Una segunda primavera
La torridez del verano y la sequía habían convertido las hierbas y las matas en esculturas de sal quebradiza, como Yavé a la mujer de Lot. Crujían y se deshacían bajo las pisadas. Las ocasionales tormentas de septiembre, las primeras lluvias otoñales, las nieblas y el rocío mañaneros llegaron como…