La huida del misterio
Unos pájaros que volaban fugaces
dieron cobijo al misterio que había decidido
abandonarnos.
Lo ocultaron hasta que sus perfiles consumieron
la noche.
Amanecimos sin misterio
cegados por la luz irresistible de un mundo
sin preguntas.
Celebramos con fuegos de artificio el final
de una época
y la llegada de un mundo de certezas.
Recuerdo que gritábamos: ¡No más hipótesis!
¡Murió la conjetura!
Poco a poco se instaló entre nosotros
el espacio vacío.
El amor y sus dudas fueron sustituidos
por un inhóspito sentimiento
de transparencia cegadora.
La unánime ponderación de la evidencia
sustituyó al debate, pues nadie disentía
y rauda la apatía se adueñó del paisaje.
Llegados a este punto comenzó la añoranza,
y en el atardecer mirábamos volar las golondrinas
pensando si nos devolverían el misterio.
Pero esa era la única pregunta
para la que no teníamos respuesta.
Unos pájaros que volaban fugaces
dieron cobijo al misterio que había decidido
abandonarnos.
Lo ocultaron hasta que sus perfiles consumieron
la noche.
Amanecimos sin misterio
cegados por la luz irresistible de un mundo
sin preguntas.
Celebramos con fuegos de artificio el final
de una época
y la llegada de un mundo de certezas.
Recuerdo que gritábamos: ¡No más hipótesis!
¡Murió la conjetura!
Poco a poco se instaló entre nosotros
el espacio vacío.
El amor y sus dudas fueron sustituidos
por un inhóspito sentimiento
de transparencia cegadora.
La unánime ponderación de la evidencia
sustituyó al debate, pues nadie disentía
y rauda la apatía se adueñó del paisaje.
Llegados a este punto comenzó la añoranza,
y en el atardecer mirábamos volar las golondrinas
pensando si nos devolverían el misterio.
Pero esa era la única pregunta
para la que no teníamos respuesta.
José Manuel Martínez Cenzano
(Viaje al corazón de la memoria)
Espacio de encuentro entre miradas donde repensar el futuro de nuestras tierras y territorios.
Un ecosistema innovador de encuentro y pensamiento para un tiempo que requiere propuestas y colaboración.