“Colgados de un sueño” (Antonio Pérez, 2012) es un documental que narra las circunstancias que llevaron a Fernando Zóbel a crear el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca en 1966 y analiza el impacto que esto tuvo en nuestra ciudad.
Perteneciente a una familia española afincada en Filipinas, Zóbel nace en Manila y pasa su infancia entre Filipinas, España y Suiza, para años después acabar licenciándose en Filosofía y Letras en la Universidad de Harvard. Durante su estancia en Boston, el joven presenta cada vez más interés por la pintura y va desarrollando su faceta como artista de forma autodidacta, hasta que llega un momento en el que ésta deja de estar en un segundo plano en su vida para pasar a convertirse en su principal aspiración.
En 1955, Zóbel viaja a España y queda fascinado por el talento de una generación de artistas españoles de arte abstracto entre los que se encontraban Luis Feito, Eusebio Sempere, Manuel Millares o Antonio Saura entre otros, nombres que por aquel entonces no eran nada conocidos en nuestro país. Pero él, convencido del valor de las obras de estos artistas, comienza a coleccionarlas hasta acabar reuniendo un gran número de ellas y es entonces cuando empieza a fantasear con la idea de crear un museo en el que poder exhibirlas y darlas a conocer.
Mientras que en la España de la posguerra el arte abstracto se ignoraba por completo, los pintores españoles iban ganando popularidad en todo el mundo gracias a exposiciones en los museos Guggenheim y MoMA de Nueva York, y fue solo cuando hubieron alcanzado reconocimiento a nivel internacional cuando empezaron a apoyarlos en España.
Para este momento, el joven pintor estaba decidido a exponer su colección particular y andaba en busca de un espacio en el que hacerlo. Y así es como acabó comprando las Casas Colgadas de Cuenca, que recientemente habían pasado a ser propiedad del ayuntamiento ante su imperiosa necesidad de ser restauradas.
Junto a Gustavo Torner y Gerardo Rueda, Zóbel inauguró el que sería el primer museo de arte abstracto de España y con ello, rescataron el casco antiguo y situaron nuestra ciudad en la modernidad. El museo fue un éxito, y Cuenca se convirtió en un referente artístico y de vanguardia y en una parada obligatoria para todos los americanos que visitaban Europa.
El documental, además de contarnos esta fascinante historia, nos invita a reflexionar sobre la enorme importancia que tienen el arte y la cultura en nuestra sociedad, situándolos como elementos imprescindibles. Recordemos que Zóbel empezó su colección durante la dictadura, un momento histórico en el que en España no había ningún interés por el arte abstracto y en el que estas obras carecían de valor, lo cual no frenó su capacidad para detectar el gran talento de estos artistas antes que nadie.
La apertura del museo atrajo a muchísimos pintores que empezaron a comprarse casas en la parte alta de la ciudad, con lo que gracias a ellos fue posible darle una segunda vida a un casco antiguo que estaba en vías de abandono. Nuestra ciudad les servía de fuente de inspiración gracias a sus insólitos parajes, formas y colores; tanto Cuenca como el arte abstracto estaban en pleno apogeo.
El objetivo del arte en todas sus expresiones es enseñarnos que la belleza reside en lo más sencillo y cotidiano, y que las cosas bellas nos producen sensaciones placenteras. El arte abstracto no hay que entenderlo, hay que disfrutarlo, y posiblemente por culpa de nuestra necesidad de encontrar respuesta a todas las preguntas, tendemos a menospreciarlo.
En la sociedad actual, estamos perdiendo la capacidad de asombro; infravaloramos lo que nos rodea con demasiada frecuencia y pecamos de darlo por sentado. Los artistas nos enseñan el mundo a través de sus ojos y nos permiten ver las cosas desde otra perspectiva. Ellos detectan la belleza y consiguen que fijemos nuestra atención en cosas que probablemente no habríamos observado por nosotros mismos.
Tomemos nota. Intentemos ver el mundo que nos rodea con los ojos del que lo ve por primera vez y queda fascinado, aprendamos a apreciar la belleza y a valorar la cultura y el arte. Seremos más felices.