A cada paso el camino se te hace más lento, más pesado;
ten rumbo firme aunque estés cansado.
No desfallezcas y alza la mirada
hacia las luces en la nada…
Mantén tus pies siempre en la tierra,
por mucho que te duelan.
Levanta tu pesada mirada
y contémplalas libres cómo dormidas revolotean…
¿Tienes envidia? Deja a tu mente que vaya a su vera
y así quizás vueles entre ellas.
Tus pies seguirán andando,
sorteando nuevos obstáculos,
pero sabiendo que la luz de las estrellas
iluminará todas tus sendas.