Buhonero
La guitarra iba tocando
paseando por los Tintes,
dejando en su caminito
huesos y flores doradas.
Toca que toca camina
descalzo y alegre en la tarde,
consciente de su miseria,
miseria de prisa y de sal.
Canta al ratón y al juncal,
canta al Huécar al pasar,
y dice que saben sentir,
pues lloran de oírlo tocar.
Las flores se van alejando
despacio, camino del mar.
Se queda conmigo su canto,
el canto que eterno será.