Imagen de cabecera: Río Cabriel en las proximidades de Salvacañete cerca de La Casilla. Fuente: Javier García Alegría.
En el artículo original (The Loyalist) Hemingway escribe:
“Cuanto más nos acercábamos al frente más alegre y optimista era la gente. En el mismo frente el optimismo llega a tal punto que este corresponsal, en contra de su propio buen juicio, fue inducido a nadar en un pequeño río, en tierra de nadie, en el frente de Cuenca antes de ayer.
El río era un torrente rápido, muy frío y estaba completamente dominado por las posiciones fascistas, lo que me hizo sentir escalofríos. Me puse tan frío que la idea de nadar en el río en esas circunstancias hizo que cuando entré en el agua fuera bastante agradable. Pero lo fue aún más cuando salí y me puse detrás de un árbol.
En ese momento, un oficial gubernamental que era miembro del grupo de bañistas optimistas, disparó contra una culebra de agua con su pistola acertando al tercer disparo. Esto dio lugar a una reprimenda de otro, un miembro oficial del grupo menos optimista, que preguntó si quería que las ametralladoras se volvieran hacia ellos. Aquel día no le disparamos a más culebras, pero en la corriente vimos tres truchas de unas cuatro libras, pesadas, macizas, que se giraron para coger los saltamontes que les arrojé haciendo remolinos como si hubiera dejado caer una piedra en el arroyo. A lo largo del río, donde ningún camino llegaba antes de la guerra, se podían ver las truchas, las pequeñas en los bajíos, y las más grandes en las pozas y en las sombras de la orilla. Es un río por el que vale la pena luchar, aunque es un poco frío para bañarse.”
Sin duda en ese lugar, Hemingway recordó las jornadas de pesca a edad temprana acompañando a su padre en los ríos y lagos de Minnesota, y evocó a Nick Adams, único protagonista del cuento “El río de dos corazones” de 1925, incluido en el libro En nuestro tiempo. Esta obra influyó notablemente en la literatura mundial por vanguardista y por sentar las bases de su estilo con una prosa sencilla, por el uso de la elipsis y por aplicar la denominada teoría de la omisión. En ese cuento escribe:
“Nick miró el agua por los guijarros coloreados del fondo y se puso a observar las truchas que se mantenían firmes en la corriente agitando las aletas. Mientras las observaba, cambiaban de posición con rápidos movimientos circulares angulares y volvían a mantenerse quietas”….
“Nick sintió algo en el corazón al ver el movimiento de la trucha. Sintió que volvía la vieja sensación de bienestar”……
“Nick se inclinó sobre la corriente y sacó un saltamontes de la botella. La puso en el anzuelo y escupió sobre ellas para tener buena suerte. Luego soltó varios metros de la línea del carrete y arrojó la carnada en el agua oscura y rápida”
La similitud emocional entre ambas escenas, en lugares tan alejados como Seney (Minnesota) y un río de Cuenca y tan distantes en el tiempo es indudable.
Hay tres enigmas interesantes acerca de este episodio que compartieron Hemingway, Gellhorn y Matthews, que trataremos de abordar con la información disponible:
- ¿Cuál fue la granja o rento de Salvacañete donde pernoctaron?
- ¿En qué río de agua gélida, y en qué lugar, Hemingway se dio un chapuzón que le causo una impresión perenne?
- ¿Que ruta siguieron con las caballerías desde Salvacañete hasta Cuenca?
Durante la guerra el pueblo de Salvacañete, debido a su posición estratégica entre Castilla, Aragón y Valencia, tuvo gran relevancia militar contando con varias instalaciones castrenses que dependían del XIX Ejército republicano con centro de Mando en Torrebaja (Valencia). Había un destacamento asentado en las proximidades de la ermita de Valdeoña, en la carretera que enlaza Salvacañete con Albarracín, cerca del puente del Ventorro que cruza el río Cabriel. Su cometido era vigilar el polvorín instalado en esa ermita y alojar a los sanitarios que trabajaban en el hospital ubicado en el Ventorro. Esa guarnición fue transferida al caserío de la Boquilla en 1938, cuando la inteligencia militar republicana detectó que el polvorín de la ermita era un objetivo de la aviación enemiga y lo trasladó allí antes de su bombardeo. Pero el ataque de la aviación italiana, como estaba previsto, se ejecutó en el verano de 1938 y la capilla fue destruida. Después de la contienda hubo que reconstruirla a concejadas, según los testimonios de vecinos que trabajaron en ella.
