccionó uno solo, las ‘Seguidillas torrás’ sobre las que dejó volar su imaginación que finalmente se transformó en este ‘cuervo’ que voló hasta lo más alto de la capital valenciana.
Muchos nuevos retos y ganas reforzadas para seguir haciendo música y deleitarnos a todos, ya sea con un pasodoble o con la más grande de las sinfonías. Solo podemos felicitar a todos nuestros paisanos y estar muy atentos a sus pasos, pues pisan muy fuerte.