El camino de regreso más plausible desde Alfambra, cerca de Teruel, hasta Salvacañete fue por Villel, Libros y Torrebaja (Braasch-Watson). En la zona limítrofe entre Teruel y Cuenca el frente republicano llegaba desde El Cañigral, con posiciones militares desde Masegoso, El Toril, Arroyo Frío, Salvacañete, hasta Carboneras de Guadazaón, Reillo y Fuentes, la Serranía Baja de Cuenca y la zona de Utiel-Requena. A lo largo de la carretera que une Cañigral con Salvacañete, se construyeron trincheras y fortificaciones que aún hoy permanecen, y tuvo mucha importancia porque por ella se desplazaban tropas republicanas al cercano frente distante 14 km.
Los heridos eran atendidos en el botiquín instalado en la casa de peones camineros del rento de la Fuente de la Sabina (Salvacañete), a 3 km escasos del frente de Cañigral o, si estaban más graves, en el hospital de sangre de la Casa del Ventorro. Otro acantonamiento militar de intendencia estaba localizado en la aldea de Hoya del Peral y El Losar. Sus oficiales, igual que otros del frente, bajaban a descansar en distintas casas particulares del barrio de la Fuente. Por la cercanía del enemigo el pueblo fue protegido con una fortificación y un centro de resistencia, diseñados por un ingeniero soviético, reconocidos como modelos de ingeniería militar.
Sabemos con certeza que el grupo de reporteros pernoctó en Salvacañete el 23 de septiembre. Respecto a la granja que describe Hemingway donde “durmieron en el camión y los despertó el rebuzno de los asnos”, estudiando los lugares del pueblo cercanos al frente con acantonamiento militar aledaño, nos inclinamos porque sea la antigua casa del Rento de la Casilla, en la carretera de Albarracín, a 3 km del pueblo, junto al río Cabriel y a 1 km de la actual carretera Cuenca-Teruel N-420.
Las condiciones que tenía que cumplir la zona del río descrita son la de localizarse en la provincia de Cuenca en “una tierra de nadie”, ser un torrente cristalino con magníficas truchas y, por último, cercana a las líneas enemigas que tenían posiciones de tiro ventajosas, pues los bañistas estaban expuestos al fuego de ametralladoras y de cañones. La ubicación cercana a Cuenca capital, en la desembocadura del Huécar en el Júcar, no cumple estas características, pues estaba alejada del frente al menos 100 km, y el afluente no tiene una corriente abundante en esa época del año ni tiene truchas de gran tamaño.
Hay muy pocas posibilidades de una localización con estas características, todas cerca de Salvacañete. Nos inclinamos porque el lugar del baño estuvo debajo de La Casilla o sus proximidades, donde el Cabriel todavía va encajado y la carretera corre paralela, y por las características descritas coinciden plenamente con el tramo situado debajo de lo que fue Central de Hidroeléctrica de Valdeoña, hoy convertida en una casa particular. En dicho lugar, encima de las Fuentes del Batán, nace muchísima agua, hay unas truchas hermosas, y la corriente es muy fría porque en una orilla nacen las Fuentes de Serna y en la opuesta un manantial. El acceso desde la Casilla hasta este lugar es fácil y muy cercano, y desde allí parte un camino de herradura que lleva a la antigua casa de la Cañá y a Salinas del Manzano. Allí se pudo ver con algún oficial de la guarnición que había en esta casa, en la ermita de Valdeoña o con algún otro de los muchos que llegaban a Salvacañete a descansar del frente por la carretera que pasa junto a este rento y el Cabriel.
El regreso hasta Cuenca, acompañados por tropas de caballería, se hizo por caminos y sendas de difícil tránsito. Sin duda, la explicación más plausible es que los conductores del camión Dodge que les facilitaron regresaron a Valencia por Landete y Utiel, mientras que el grupo de periodistas lo hizo en monturas. Por entonces el camino carretero desde Salvacañete hasta Cuenca iba por Salinas del Manzano, Campillos-Sierra, Valdemoro, y La Cierva hasta las proximidades de Palomera y desde allí a la capital por la Hoz del Huécar, un recorrido aproximado de 65 km. Respecto a las posiciones ubicadas en el Monte San Lázaro de la capital, se trata de las faldas del Cerro de la Majestad, donde está el Barrio de San Antón. Al día siguiente de su llegada a Cuenca volvieron a Madrid e hicieron noche en el Hotel Florida.
Ha habido una gran controversia acerca del papel de Hemingway en la guerra española, siendo descrito por unos como un aventurero, “un turista”, alguien poco comprometido y distanciado de las víctimas de esa lucha cruel; y por otros, en el extremo opuesto, como “un comunista” seducido y manipulado por los comisarios políticos soviéticos. Algunos han propuesto que se trataba de un espía del gobierno norteamericano de Roosevelt, al que conocía personalmente, encargado de informar de las actividades comunistas. Nos gusta más recordarlo como lo describe Salvador de Madariaga:
“Él era una cosa rara, un ser humano; con los ojos abiertos, generoso, de corazón abierto, un hombre dispuesto a aprender, comprender, apreciar, ver más allá de la superficie.”
“Estaba en España, dentro de España, viviendo su vida. Y sus dos grandes obras, Por quien doblan las campanas y Fiesta, surgieron del implante de las raíces de ese poderoso árbol americano en el suelo ibérico.”
En la postguerra hay constancia de que Hemingway estuvo al menos otras dos veces en Cuenca. En 1953, con su amigo el matador Antonio Ordóñez para conocer a su cuñado -Luis Miguel Dominguín- en la Finca Villa Paz de Saelices, por entonces de su propiedad. Ese día el novelista inevitablemente recordaría su visita, el 2 de octubre de 1937, al Hospital de Campaña del Batallón Abraham Lincoln (XV Brigada Internacional) creado unos meses antes en ese mismo lugar. Esa jornada la enfermera Salaria Kea, una brigadista negra originaria de Georgia con estudios en el hospital de Harlem -que desarrolló una actividad solidaria admirable-, se casaba con el voluntario irlandés John O’Reilly, conductor de ambulancias. Hemingway y Martha Gellhorn no pudieron quedarse a la celebración, según relata otro testigo y amigo, el poeta y novelista Langston Hughes, en su libro Escritos sobre España.
La otra fue en 1959, durante el llamado “Verano Peligroso”, pues la temporada taurina se había planteado como un desafío entre Ordóñez y Dominguín -los matadores de mayor prestigio de la época- con varias corridas “mano a mano”, que generaron una gran pasión entre los aficionados taurinos. La competencia extrema y el riesgo que asumieron ambos diestros con los toros provocó que Antonio sufriera cogidas en Aranjuez, Palma de Mallorca y Dax, mientras que Luis Miguel recibió graves cornadas en Málaga y en Bilbao, esta última el día 21 de agosto, que le impidió seguir la temporada. El escritor, que ya había recibido el Premio Pulitzer (1953) y el Nobel de Literatura (1954), acompañó unos días después, el 5 de septiembre, a su inseparable amigo Ordóñez a la corrida de Cuenca en las fiestas de la ciudad, aunque hay pocos vestigios de esta visita. Ambos toreros jamás volverían a torear juntos, aunque su rivalidad y el despliegue de arrojo y valentía de esa temporada quedaron inmortalizados en los artículos periodísticos que publicó en Life (“The dangerous summer”), que mas tarde formaron parte de un extenso libro.
Ernest tenía una personalidad desbordante y aventurera, era un apasionado cazador y pescador desde niño, estaba fascinado por la vida y por la muerte y, aunque conocía numerosos lugares en varios continentes, quedó maravillado por la corriente transparente de un río perdido al norte de la provincia de Cuenca, un río “por el que merecía la pena luchar”, con seguridad el Cabriel cercano a Salvacañete. A buen seguro al amigo “Ernesto”, un apasionado de España -“el país que más amaba después del suyo” según sus propias palabras-, el recuerdo de ese día, de ese lugar, le acompañaría toda la vida, algo que merece ser rescatado del olvido y conocido por todos los que amamos esta tierra.
Para saber más
- Allen, Josephs. Hemingway’s Spanish Sensibility. En: The Cambridge Companion to Hemingway. Cambridge University Press, 1996.
- Braasch Watson, William. Investigating Hemingway. The Story. North Dakota Quarterly. 1991, volume 59, Number 1 Winter.
- Caballer Dondarza, Mercedes. De Kate Field a Martha Gellhorn. Buscando un espacio propio. Revista de Filología, 38; enero 2019, pp. 15-29.
- Colección de documentos del Archivo General Militar de Avila sobre fortificaciones en la línea del frente.
- Gellhorn, Martha. Men Without Medals: Americans at the Spanish Front Collier’s Weekly, January 15, 1938, pp. 9-10.
- Graden, Dale T. “The Earth Endureth Forever”: Hemingway in Spain. The Volunteer. June 10, 2016. https://albavolunteer.org/2016/06/the-earth-endureth-forever-ernest-hemingway-and-the-spanish-civil-war/
- Hemingway, Ernest. Americans in Spain Veteran Soldiers. New York Times September 14, 1937.
- Hemingway, Ernest. Despachos de la Guerra Civil Española 1937-1938. Editorial Planeta, 1989.
- Hemingway, Ernest. El río de dos corazones. En nuestro tiempo. Editorial Lumen. Penguin Random House, 2016.
- Hemingway, Ernest. Hemingway Reports Spain, 1938. https://newrepublic.com/article/95915/hemingway-reports-spain
- Hemingway, Ernest. The Loyalist. The New Republic, January, 1938.
- Hochschild, Adam. España en el corazón. La historia de los brigadistas americanos en la Guerra Civil Española. Malpaso Ediciones, 2018.
- Hughes, Langston. Escritos sobre España: 1937-1956. Madrid: Oficina de Arte y Ediciones, 2011.
- Itinerario descriptivo militar de España: Castilla la Nueva y Burgos, Volumen 2, 1866” Página 67 itinerario 58 Cuenca a Teruel por Salvacañete y Veguillas de Sierra.
- Knight, Sam. A Memorial for the Remarkable Martha Gellhorn. The New Yorker 2019, September 18.
- López Marín, Mariano. Salvacañete: Su historia y sus gentes. Excmo. Ayuntamiento de Salvacañete, 2004.
- Madariaga, Salvador de. The World Weighs a Writer’s Influence: Spain. Saturday Review 44 (July 29, 1961).
- McGrath, Charles. Hemingway, Your Letter Has Arrived. New York Times, 10, 2008.
- Moorehead, Caroline. Martha Gellhorn: una vida. Barcelona. Ed. Circe , 2004.
- Muller, GH. Hemingway and the Spanish Civil War: The Distant Sound of Battle. Palgrave Mc Millan, New York, 2019.
- Preston, Paul. Idealistas bajo las balas. Corresponsales extranjeros en la guerra de España. Editorial Debate, 2007.
- Sanders, David. Ernest Hemingway’s Spanish Civil War Experience. American Quarterly. 1960; Vol. 12, No. 2, (Summer), pag 133-143.
- Sánchez Garzón, Alfredo. Mapas y planos del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil. https://www.desdeelrincondeademuz.com/2015/10/mapas-y-planos-del-xix-cuerpo-de.html.
- Tuccille, Jerome. Hemingway and Gellhorn: The Untold Story of Two Writers, Espionage, War, and the Great Depression. Winkler Media Publ, Baltimore, 2011.
- Vaill, Amanda. Hotel Florida: Verdad, amor y muerte en la Guerra Civil. Turner Publicaciones, 2014.
- Vicente Ávila, José. Hemingway estuvo en Cuenca en “El verano peligroso” de 1959. Las Noticias de Cuenca, 28/8/2019. https://www.lasnoticiasdecuenca.es/cuenca/hemingway-estuvo-cuenca-verano-peligroso-1959-43424
- XIX Cuerpo del Ejército. Comandancia de Ingenieros. Memoria descriptiva de la fortificación. Fortificación de Salvacañete de la posición 1 a la 13 (88 a 100 en otro documento) AGMAV C, DOC._00828_0016_0000_0003.
Espacio de encuentro entre miradas donde repensar el futuro de nuestras tierras y territorios.
Un ecosistema innovador de encuentro y pensamiento para un tiempo que requiere propuestas y colaboración.